LA GILIPOLLEZ, LA CULTURA Y LAS HERMANDADES por Francisco J. Fernández-Pro
Siempre me gustó diferenciar entre la estupidez y la gilipollez. Aunque en nuestro diccionario aparecen como sinónimos, siempre los tuve como conceptos distintos. Para mí la estupidez es el acto que se comete sin conciencia o sin intención alguna, y la gilipollez es la estupidez premeditada que, encima, pretende tener argumentos.
Traigo a colación estos personales conceptos, porque ayer tuve la ocasión de asistir al inicio del Curso Cofrade Ecijano organizado por el Consejo Superior de Hermandades y Cofradías de nuestra Ciudad, en el que su presidente -mi amigo Rafael Caro- le dio un tirón de orejas a otro buen amigo mío, nuestro Alcalde Ricardo Gil-Toresano, por haber permitido que los Cofrades Ecijanos no tengan un representante en el Consejo Local de Cultura; y es que, aunque este tema competa a la Delegación de Cultura (es decir, a su socio de gobierno andalucista), Ricardo –que, independientemente de colores, es la máxima autoridad del Ayuntamiento- no debería permitir tamaña gilipollez.
Resulta que al Delegado de Cultura, responsable de este Consejo que cuenta con casi veinte miembros (¡que ya son miembros como para dejar un sitito!), se le olvidó incluir, precisamente, al colectivo ecijano que cuenta con más patrimonio, más actividades y más gente implicada en los asuntos culturales de nuestra Ciudad.
Trataré de hacer facilito mi análisis, para que a los responsables de Cultura de nuestro Ayuntamiento le sea fácil seguir las miguitas de pan. Verán ustedes, señores míos: decimos con la boca llena que Écija es la Ciudad de las Torres y del Barroco. Pues bien, las torres están en las iglesias, así como la mayor parte del barroco ecijano más representativo. Por otro lado, en las iglesias están las Hermandades, los curas y los turistas (aunque estos no cuenten, porque van y vienen admirados, pero no mueven un dedo). Por tanto, debemos deducir que son los curas y la gente de las Hermandades los encargados de la custodia y el mantenimiento de todo el Patrimonio de esas Iglesias que, culturalmente, tanto nos definen y que tanto atrae a los visitantes, siendo nuestro mayor potencial turístico.
Ahora, y volviendo a las miguitas de pan para que nadie se despiste, continuamos el análisis: en Écija hay unos cuarenta mil habitantes; el censo de las Hermandades de Penitencia y Gloria de nuestra ciudad, sobrepasa de largo los veinte mil cofrades. Todas las Hermandades están implicadas en actividades que se desarrollan durante el Curso Cofrade (¡nueve meses!), de forma que movilizan –activa o pasivamente- alrededor de nuestras torres, nuestra imaginería, nuestro barroco y nuestras calles, a miles y miles de personas, a lo largo de todo el año.
Pero es que, además, todas estas actividades, todo este tesoro monumental y artístico, es explícitamente ecijano, permanente, popular y antiquísimo; por tanto, pertenece a nuestro legado cultural y forma parte indisoluble de lo que somos. Es lo que se llama –lo queramos o no- nuestro Patrimonio más representativo.
Lo siento por mis amigos munícipes, pero creo, sinceramente, que si han dejado fuera de este Consejo Local de Cultura a los representantes de un Colectivo tan fundamental como es el Consejo de Hermandades y Cofradías, y lo han hecho por la necesidad de consenso de todos los partidos políticos, el deseo de contentar a ciertos sectores, el prurito de lo aconfesional o el pudor de lo progre, han cometido una auténtica gilipollez. Y si no ha sido por una de estas razones o alguna otra que se me escape, entonces… es que no tienen ni pajolera idea.
Sociológicamente, cultura es el conjunto de manifestaciones de la vida espiritual de un pueblo, en que están comprendidas la religión, el arte, la literatura….
Las Hermandades y Cofradías -son las asociaciones con más presencia popular en Écija, las siguientes no llegarían a la centésima parte de éstas- tienen como actividad principal la de hacer posible la Semana Santa de Écija, que da expresión a la gran espiritualidad de nuestro pueblo -más allá de la propia religiosidad-, a su inmenso patrimonio artístico, al delicado arte de la imaginería y de otros oficios artesanos, a la poesía, a la música, a la pintura, a la fotografía, al cante, a la literatura…. y es la principal fiesta local, y las horas de más bullicio en las calles y avenidas, atestadas esos días por gentes de todas las edades, en familia, en pandilla….en sociedad . No es posible mayor manifestación de sentimientos populares, unos más religiosos que otros sí, pero eso es precisamente lo que hace a la Semana Santa de todos y le aporta un mayor y más diverso contenido cultural.
Por todo ello creo que D. Francisco Fernández-Pro se ha equivocado y que este Consejo del que habla no es el de Cultura, o no es el de Écija….o es una cuchufleta de algún chistoso, que también la chanza es propia de la cultura ecijana…tanto como para tener también una silla en ese singular Consejo.
Amigo Lucio Optato (magnífico nick el suyo, recordando a nuestro paisano, el general cesariano):
Gracias por su apoyo a mi artículo, pero permítame comentarle una sola cosa, a título de aclaración. Personalmente, conozco y aprecio a la mayoría de las personas que componen este Consejo, incluyendo a mi gran Amigo Manuel Martín Martín que creo que, en última instancia –y para evitar mayores desaguisados- fue también incluido a toda prisa, resolviendo así otros dos grandes olvidos culturales de este Consejo Municipal, que fue el del Flamenco y el del propio Manuel, verdadero baluarte y adalid de nuestra Cultura -con mayúsculas- dentro y fuera de nuestra tierra.
Por tanto, el problema, no está en los miembros que se sientan en el Consejo… sino en los que olvidó sentar.
Sr. Fdez. Pro, para evitar caer en gilipolleces o estupideces, sería interesante leerme, ya que soy yo quien regulo el Consejo Local de Cultura, y conocer mi historia. A saber:
Fui aprobado en Pleno allá por 2009 (anterior legislatura) y entre otras cosas enumero las personas y entidades que componen el Consejo, entre las cuales no se encuentra el Consejo Gral. de Hermandades y Cofradías. El actual responsable de Cultura en nuestro Ayuntamiento nada más entrar a ostentar esta responsabilidad y para agilizar su constitución después de cuatro años, lo hizo tal y como estaba aprobado en Pleno, si bien le comunicó al Presidente de dicho Consejo que llevaría a Pleno mi modificación para incluir dicho representante y OTRO del mundo del Flamenco (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad como Vd, sabe). Por lo tanto la supuesta gilipollez no proviene del actual responsable que lo único que ha hehco ha sido constituir el Consejo que nos ocupa.
Por otro lado no deja de ser curioso que Vd. que ahora está tan contrariado por gilipolleces y estupideces, durante estos cuatro años en los que estuve aprobado por Pleno y no constituido, haya estado callado cual meretriz durante los cuarenta días previos a la Semana de Pasión… En fin cosas de la Cultura.
Inestimado (por defectuoso) Reglamento del Consejo Local de Cultura:
Considerando su calidad y naturaleza, permítame aclararle algunas cosas que, en un Estado de Derecho, cualquier reglamento de buena cuna debería saber:
1º. El Estado de Derecho, se basa en la Razón y la Justicia. Por tanto, todas sus Leyes y Reglamentos deben estar al servicio de ambas.
Ahora bien, mi inestimado Reglamento, conocida su corta edad (tan sólo cuatro añitos) y dada su reconocida inocencia, permítame informarle de otro par de cosas que quizá le sorprendan o le asusten un poco:
1º. La Razón es la Razón y la Justicia es la Justicia… Pero otra cosa son los hombres que tienen que redactar las leyes y los reglamentos en un Estado de Derecho.
2º. No todos los hombres elegidos por el Pueblo en un Estado de Derecho, tienen la aptitud y la actitud, para redactar una Ley o un Reglamento, ya que no todos responden de igual forma a los principios de Justicia y de Razón (créame que algunos ni saben lo que son…). Por eso, precisamente, en mi artículo hablaba de lo que puede influirles “la necesidad de consenso de todos los partidos políticos, el deseo de contentar a ciertos sectores, el prurito de lo aconfesional o el pudor de lo progre,…”. Por desgracia, a muchos de los hombres encargados de redactarlo a usted y a sus hermanos, los mueven más esos prejuicios, que la voluntad de servir a la Razón y a la Justicia (ya sabe, esas cosas de los intereses creados, la falta de principios o de preparación, los pactos y tantas zarandajas a los que nos tienen acostumbrados)
En cuanto a lo que me comenta del actual responsable de Cultura, le diré que hace bien intentando enmendarlo a usted; pero créame que, para realizar un acto justo, no hay que pedir tantos permisos; a fin de cuentas, inestimado Reglamento, no olvide nunca que la Política, realmente, no es otra cosa que hacer posible lo necesario para el bien del Pueblo (y lo necesario y justo, mientras antes… mucho mejor).
Para finalizar, permítame decirle, con todo el respeto que me merece un Reglamento que, aunque inestimado (por defectuoso), debió nacer para hacer Justicia y servir a la Razón y la Cultura, que igual que las meretrices son mujeres que ya tienen bastante con su calvario como para salir a colación de forma peyorativa en nuestra conversación, yo dedico los cuarenta días de Cuaresma a pensar en cosas más altas que rectificarle la plana a los que no fueron capaces de asumir las responsabilidades que asumieron con el Pueblo… y ésta, es la Cultura que yo entiendo.
Sr. Pro, vuelve vd. A equivocarse y van siendo peligrosamente muchas las que lo hace. El Sr. Martin no es miembro del Consejo. Como le puse en mi anterior mensaje es otra de las modificaciones que se llevaràn a Pleno en cuanto sea posible y los servicios municipales lo incluyan. Modificaciones que estaban previstas y por tanto no son fruto de esta gilipollez que ha puesto vd. En el tablero. Los propios interesados tienen conocimiento de ello.
Por otro lado y siguiendo las miguitas de pan de su camino… Me llevan al teatro de los 90 y…. Uffff me he vuelto….
Inestimado (por defectuoso y, además, confuso) Reglamento del Consejo Local de Cultura:
Como creo que la cosa lo merece, y ya que es usted chiquito y sólo tiene cuatro añitos, me intentaré cargar de paciencia, a ver si puedo arrojar un poco de sentido a estas letras suyas; porque una de dos: o usted no se entera o yo no me explico…
Verá usted, fue una respuesta al comentario de Lucio Optato (que no al de usted) -y, por tanto, en el contexto de la respuesta a su comentario y no al suyo-, en el que afirmé: “…aprecio a la mayoría de las personas que componen este Consejo, incluyendo a mi gran Amigo Manuel Martín Martín que CREO que, en última instancia –y para evitar mayores desaguisados- fue también incluido a toda prisa…”.
Aparte de lo mal que está meterse en conversación ajena, peor es hacerlo sin saber los motivos que yo pudiera tener para afirmar esa creencia (era una simple suposición) de que Manuel Martín fue incluido a toda prisa en el Consejo (cosa que, además, usted corrobora cuando afirma en su comentario: “…le comunicó al Presidente de dicho Consejo que llevaría a Pleno mi modificación para incluir dicho representante y OTRO del mundo del Flamenco…”)
Ahora, piense usted por un momento: ¿Qué podría saber yo para decir eso? ¿Sería, quizá, que en algún momento estuve en el ajo del asunto? ¿Podría ser que estuviera presente en las conversaciones en que se decidieron esos temas? ¿Podría haber ocurrido, sencillamente, que los protagonistas me lo contaron?
Piense, y si tiene dudas, pregunte a los que están cerca de usted. La verdad es que poco importa todo esto. Para mí, lo realmente importante es que, al final, la cosa se va a rectificar… Ojalá se haga con todo lo demás. Piense usted, que yo creo que lo malo no es hacer una gilipollez (que esas las hacemos todos alguna vez), lo malo es no saber rectificar y permanecer agilipollado.
Por último, inestimado (por defectuoso, confuso y, por lo que se ve, mentirosillo) Reglamento del Consejo Local de Cultura, afirma usted que siguió las miguitas hasta los noventa y se volvió; y, la verdad, yo no dejo de preguntarme cómo habrá podido hacerlo, si afirma que nació hace cuatro años solamente… ¡Jo!… ¡Es que ya no se puede fiar uno ni de los reglamentos!
Se ha picado el Reglamento, Sr. Fernández-Pro. Algo cascarrabias sí que es, y no gusta de la crítica, ni del cambio; pero no ha de tenérselo en cuenta pues verá que no ha querido ofenderle con gravedad al nombrar a honradas meretrices que cumplen la vigilia y la Semana Santa como Dios manda. De haber querido agraviarle hubiera manejado alguna otra ocupación, de las que el pueblo está ahora hasta el mismísimo níspero, entre otras cosas por hacer las leyes y reglamentos para beneficio propio y no para los del pueblo.
Que cambien lo que haya que cambiar y aquí paz y después gloria.
Y que Dios guarde la Semana Santa, el flamenco y las demás expresiones de la cultura ecijana, todas valiosas.
Amén, Amigo Lucio, que nunca la verdad tuvo mejor valedor…
De gilipollas seria admitirlos despes de lo de hoy
¿Después de lo de hoy?…
http://ecijaldia.es/index.php/cultura/1894-suspenden-estrella-sublime-por-presuntas-presiones-cofrades
Amigo Julio, le agradezco el enlace (siempre es agradece mayor información)… Sin embargo, leyendo lo que en él se dice, sigo sin comprender su afirmación.
Mi artículo trata de la ausencia de un representante del Consejo de Hermandades en el de Cultura del Ayuntamiento, y no me meto en más teatros.
Luego, leyendo el enlace que me envía sobre la suspensión de una representación teatral; suspensión de la que se acusa a las Hermandades, veo que el Presidente de su Junta Superior, Rafael Caro, afirma: “Por su parte, el Consejo de Hermandades de Écija declina responsabilidad alguna en la suspensión de esta obra de teatro. “No hemos dicho nada ni lo vamos a decir, porque ¿quiénes somos nosotros para indicarle al Ayuntamiento lo que debe o no representarse en el teatro?”… y eso lo dice el máximo representante de todas las Hermandades.
¿No le parece este comunicado prudente, respetuoso y coherente?. A mí, sí.
Tenga en cuenta, don julio, que la gente sólo es responsable de sus actos, no de los que los demás les atribuyen en base a murmuraciones, manipulaciones, fobias o intransigencias…
Lamentablemente: no creeis que el cancer de la cultura son las religiones?
Su insistencia de estar es: para aportar sus ideales mediebales? Para controlar lo que se le va ha ofrece al populacho? Para velar de la moral catolica de cualquier expresion artistica? Para darle permiso al delegado de cultura de los espectaculos que tiene que traer al teatro?
Por favor, Sr Fernandez-Pro le he admirado siempre pero creo que se ha hecho viejo y chocho.
Pueden estar pero no deben estar. Bastante voz se le da a los mayores gestores de dinero negro, de competencia desleal, propulsores de trabajo precario y los mayores acaparadores de riquezas.
Si la cultura nos hace libre, es normal q esten preocupados.
Por favor, recen en privado, las nuevas generaciones os lo agradeceran.
Señor Luis de Vargas:
Ya que me parece tan interesante su intervención, permítame responderle por partes, aunque la respuesta se dilate un poco:
1º. La Cultura es lo que es y no lo que cada uno quiere que sea. La RAE la define como “los conjuntos de saberes, CREENCIAS y pautas de conducta de un grupo social, incluyendo los medios materiales que usan sus miembros para comunicarse entre sí y resolver sus necesidades de todo tipo”…
Pues bien, lo queramos o no, resulta que lo que llamamos Mundo Occidental –en el que nos incluimos los ecijanos- es el resultado de una Cultura radicalmente (de raíz) cristiana. Por tanto, a su primera pregunta le respondería que la Cultura es mucho más que el cáncer: es la base principal de todo lo que mueve y condiciona nuestros comportamientos colectivos (de hecho, si ahora estuviéramos en cualquier país de raíces islamistas, ni siquiera podríamos estar discutiendo sobre estos asuntos… ni de muchos otros).
Para mí tengo que lo que más daña la convivencia en una Sociedad, no es la creencia de cada cual, sino la falta de respeto y de tolerancia; y, como humanista, añadiría, la falta de respeto a la dignidad de una sola persona (venga ese daño por el camino que venga, ya sea desde el púlpito de una Iglesia o desde las tablas de un teatro)
2º. Veo que no le bastan las razones que planteo en mi artículo en defensa de la presencia del Colectivo de Hermandades en el Consejo de Cultura. Yo las creía suficientes. Pero si no lo considera así, respondo concretamente a las cuestiones que ahora me plantea:
- Don Luis, los ideales de una persona no me preocupan en absoluto. Creo que es bueno tener ideales y nunca entro en juzgar los de cada cual. Siempre y cuando, claro está, esos ideales respeten los de los demás (y hablando de ideales, los míos nunca me permitieron llamar populacho a la gente del Pueblo)
- En cuanto a lo que cada cual hará en ese Consejo de Cultura, dígame usted ¿para qué cree que se constituye? Yo supongo que, precisamente, para coordinar y controlar la oferta cultural… y supongo, también, que cada miembro del Consejo lo hará bajo sus propios criterios, su capacidad, su experiencia y sus ideales (como usted dice). Yo todo eso lo sé, y lo único que espero es que del diálogo respetuoso entre todos esos miembros del Consejo (cada uno de su padre y de su madre y con sus propios ideales), salgamos beneficiados todos los ecijanos.
-
3º. Le agradezco su admiración, querido amigo, pero le aseguro que no soy digno de ella (tenga en cuenta de que sólo me limito a pensar libremente, a escribir lo que pienso y a intentar ser coherente con lo que escribo… y eso no me cuesta tanto trabajo)… Y sí, le doy la razón, tiene usted toda la del Mundo: cada vez estoy más viejo y más chocho (a ver si me pasa alguna fórmula para aliviarme y despistar a los años, de verdad que se lo agradecería un montón)
4º. Para finalizar, querido amigo, le vuelvo a dar la razón en otra de sus afirmaciones: en efecto, la Cultura nos hace libres (por eso es tan bueno leer y los libros están en las librerías)… Pero si me permite, déjeme llamarle la atención sobre algo: la libertad debe permitir a los hombres manifestarse y, por supuesto, también manifestar su Fe (pública o privadamente, según les venga en gana).
¿No estamos, precisamente, criticando la Inquisición?… pues sólo durante las épocas de los inquisidores y la de los leones de Roma, la gente tuvo que ocultar su Fe (que es el mayor derecho y el más inviolable: creer lo que uno quiere y poder manifestarlo).
Por favor, seamos coherentes con nuestras palabras y tolerantes con nuestros actos, y no cometamos el delito por el que estamos condenando a los demás.