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NOS DEJA UN PERSONAJE GENIAL: MANOLO HERRERA por Diego Lamoneda

NOS DEJA UN PERSONAJE GENIAL: MANOLO HERRERA por Diego Lamoneda
septiembre 12
12:32 2020

En los pueblos, pocas personas salen de lo ordinario y de ellas casi todas son para sobresalir, por simple vanidad. Solo unos pocos son, verdaderamente, diferentes a los demás. No pueden evitarlo ni lo esconden. Los llamamos “personajes” porque son auténticos; y en ellos, lo colectivo no condiciona su personalidad. Destacan entre todos, como lo hacen las pepitas de oro entre miles de partículas de tierra normal.

Estas letras pretenden dar valor a un personaje genial que, sin proponérselo, dedicó su vida a repartir optimismo y alegría a los demás. Palabras de ánimo, chascarrillos, chistes, remedos…; ni los más quejosos y sombríos se resistían a él, porque si hiciera falta, se inventaba cualquier artilugio con tal de salirse con la suya y sacar una sonrisa imposible.

Algunas veces paseé por las calles ecijanas con él. Era un espectáculo ver cómo llamaba a todos por su nombre, y sobre todo, con el afecto que le respondían. La gente sencilla, especialmente, y las mujeres, porque pocos hombres las trataban como él.

El personaje es tan rico en matices, que merecería una biografía. Por eso, estas letras son difíciles y nunca podrán acercarse a la realidad de su personalidad. La cosa no va de halagos, tan fáciles y manidos, que estropearían la autenticidad del personaje; sino de recordar algunos hechos vividos con él, que pudieran ser pinceladas de lo que fue. Otras historias y anécdotas podrían relatar muchos ecijanos y soldados de muchos lugares que lo conocieron alguna vez.

manolo-herrera-2Tuve la suerte de ser su jefe, nada más llegar; y puedo dar fe de su honradez radical, su espíritu militar y su capacidad de trabajo. Pero no era solo eso, ni mucho menos; había más, mucho más.

Era el paño de lágrimas de los soldados de reemplazo que lo pasaban mal. Unos por el servicio, en algunos casos muy duro; otros por un arresto tenido por inmerecido; otros por una desgracia familiar cierta… o paranormal –abuelos que morían una y otra vez-…. Su despacho era un consultorio riquísimo, donde se alternaban dramas muy serios –que siempre encontraban consuelo y afecto-, con algún que otro sainete típico de la picaresca más española, que él despachaba con la comicidad que requerían. Luego, iba en pos de tal o cual oficial, para abogar por este y aquel; y casi siempre se salía con la suya.

No eran solo soldados los que recurrían a él, todo hay que decirlo; porque los infortunios no eran exclusividad de la tropa y nadie está libre de ellos, ni de tener que buscar en algún momento un hombro amigo, sobre el que dolerse, y ¿por qué no?, sobre el que llorar. Hombros de estos hay muy pocos, ¿verdad?

Y no tenía bastante con los del cuartel…. Recuerdo un día que se mandó a un soldado al banco, para una gestión de la Unidad, y volvió disgustado por el trato humillante que le dio el cajero. Faltó tiempo para llamar al director y decirle que íbamos a cambiar la cuenta del cuartel –bastante importante, por cierto-, a otro banco. Ya anochecido, se presentó Manolo en mi casa:

-        El cajero tiene un montón de críos, ¡lo van a echar de aquí; no podemos consentirlo!

El cajero se quedó en Écija, gracias a Manolo; pero no fue fácil. La conversación del día siguiente con el director fue un absurdo: nosotros defendiendo al ínclito cajero, y el director haciéndose el duro.  Estaba claro: Manolo Herrera servía para resolver cualquier apuro. A buen seguro que habrá casos de estos a porrillo.

Recuerdo una visita de una directora general y el gerente de un organismo de Defensa, con fama, ambos, de tener mal carácter. Fuimos a buscarlos al hotel, para enseñarles Écija. Parecía que no se habían reído en su vida, por sus rostros tétricos. El primer chascarrillo de Manolo tuvo por respuesta una mirada criminal y un gesto de fastidio que hubiera desanimado a cualquiera. A partir de ahí, es inenarrable lo que ocurrió. Empezó con los chistes y al poco, ella andaba inclinada hacia adelante, sujetándose la barriga. La risa de la sombría directora general, pronto se convirtió en un quejido; y el siniestro gerente no soltaba el pañuelo, que estaba pingando de tanto llorar. Las mirada de suplica para poder descansar solo conseguían que Manolo se animara más. Ya de vuelta al hotel, en la puerta, les dejó estirar el cuerpo, porque iban encorvados; no podían más; estaban exhaustos. Empezaron a subir la escalera, ya algo relajados, cuando Manolo los llamó. Era para desearles buenas noches, y lo hizo con unos pasos de sevillana haciéndose el cojo, que hicieron que ella entrase en convulsión y él se pusiera a gemir, con la cara morada. Por la mañana, en la visita, fueron amabilísimos y receptivos. Se les veía rejuvenecidos. Nos prometieron el oro y el moro…, que como tantas veces, se quedó en nada, pero ¡qué le vamos a hacer! Seguramente no pudieron fijarse mucho en las torres ni en las maravillas que les enseñamos; pero lo que es seguro es que nunca conocerán a nadie como él.

Poca gente sabe que en su juventud fue un gimnasta de élite. Se le adivinaba por la musculatura del cuello, los brazos y todo su cuerpo; fruto de muchas horas en las anillas, el plinto, el potro…; disciplinas muy exigentes, que requieren mucha fuerza y entrenamientos agotadores.

Fue un gran maestro del baile de sevillanas. Todo lo andaluz, lo sevillano, le apasionaba. Y lo de Écija, no digamos. Sufrió cuando tuvo que irse, al transformarse esta Unidad en otra. Manolo pertenecía al cuerpo de especialistas en armamento, y no a los de Remonta o Cría Caballar, como el resto. Todos pudieron quedarse, menos él. Lo cierto es que su trabajo nada tenía que ver con el armamento, pero así funcionan los organismos oficiales. Él, que amaba Écija y a la Unidad como nadie, nunca lo entendió. La Unidad no fue la misma. Es mi opinión personal, pero esa alegría, optimismo, energía, o como quiera llamársele…, cuando se tiene y se pierde, se le echa mucho en falta.

Un compañero me ha recordado estos días el cariño que le daba a los retirados más viejos, a pesar de que no haber coincidido con ellos. Venían al cuartel en ocasiones muy contadas, por no molestar; y nada más entrar, ¿a quién buscaban?… Siempre a Manolo Herrera. Lo traigo aquí porque los pequeños detalles son, siempre, los que mejor definen a las personas.

La aportación de hombres tan especiales, además del trabajo que realizan, es enorme. Crean buen ambiente de trabajo, fomentan el compañerismo, median en conflictos personales, y ayudan mucho a conseguir ese espíritu de Unidad, que luego va dejando huella en quienes pasan por esos destinos. Seguro que igual ocurre en las empresas, o en cualquier entidad.

El Carnaval de Écija, también le debe mucho. Puso todo su carisma en apoyarlo, y en participar al máximo nivel. Fue un pregonero magnífico, y excelente amigo de tantos ecijanos que lucharon por traer el Carnaval a nuestra ciudad.

Español, andaluz, sevillano, ecijano…, todo ello en su máximo grado; porque en su enorme corazón cabían de sobra todos esos amores, junto al de su familia, tan querida por él.

Tanto compañerismo que nos obsequió a sus compañeros -me atrevo a hablar en nombre de oficiales, suboficiales y de tantos soldados que me contaron el bien que les hizo-, y tanto cariño a todos los ecijanos, merece nuestro recuerdo para siempre. Por su bondad, Dios le tendrá reservado un sitio a su lado.

El comandante D. Manuel Herrera Díaz prestó grandes servicios a aquel viejo Depósito de Recría y Doma. La imagen que daba al pueblo llano, de afecto y cercanía, benefició mucho a la Unidad y a todos nosotros. Era algo inédito, que él hacía con la mayor naturalidad. Dentro del cuartel, en los buenos momentos siempre estaba él, alegrándolo todo; y en los difíciles, también él, tratando de arreglarlos. Nunca lo olvidaremos.

Que Dios lo tenga en su Gloria.

 

Este Portal Temático Cultural, Ciberecija.com, se suma con sus condolencias a  familiares y allegados, por la pérdida de nuestro querido amigo Manolo Herrera. D.E.P.

 

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12 Comentarios

  1. Emilio Paredes
    Emilio Paredes septiembre 12, 14:47

    A la orden mi comandante y amigo… besos al cielo

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  2. Carlos Aldanas
    Carlos Aldanas septiembre 12, 15:43

    Una gran persona, un pedazo profesional, el mejor marido, padre y abuelo. Tuve la gran suerte de contar con su amistad. La familia Aldanas te quiere mucho. DEP. Bonitas palabras Diego.

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  3. Antonio
    Antonio septiembre 12, 15:50

    Se ha ido un buen amigo y una persona maravillosa
    Descansa en paz amigo

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  4. Ricardo Castaños
    Ricardo Castaños septiembre 12, 20:17

    El Manué…, era único.
    Un compañero amigo y hermano. Convivimos mucho tiempo durante la Escuela de Especialistas en Oviedo/Trubia.
    Su genialidad y alegría nos dejaba diariamente momentos muy difíciles de olvidar.
    Manolo: Hallá dónde estés, estoy seguro de que seguirás con esa gracia y con tus valores humanos. Descansa en Paz, Nos dejas muy huérfanos…QUERIDO AMIGO.

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  5. Mujer de un soldado
    Mujer de un soldado septiembre 12, 22:26

    Se ha ido una grandísima persona. Lo conozco desde pequeña y solo os digo…. No lloreis esta gran pérdida… Creo que no le hubiera gustado… Al revés, pensad en los buenos momentos que os ha hecho pasar que seguro que son muchisinos.
    Muy campechano y siempre repartiendo alegría por donde iba. Muy buenos recuerdos me quedo y sobre todo mi marido que pasó su mili de voluntario.
    Muchos besos barrilete estés donde estés.

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  6. Arturo
    Arturo septiembre 12, 23:38

    Siempre vivirá en nuestra memoria, a tus ordenes

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  7. Sabio
    Sabio septiembre 13, 00:18

    Gran persona y mejor militar descanse en paz mi más sincero pésame a la familia . Y un beso y fuerte abrazo a Manuel Herrera su hijo .

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  8. Información
    Información Author septiembre 13, 01:04

    Juan Palomo
    Mi más sentido pésame a sus familiares y allegados. Preciosas las palabras de Diego Lamoneda rindiéndole este merecido homenaje que creo suscribimos plenamente los que le conocimos. D.E.P.

    Este Portal Temático cultural de Ciberecija, se suma a este reconocimiento.

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  9. Mari luz ( hija de Manolo)
    Mari luz ( hija de Manolo) septiembre 13, 12:03

    Diego, muchas gracias por estas palabras que le has dedicado a mi padre, a mi amigo. Te estoy enormemente agradecida ahora y siempre.
    Me gustaría decirte muchas cosas más pero en estos momentos estoy destrozada . Me es imposible definir a mi padre,era grande y siempre lo sera.Solo puedo deciros que no he podido tener mejor padre y amigo a mi lado y siempre le estaré agradecida por la crianza,los valores y el cariño que me ha dado siempre.Se me ha ido mi padre y aún lo necesitaba mucho pero la vida ha querido llevárselo, pero siempre estará conmigo no tengo la menor duda. Gracias Diego. Un abrazo

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  10. Juan Villar cruz
    Juan Villar cruz septiembre 13, 15:18

    Desde aquí os mando mis condolencias a sus familiares , gran amigo al hacer el servicio militar y después , amigo de mi padre , cuando regentamos el bar la calzada , que Dios lo tenga en su Santa gloria , una gran persona que será siempre recordada que descanses en paz Manolo mi brigada

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  11. Antonio moreno
    Antonio moreno septiembre 15, 14:11

    Se ha ido un gran compañero y amigo del colegio y vecino de la calle la feria de sevilla.
    Mi más sentido pésame.
    Era un amigo .amigo.
    Descansa en paz.

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  12. Félix Delgado
    Félix Delgado septiembre 17, 12:43

    Mi amigo del alma, cuando salíamos del colegio, lo primero que hacía era soltar la maleta en mi casa e irme a la suya, donde gran parte de los días merendabamos juntos.
    Cuando venia a Sevilla, nos veiamos algunas veces, pero ya hace años que perdimos el contacto, que he estado intentando recuperar, una vez que lo consigo, se va. Es la vida, tan dura y tan injusta.
    En fin Manolo te quiero donde quiera que estés. Tu casi hermano Félix.

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