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Finalizamos la Semana Santa en Écija con la Resurrección y precisamente hace unos días se ha estrenado en España una película dedicada, por primera vez, a la Resurrección de Nuestro Señor, después de existir muchas dedicadas a la la pasión y a la muerte. A continuación, el artículo de Ceferino Aguilera.

Yo soy la resurrección y la vida;
el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá (Jn 11,25)

Ceferino Aguilera

La Resurrección(1) es uno de los elementos centrales de nuestra fe cristiana. Se trata de un misterio que nos abre una nueva cosmovisión, unos horizontes nuevos a nuestra razón y sobre la que todo creyente debería pensar y no solo hablar. Como afirma J. Serafín Béjar (2) (2010), “hablar de la resurrección es atreverse a contar la historia del Dios de Jesús, narrando la historia sufriente de los hombres”. Y es que la resurrección de Jesús no se predica como una enseñanza para los cristianos solamente, sino como una “buena noticia” para todos los hombres: cualquier no creyente tiene derecho a preguntarse qué significa para él esa buena noticia. Esa importante búsqueda de algo valioso que no se encuentra, pero que se ve abriendo el corazón, supone un cambio interior, a la par que palpita extendida en la experiencia y en el via lucis de toda visión creyente y afirmativa de la realidad: Cristo Jesús ha resucitado de la muerte y vive para siempre. Verdaderamente ha resucitado.

Se trata de un proceso que va desde la búsqueda apasionante al encuentro personal con Jesús Resucitado. Este mes de marzo se estrena en España, con una impecable producción y un equilibrio tales en la perspectiva y en el tono que nos educa la mirada, la película Resucitado (3) , épica historia bíblica sabiamente dirigida por Kevin Reynolds(4) , en la que se relata –de forma detectivesca, no teológica– ese acontecimiento que cambió el mundo, no solo la formación de la primitiva iglesia, y se narra, con los ojos de un no creyente, la historia de un agnóstico tribuno romano, Clavius, diligente testigo de la muerte y resurrección de Jeshua e instruido por Poncio Pilato –prefecto de la provincia romana de Judea, entre los años 26 y 36 d.C.– para supervisar y salvaguardar el cuerpo de Cristo en el sepulcro tras su crucifixión, y para asegurarse de que los discípulos de Jesús no roban su cuerpo y afirman la Resurrección. No obstante, cuando en unos días el cuerpo del Mesías desaparece, Clavius (personaje de ficción y claro protagonista de la película) y sus hombres se embarcan las semanas posteriores en una misión encomendada por el prefecto romano, Poncio Pilato, para recuperar el cadáver, acabar con los rumores que hablan de la Resurrección y evitar una sedición en Jerusalén. A lo largo de la cinta (107 minutos bien articulados) se subraya la caridad existente entre los apóstoles, la alegría explícita de los seguidores de Cristo, la piedad, el perdón, la misericordia, las segundas oportunidades, el mensaje del amor e incluso, en una emocionante y catártica escena de la segunda parte, la teología del banquete eucarístico, acaso “el más radical acto de protesta contra una sociedad en que unos hombres oprimen o margina a otros hombres” (5) , cuando Jesús, en medio de una comida con los apóstoles en la que participa Clavius, cura y dignifica a un leproso indigente marginado por la sociedad.

La película empieza, no acaba, en la cruz y nos sitúa en el Jerusalén del siglo primero, en esos cincuenta días después de la muerte de Jesucristo, sin plantear ninguna duda sobre la historicidad de la Resurrección de Cristo. Resucitado también refleja, como ha expresado el protagonista de la obra, el actor Joseph Fiennes, “los primeros años de persecución sufrida por los creyentes, algo que sigue sucediendo hoy”. En la ciudad de Jerusalén no se habla entonces de otra cosa y por ello Poncio Pilato manda al entonces incrédulo y escéptico Clavius a que ponga orden en la tierra ocupada e investigue la realidad del asunto. La misión que le encomiendan consiste en localizar el cuerpo desaparecido de Jesús de Nazaret para zanjar y dar fin al tema de la resurrección.

En esta novedosa película en fondo y forma, al igual que en la Pasión, de Mel Gibson (2004), se utiliza la técnica de la analepsis o flashback –reforzada aquí por su literario comienzo in media res y por un sueño premonitorio del protagonista–, recursos que le permiten al espectador actual realizar el propio viaje del narrador, Clavius, al alterarse así la secuencia cronológica de la historia, conectando momentos distintos y trasladando la acción al pasado, a la par que dinamizar la evolución psicológica de los personajes, especialmente la de Clavius, el tribuno romano cuyo portentoso camino interior sufrirá una profunda transformación espiritual durante la misión que le es encargada, y que constituye –ha afirmado el actor6 – “un viaje de descomposición en el que Clavius va perdiendo esa condición inicial” de incrédulo y sus creencias avanzan acordes a los acontecimientos del filme. “Es un hombre que ha participado en muchas muertes, incluida la de Jesús, y por eso es más fascinante cuando descubre al Resucitado”, ha declarado el actor que interpreta al tribuno, J. Fiennes. A lo largo de su misión sus dudas aumentan respecto a la existencia de lo sobrenatural y se verá confrontado con los apóstoles, otros personajes bíblicos y los misteriosos acontecimientos que tuvieron lugar después de la crucifixión.

El director, Kevin Reynolds, sigue una estructura similar a la de otro famoso filme del péplum bíblico, La túnica sagrada (1943), dirigida por Henry Koster. Reynolds no pretende tanto demostrar la premisa de si se trata de una resurrección o de una estrategia política de los judíos cuanto mostrar a un hombre escéptico –muy creíble y parecido al hombre del siglo XXI– a quien el ir tratando de desmontar los mitos, lo inexplicable, desde su perspectiva militar y pagana, desde su analítica forma de investigar, desde su intelecto y su mente, le llevan a transformar su vida para siempre, topar con lo real de esa verdad cristiana que no tiene aparentemente explicación racional, pero de la que realmente es un testigo excepcional: Cristo Jesús ha resucitado de la muerte y vive para siempre. ¡Verdaderamente ha resucitado!

Ceferino Aguilera Ochoa.

Tráiler de la película:

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1 https://www.youtube.com/watch?v=VjK-qkre6S0

2 Serafín Béjar: Cómo hablar hoy de la Resurrección? Lectura simbólica-narrativa del relato de Emaús. Ediciones Khaf. Grupo editorial Luis Vives. Madrid, 2010. 173 páginas.

3 https://www.youtube.com/watch?v=CeVwoIMhcpg La película cuenta con un 65% de presupuesto español. La obra –afirma el periódico El Mundo– ha contado con el visto bueno del Vaticano, y del propio Papa Francisco, porque como añade Fiennes, el actor que interpreta el personaje de Clavius, “esta película puede reformular la manera en la que un agnóstico tiene una conversación sobre la fe, ofrece claridad”.

4 Especializado en el cine de aventuras, el director Kevin Reynolds mezcla aquí épica, historia y acción. Nos ofrece una película de investigación sobre un cadáver que ha desaparecido. La buena ambientación del entorno histórico de Jesús, de los apóstoles, del grupo del sanedrín, de la dominación romana…la excelente realización de la fotografía y del vestuario, la música inspirada en formas judías –la BSO ha tenido la colaboración de la Agrupación Musical “Santísimo Cristo de Gracia” de Córdoba– nos permite profundizar en el encuentro con el Resucitado y en lo que supone de cambio para los discípulos. Asimismo, la dirección de la película afronta el reto nada fácil para el cine bíblico de presentar la figura de Jesucristo resucitado, vivo después de la muerte, al tiempo que, respetuosa con la perspectiva judía y cristiana, despierta en el espectador el deseo de adentrarse en el corazón de la experiencia pascual.

5 Luis González-Carvajal: Esta es nuestra fe. Teología para universitarios. Duodécima edición. Sal Terrae. Santander, 1989: 256.

6 El pasado 16 de marzo el actor Joseph Fiennes recogió el Premio Madrimaná de manos de Monseñor Osoro por su interpretación del tribuno Clavius en Resucitado.

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