HADRIANO “EL DESEADO” por Franciso J. Fernández-Pro
Desde que saltó la noticia de la recuperación del busto de Hadriano y la intención de trasladarlo a Sevilla, el personal saltó como un muelle. De momento me alegré, porque este fenómeno de acción-reacción, a fin de cuentas, es una muestra palpable de la conciencia que los ecijanos van adquiriendo, poco a poco, de su Patrimonio y la asunción de la responsabilidad que les obliga a defenderlo. Pero, por otro lado, confieso que me preocupó el brinco (la vida me ha enseñado que en las causas donde actúan fuerzas del orden, fiscales, jueces y políticos de distinto signo, es mejor no andar con las vísceras por delante).
Reflexioné sobre el asunto y me costó no escribir algunas letras. Fueron varios amigos los que me preguntaron e incluso se extrañaron que no firmara ipso facto, exigiendo el depósito del busto en nuestro museo. Cuando mis hijos también entraron en el embate, opté por escribir algo en mi Facebook, con la esperanza de dejar clara mi postura: “Para los que me han preguntado sobre el busto de Hadriano: PRUDENTES… pero PENDIENTES”. ¿Por qué? Pues verán ustedes:
Por ahora, sabemos que se trata de un busto del emperador Hadriano, que unos individuos trataban de vender y tenían escondido en una finca del Término Municipal de Écija. Es lo único que sabemos realmente: todo lo demás está pendiente de resolución judicial. Es decir: aún no se sabe cómo fue adquirido, cuando se encontró y, lo más importante, dónde… Son importantes interrogantes que deberá de resolverse en el juzgado; y hasta que no conozcamos las respuestas, no se podrá actuar en consecuencia.
Debemos saber que, según la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, estas piezas pertenecen a todos los andaluces y es la Junta de Andalucía –en su nombre- quien las custodia y las gestiona. Es decir: las piezas que tenemos en nuestro Museo, desde la Amazona Herida a cualquiera de los mosaicos, están cedidas en depósito por la Junta de Andalucía debido, lógicamente, a su relación demostrada con la Ástigi romana y a que, actualmente, contamos con un Museo de plena garantía y un personal altamente cualificado para su conservación y mantenimiento. Por tanto, lo primero que hay que demostrar es el vínculo del busto de Hadriano con Écija. Después, será el momento de realizar gestiones para solicitar su depósito en nuestro museo. Ahora bien, en principio se me ocurren algunos argumentos para solicitarlo:
Sin duda, el momento de mayor esplendor de Ástigi, fue el siglo II d. C. (justo en el que Hadriano gobernó). Si estamos fomentando el conocimiento de la Colonia, igual que exponemos las realizaciones más importantes del siglo II, se podría exponer el busto de Hadriano.
Por otro lado –y en cuanto al lugar de su hallazgo-, no debemos olvidar que todo este esplendor, no sólo lo fue en la ciudad sino en toda su zona de influencia como Convento Jurídico de la Bética. Es decir, podría darse el caso de que el busto no se hubiera descubierto en la propia ciudad, pero sí en cualquiera de las otras cincuenta ciudades que, en el siglo II d. C. -la época para la que fue concebido y que le dio sentido-, eran parte integrante del territorio jurídico y administrativo de la Colonia astigitana. Ciudades entre las que se encontraban, por ejemplo, Antequera, Cabra, Jaén o Granada; aparte de otras ubicadas en las propias provincias de Córdoba (Teba la Vieja, Doña Mencía, Aguilar de la Frontera, Carcabuey, Baena, Puente Genil, Monturque, La Rambla, Almedinilla,…), Jaén (Torredonjimeno, La Guardia,…), Granada (Pinos Puente, Íllora,…) y Sevilla (Osuna, Estepa, El Saucejo, Casariche, Lora de Estepa,…)
Aparte de su significado histórico y el posible vínculo con nuestra ciudad o su Convento Jurídico, debemos poner en valor la calidad de las instalaciones de nuestro Museo Histórico, la continuidad de sus trabajos, la ingente labor realizada en él, por universidades españolas y extranjeras, la calidad de nuestros técnicos y, sobre todo, la de nuestro Arqueólogo Municipal, el Doctor Sergio García-Dils de la Vega (posiblemente el especialista más reconocido sobre Ástigi y el siglo II de nuestra Historia)
Para finalizar –dicho todo esto y como consecuencia de estas razones-, deberíamos reconocer el magnífico criterio con el que, a mi entender, tanto el PSOE como el PP, están actuando hasta la fecha.
Para el PSOE hubiese sido muy fácil practicar el populismo en un asunto como este. Ponerse a la cabeza del brinco ciudadano e impulsarlo. Sin embargo, ha tenido la cautela de no entrar en el enfrentamiento y esperar a conocer el resultado del juicio.
Por su lado, el PP local también tenía muy fácil apuntarse el tanto; sobre todo, teniendo en cuenta, la amistad reconocida de Silvia Heredia con la Consejera de Cultura. También ellos se han mantenido en silencio, supongo que esperando acontecimientos.
Igual hicieron los demás: Fuerza Ecijana, IU, VOX y Podemos, Hasta ahora, han sido prudentes y yo los aplaudo.
Ahora toca esperar y, llegado el momento, intentar convencer a la Junta de Andalucía, de buenas maneras y ENTRE TODOS (porque este objetivo merece la UNIDAD), que donde mejor quedaría este busto imponente, sería al ladito de esas curvas praxistelianas de nuestra Amazona Herida en las que –estoy seguro-, si lo dejaran, hasta este Hadriano de mármol hierático, podría perderse eternamente.
Muy interesante tu aportación con tu uncomentario Paco, como siempre aplicas el sentido común y la realidad, esperemos una vez hechas todas la investigaciones posibles. pueda volver a nuestra Ciudad y albergarlo en nuestro museo. Te agradecería me informarás el origen de al redactarlo a nivel de ortografía lo haces con H. Un saludo y mi enhorabuena.
Muchísimas gracias, amigo mío.
En efecto, escribir Hadriano con “H” ha sido adredes y, además, porque es la forma en que le encuentro mayor sentido. Me explico:
Estamos refiriéndonos a un busto del emperador que, cuando lo fue -a los 41 años de edad- , lo hizo como Hadrianus Agustus(eso ocurrió en el 117), falleciendo tras 21 años en el poder (todos ellos, por tanto, incluidos en el siglo II d C)… y, aunque actualmente, lo hemos castellanizado y lo conocemos como Adriano (sin H), su nombre, como Imperator, fue Caesar Divi Traiani filius Traianus Hadrianus Augustus y, además, Divus Hadrianus tras su deificación.
Como mi intención es establecer épocas y denominaciones históricas y, sobre todo, el de este busto en concreto (que se exculpió y se expuso con ese nombre), opté por nombrarlo y escribirlo como realmente se fue conocido en su época, aunque -aún así- no me privé de castellanizar el final del nombre, por evitar rizar el rizo ya que, con los años, hemos ido castellanizándolo todo y sonaria, incluso, un poco pedante, llamarlo “Hadrianus”. Me quedo con la “H” y respeto su sentido clásico latino.
Pero todo esto es lo de menos; como bien dices, ojalá que lo consigamos.
Un saludo muy cordial.