Inicio Portal

TODO ÉCIJA
MUNDO HOY

Los Siete Niños de Écija por la serranía de Ronda.

Foto: Pintura Bandoleros

 

Ronda, suspendida en el tiempo: Sus características climáticas e hidrológicas, su pasado árabe y sus leyendas sobre el toreo y el bandolerismo, la han convertido en uno de los lugares más visitados de Andalucía, en el sur de España

El fenómeno del bandolerismo, que se ha interpretado como un componente pintoresco, casi exclusivo, de sociedades rurales atrasadas, con difíciles comunicaciones y con escasa presencia de la autoridad policial, es un factor fundamental para comprender la ciudad de Ronda.

Visto el asunto desde el interior de estas abruptas serranías, donde la mentalidad mayoritaria justifica, aún hoy, muchos de los actos que abocaron al bandolerismo (resistirse violentamente a pagar impuestos abusivos, robar a quien robaba o agredir al capataz despótico), la cuestión toma un cariz distinto.

La imagen del bandolero que no teme a nada ni a nadie, que se “echa a la sierra” asociándose con ella en íntima complicidad; que se enfrenta a los injustos poderes públicos a pecho descubierto; esa es la imagen que ha calado hondo en el sentir popular, hasta el punto de extender la cuestión con verdadero respeto y, en algunos casos, con una pizca de veneración.

La Guerra de Independencia contra los franceses situó en el campo a una población que, durante años, se dedicó a emboscadas y al ataque por sorpresa, componiendo una guerrilla que lucha y sobrevive como puede.

Entre los bandoleros más célebres encontramos a los “Siete niños de Écija”, que iniciaron sus aventuras en 1808 como una guerrilla patriótica formada para luchar contra las huestes del invasor Napoleón. Destacados bandoleros, de una primera etapa romántica, son Jose María Hinojosa “El tempranillo”, José Ulloa “Tragabuches”, Zamarrita, y Flores Arocha. Otros históricos como Juan José Mingolla “Pasos Largos” y Pablo Pérez “El Rubio de Bobadilla”, corresponde a los últimos bandoleros, ya de comienzos del siglo XX.

Lo cierto es que ejemplos históricos de la explotación de estas características de la Serranía hay muchos: Materno y Carachota (siglo I); los nidos de bandas de marginados del enclave boscoso de la Sauceda, Pedro Machuca (siglo XVI); el renegado del Islam Omar Ibn Hafsum que desde el 880 y hasta el 918 tuvo en jaque a los emires cordobeses; y los monfíes, una palabra árabe que significa desterrado. Este nombre se aplicó a los moriscos que, con ocasión de la rebeliones habidas en la comarca rondeña durante los siglos XVI y XVII, se echaron a la sierra viéndose abocados a luchar en defensa de su supervivencia.

Además de ello, y desde que la plaza de Gibraltar fue ocupada por la flota anglo-holandesa con motivo de la Guerra de Sucesión española el 4 de agosto de 1704, se dio un fenómeno entre personas de la Serranía denominado contrabando, que continuó incluso con el franquismo. Dicho fenómeno consistía en pasar desde la colonia británica de forma ilegal productos como el tabaco, el alcohol o víveres alimenticios, bien para uso propio, bien para comerciar con ellos.

Información: (Extraído del Artículo: Ronda, suspendida en el tiempo) El Universal (28/10/2004 )