LA HISTORIA DARÁ LA RAZÓN por Juan Méndez Varo
Juan Méndez Varo
Asociación de Amigos de Écija
Se viene planteando durante estos días, y en diferentes foros, la conveniencia o no de la expropiación por parte del Ayuntamiento de la Plaza de Toros de Écija: nadie duda de que el coso taurino forma parte de la historia de esta ciudad.
Hay posturas que sólo tienen una única misión: la oposición frontal ante cualquier iniciativa que venga de otro partido político sin llegar a valorar si la adquisición puede ser o no positiva para los ecijanos. Dentro de esta línea de oposición, algunos partidos políticos están influyendo en la opinión ciudadana para que se dé marcha atrás en la expropiación de la histórica Plaza de Toros astigitana.
Cuando se debate este tema se nos viene a la memoria las diferentes iniciativas que llevaron a cabo otros regidores y que, gracias a su trabajo y tesón, han posibilitado que los ecijanos disfrutemos hoy de servicios e infraestructuras que nadie pone ya en duda. Una de ellas fue la que tomó el Alcalde Joaquín de Soto en la década de los sesenta al adquirir los terrenos en la Alcarrachela, que sirvieron posteriormente, para ampliar la avenida Miguel de Cervantes y emplazar allí las ferias de mayo y septiembreo el ambulatorio de la Seguridad Social. Estasdecisiones se llevaron a cabo en tiempo difíciles y de notable penuria económica.
Pero, posiblemente, una de las gestiones más aplaudida hoy por todos los ecijanos fue la que llevó a cabo en 1906 el alcalde Plácido Ostos Angelina con la compra del Palacio de Benamejí. Esta operación no estuvo exenta de polémica y dificultades, pues el inmueble no se destinó, en principio, a uso municipal sino para ser cedido al ejército que ubicó en el mismo la Comandancia Militar.
Hay que recordar que el Ayuntamiento de Écija optó por este edificio a pesar de tener otras propuestas más económicas como fueron inmuebles sitos en calles Ancha, La Marquesa, Rejón, y que además, el Ayuntamiento tuvo que ejecutar, a su costa, las obras de adaptación y restauración oportunas. Tal es así, que fue necesario solicitar, en varias ocasiones, un aumento de presupuesto para la ejecución de dichas obras. Ya hemos apuntado que la adquisición del palacio fue además de polémica, lenta y costosa. La razón residía en que la titularidad de la mansión no estaba en una sola persona y sí en varios propietarios, algunos de ellos en paraderos desconocidos. De tal forma que la primera escritura se firma en 28 de julio de 1906 y la última en 13 de diciembre de 1923. Es decir, necesitaron 17 años para conseguir el cien por cien de la titularidad.
No cabe duda sobre la buena gestión de la compra del palacio, pues se vaticinó que cuando “las circunstancias ignoradas del futuro hagan o puedan hacer que la Remonta no necesite el Palacio, podrá utilizarlo el ayuntamiento a otros servicios públicos compatibles con gran economía para el municipio y ello también, para conservar el mejor edificio de este pueblo”
Efectivamente nadie duda de que aquella gestión fuera beneficiosa para la ciudad, pues hoy todos los ecijanos disfrutamos de uno de los museos arqueológicos más bellos de España.
Con la expropiación de la plaza de toros, los futuros astigitanos podrán juzgar, como hoy lo hacemos nosotros, de la buena o mala decisión de los actuales dirigentes y la historia, como siempre, les quitará o dará la razón.
No se trata de juzgar el resultado positivo o negativo dentro de 30 años, se trata de la conveniencia de hacerlo hoy, con 6000 parados en Écija y mientras se elimina apoyo a estudiantes, dependientes, servicios de limpieza e iluminación en la ciudad. No se trata de que sea o no positivo y una buena adquisición para el pueblo, el tema es que NO ES CONVENIENTE AHORA.
La historia de la propiedad de la plaza de toros es poco conocida, algunos no olvidamos. Los que presumen de cronistas, historiadores y amigos de…. deberíais escribir esa historia negra de la Plaza y además, recordar que debajo de ella se enterraron autenticos tesoros como partes del circo romano..
CÁRITAS nos describe perfectamente la situación social que tenemos HOY: 1 de cada 3 niños de nuestro país es pobre. Adquirir una PLAZA DE TOROS en este momento es más que inapropiado, es una ofensa contra las personas con necesidades primarias desatendidas. Se está sembrando odio, si después pasan cosas graves no me va a extrañar lo más mínimo.
Querido Juan:
Me encanta tu comprometida y justa reflexión sobre un asunto tan espinoso.
Como bien dices, la historia quita y da razones y, la nuestra, está ahí para que podamos apercibirnos de la mucha que tuvieron algunos munícipes del pasado, a la hora de emprender proyectos que parecieron descabellados en su día, que fueron muy criticados y que, a la postre, resultaron fundamentales para cimentar nuestro progreso e, incluso, el de nuestros hijos.
Habrá siempre quien esté a favor y quien esté en contra de proyectos como estos: unos, con razones válidas y verdadero espíritu constructivo, y otros -como siempre pasa- para ganarse simpatías de los poderosos o por llevar la contra y sacar rédito a la demagogia.
Porque suele ser así y nunca sabes, exactamente, cuales son los motivos de cada cual, creo que todo radica en el razonamiento con el que acabas tu magnífico artículo (se ve que no dejas nada al azar): “Con la expropiación de la plaza de toros, los futuros astigitanos podrán juzgar, como hoy lo hacemos nosotros, de la buena o mala decisión de los actuales dirigentes y la historia, como siempre, les quitará o dará la razón”…
Amén a esto, querido Hermano: a fin de cuentas, la del tiempo, es la razón de la perspectiva más objetiva (quizá porque, cuando haya pasado el suficiente, serán prescindibles las razones que ahora nos acercan a los poderosos e innecesaria la demagogia de los que siempre buscan razones para el enfrentamiento)
Un abrazo.
Estimado amigo Juan; interesante artículo el tuyo. Y muy oportuno. Estas cosas suceden cuando se plantean. Y las posturas deben ser el resultado de un profundo análisis.
Mi opinión, puede ser el resultado de una reflexión superficial, pero te la envio por si al menos aporta algo de utilidad.
La plaza de toros, es un coso carente de elementos arquitectónicos que le otorguen alguna singularidad. Fue completamente arruinada allá por los sesenta en plena vorágine constructora , estando rodeada de infraviviendas que presentaría un gravisimo inconveniente para una posible rehabilitación. Mucho tiempo y elevado coste económico y social.Por otra parte la tendencia de la sociedad sobre este tipo de espectáculos, empieza a ser un problema a medio y largo plazo para su explotación. Y hablaríamos de largo plazo. Si tenemos el Palacio de Peñaflor en ruinas…..
O tal vez peque de corto de miras.
Un saludo Juan.
Abundando en lo anterior, se me ocurre pensar, que dado lo gravoso del asunto, no estaría de mas que se sometiera a referéndum, mas que nada para evitar susceptibilidades. La gente es muy mal pensada, y podría suponer que fuera una maniobra especulativa o de “pelotazo” y luego pase como en Gamonal.