Y NOSOTROS, ¿QUÉ RECIBIMOS POR RECICLAR? por María Muñoz Ibáñez (alumna 1º de Bachillerato)
Reciclar, una acción que todos conocemos y que muy poca gente lleva a la práctica. Muchas personas creen que reciclar es inútil, que para qué lo van a hacer si no reciben nada a cambio. Pero, ¿realmente nos supone un gran esfuerzo separar los residuos en los distintos contenedores? ¿Supone tanto sacrificio que debería ser incluso premiado?
En primer lugar, creo que seríamos muy egoístas si pensáramos que por el mero hecho de clasificar los residuos deberíamos recibir una especie de premio o recompensa remunerada en dinero. Cuidar del mundo, de nuestra casa común, como la llama el Papa Francisco, es nuestra obligación si no queremos morir por gases tóxicos en la atmósfera o por la ingesta de plásticos que son introducidos en la cadena alimenticia por los peces.
Además, apoyándome en el dicho “cuando el último árbol sea cortado, el último río envenenado, el último pez pescado, solo entonces el hombre descubrirá que el dinero no se come”, la ambición por el dinero no nos da la vida. La vida nos la da el aire, la flora, la fauna, de la que sacamos nuestros alimentos, nuestros sustentos para vivir y para ello debemos poner de nuestra parte, llevando a cabo actos tan simples como puede ser reciclar.
En conclusión, reciclar es algo que debería salir de dentro, que muestre por ello el compromiso y la preocupación por el mundo en el que vivimos. Reciclar no es un trabajo, es nuestro deber.
María Muñoz Ibáñez
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