UN TIRANO PARA LA HISTORIA por Francisco J. Fernández-Pro
Cuentan nuestras crónicas que, cuando el llamado Comité Republicano, fijó el golpe militar que debía derrocar a la monarquía española para el día 15 de diciembre de 1930, no pudieron prever que los oficiales Fermín Galán y García Hernández se precipitaran setenta y dos horas en la intentona y que, lógicamente, con aquél preaviso resultara abortada, aunque –aún así- el día previsto intentaran conseguirlo, en Cuatro Vientos, dos militares: Queipo de Llano y Ramón Franco.
De los miembros del Comité Conspiratorio, Largo Caballero fue detenido, Lerroux y Azaña se escondieron e Indalecio Prieto salió huyendo. Sin embargo (y este es un dato curioso del que se habla poco), Alfonso XIII –para evitar divisiones y males mayores en España- le pidió a Sánchez Guerra, que intentara formar un nuevo Gobierno contando con los fracasados golpistas para carteras ministeriales. Actitud ésta que, lógicamente, fue interpretada como debilidad. El propio Azaña, en sus “Memorias” confesaría que, en aquellos momentos, la República le parecía una posibilidad ignota.
No obstante, España es España. Sólo cuatro meses después, se celebraron las Elecciones Municipales de abril de 1931 y la cosa se confirmaba. Los resultados en su primera fase –de 5 de abril- fue de 14.018 concejales monárquicos por 1.832 republicanos; y en la segunda fase –el 12 abril-, de 22.150 monárquicos frente a 5.775 republicanos. Sin embargo, ante la debilidad de las instituciones constitucionales, los antisistemas (anarquistas y republicanos más radicales) amenazaron con tomar las calles y desencadenar un conflicto civil. Ante esta posibilidad y, a pesar de los resultados, el rey Alfonso XIII decidió abandonar España, considerando que era la única solución para evitar una guerra fraticida. De esta forma fue (por mucho que le pese a algunos) cómo, sin respaldo legal democrático, se proclamó la II República en España.
Les informo de todos estos datos (que, aunque aparecen en los libros de historia, la mayoría de los españoles desconoce porque ni se los han enseñado, ni fueron nunca adecuados para incluirlos en la Ley de la (des)Memoria Histórica) porque se me ha ocurrido pensar que, si contrastamos la forma de actuar que tuvo Alfonso XIII a la hora de abandonar el Poder, con la que está teniendo Puigdemont para conservarlo, podríamos comprender -¡por fin!- lo que es un señor que sabe servir a su Pueblo, con respecto a lo que es un individuo que se empeña en servirse de él. Aquél, se revistió de la dignidad de un Rey para saber marcharse; éste, mientras, se pone panza arriba, insulta, amenaza, lloriquea, se humilla y hasta bloquea todo el proceso constituyente de un parlamento, con tal de salirse con la suya. El Borbón sacrificó todos sus privilegios por la paz y el bienestar de su Pueblo; Puigdemont, está anteponiendo los suyos al de todos los ciudadanos –catalanes y españoles- que, de una u otra forma, se están viendo perjudicados por el desgobierno institucional de Cataluña, tanto en su convivencia como en sus intereses.
Alfonso XIII ejerció con la generosidad de un verdadero Servidor. Puigdemont, con la bajeza del polítiquillo rastrero y mediocre. Aquél era el ejemplo de un Rey, éste el prototipo más elemental de un tirano.
Sr. FDEZ PRO
de los datos correctos e historicos https://es.m.wikipedia.org/wiki/Elecciones_municipales_de_España_de_1931
Señor Manuel, como puede usted apreciar por el artículo de Wikipedia (en el que se pueden incluir datos contrastados o no), son varios los autores que se citan y varias las cifras que cada uno de ellos aporta.
Supongo que esto se deberá, al hecho de que, en efecto, durante las elecciones de 1931 fueron asaltadas sedes electorales, se hicieron recuentos bastante dudosos e incluso muchos colegios fueron asaltados por militantes y simpatizantes anarquistas y republicanos.
No obstante, estos hechos provocaron que muchos historiadores e investigadores se ocuparan del asunto -tanto de derechas como de izquierdas- y supongo que, por eso, la disparidad de datos.
Personalmente, lo que leí de unos y de otros, me indican que los datos más aproximados fueron los que recojo en mi artículo; pero como es cuestión compleja y bastante profusa en flecos, prolegómenos y secuelas, le aconsejo el documentado relato que César Vidal, Doctor en Historia, Filosofía, Licenciado en Derecho y periosita, realiza en su obra “Los masones” de la Editorial Planeta; más concretamente, en el Capítulo XIX (pg.261 y ss), en el que aborda la II República Española.
Un saludo cordial.
D. Francisco, muy interesante artículo, aunque muy matizable históricamente.Del resultado de aquellas elecciones y los datos manejados no voy a polemizar, porque son contrastables.
Es de la similitud pretendida entre el abandono de Alfonso XIII y la actitud de nuestro denostado Puigdemont, de lo que quería expresar un pensamiento:
Recientemente estamos asistiendo a un principio de intento de acuerdo entre los principales partidos políticos, para promulgar una nueva Ley electoral que impida los agravios que suscita el actual sistema D,ont de todos conocido.
Si precisamente gracias a la actual Ley electoral ha permitido que la coalición independentista tenga el poder en el Parlament, con un mayor numero de escaños, pero con un menor numero de votos, ¿Por que no se ha conseguido un acuerdo para esa reforma antes de vernos en este monumental embrollo, que hace años se está viendo venir?
Amigo JUBILADO, antes que nada, disculpe la demora, pero anduve liadísimo y, como estos días sólo he pasado brevemente sobre estos artículos (como planeando), la verdad es que me despisté y no vi su comentario que, por cierto, me alegra sobre manera porque comparto al mil por mil, su criterio sobre la Ley D’Ont y la necesidad que tenemos de cambiarla por otra más equitativa y que haga valer en su justo valor y por igual, el voto de todos los ciudadanos.
Estoy con usted en que, en efecto, esa sería una solución perfecta… (pero, si le digo la verdad, me temo que -a pesar de lo elemental, lógico y justo de la medida- la cosa todavía coleará unos añitos más, dado los intereses de las formaciones mayoritarias.
Un saludo muy afectuoso desde sus torres.
cuantas vidas costo el desastre de annual,quien fue el verdadero culpable en la sombra y digo en la sombra ya que fue el propio Alfonso 13,
A
Señor josé: Creo que sería demasiado larga la respuesta. De todas formas, no es mi intención elogiar el reinado de Alfonso XIII sino en su abdicación.
Aún así, permítame dejarle tres apuntes sólo para la reflexiön:
1.- Tdos los historiadores achacan el Desastre de Annual, al cúmulo de errores cometidos, fundamentalmente, por los tres generales responsables de aquellas tropas (fundamentalmente Berenguer y Fernández Silvestre).
De todas formas, aquel desastre dividió al Ejército y desencadenó la crisis política, que acabó con la Dictadura de Primo de Rivera e, incluso años después, con la Guerra Civil (en la década de los cuarenta, se escribieron libros que justificaban la desaparición de los partidos políticos a partir del dessastre de Annual)
En esos momentos, lo más sencillo era culpar directamente al Rey, pero la cosa fue bastante más complicada que eso.
Un saludo
Señor FRANCISCO el rey tenia oscuros intereses en aquellos momentos , donde se dirigian aquellos soldados, que prisas tenia el general silvestre en el avance de locos que hizo dejar tropas atras sin apenas cobertura