Uno de los más importantes fotógrafos españoles de la historia, Arturo Cerdá, unido por lazos familiares a Écija
Arturo Cerdá y Rico fue un médico y fotógrafo español (nacido en Monóvar, Alicante, el 11 de Octubre de 1844, y fallecido el 15 de Febrero de 1921 en Cabra del Santo Cristo, Jaén) que se dio cuenta de la importancia que la fotografía tenía desde el punto de vista cultural y etnográfico, antropológico, insistiendo en retratar el pueblo llano en sus quehaceres más cotidianos: oficios, trabajos, fiestas, acontecimientos meteorológicos, componiendo verdaderos cuadros impresionistas, costumbristas, y otras veces escenas de un finísimo humor.
Su dedicación a la fotografía fue intensísima, de tal manera que dedicó gran parte de su tiempo y fortuna a su práctica. El laboratorio que se construyó en 1900 y en el que trabajaba, tenía tres ventanas redondas con postigos, orientadas al mediodía, una con vidrios rojos, otra verdes y la tercera blancos, con objeto de poder trabajar con material ortocromático, pancromático o con la luz del día, de tal manera que podía conseguir efectos diferentes sobre los negativos. Su preferencia técnica era sobre todo la fotografía estereoscópica –con el veráscopo de Richard y el taxiphote-, donde demostró su maestría. También se recreó en otras técnicas como la autocroma de Lumière. Fue pionero de la fotografía en color.
Cerdá participó en multitud de concursos donde obtuvo muchos premios y galardones, entre los que destacan los primeros premios de Valencia 1906, Madrid 1908, Londres 1909, París, etc.
A lo largo de su actividad fotográfica recibió influencias de diversas corrientes algunas de ellas contrapuestas, de ese modo tiene fotografías que pueden encuadrarse en el pictorialismo, otras en la fotografía directa y otras son propias del reportaje gráfico. En muchas de sus fotografías se nota la influencia del lenguaje del cine especialmente en sus encuadres y composiciones.
Cerdá, hombre culto e inquieto, estuvo muy interesado por el arte en general, organizaba veladas literarias en su casa y se rodeaba de artistas y escritores de la época. Mantuvo una interesante correspondencia y amistad con pintores como Sorolla, Cecilio Pla, López Mezquita, Rodríguez Acosta, Martínez Victoria, etc. y con escritores, como su paisano José Martínez Ruiz, Azorín, el cronista provincial de Jaén Alfredo Cazabán, director de la revista cultural Don Lope de Sosa. También mantuvo contactos con otros fotógrafos aficionados, en especial con Carlos Iñigo, los hermanos Cánovas del Castillo, Kaulak y Máximo, etc. y su fraternal Manuel Martínez Victoria.
Arturo Cerdá tenía la costumbre de envolver cada cristal negativo en un papel sobre el que anotaba el número, la fecha y el motivo. Algunos cristales han perdido su envoltorio y otros están en peligro como consecuencia del desprendimiento de la emulsión, aunque en general, y teniendo en cuenta que tienen un siglo están bien conservados y nítidos.
Al morir, el inconmensurable archivo fotográfico fue troceado entre los descendientes. La inmensa mayoría de los negativos y positivos de cristal, -cerca de 6000- se encuentran repartidos entre sus herederos andaluces, principalmente las nietas Juana y Angustias Cerdá Olmedo de Granada y su bisnieto Julio Arturo Cerdá Pugnaire de Ecija. Gracias a sus nietos y biznietos, han llegado hasta nuestros días una colección de imágenes que explican visualmente nuestra historia. Hemos de estar profundamente agradecidos por la oportunidad tan grande que nos ofrecen con la cesión de este material.
Pueden visitar la página de la Asociación con una muy interesante información sobre el autor y su obra recogida en la Asociación Cultural Arturo Cerdá y Rico
📷Asociación Cultural Arturo Cerdá y Rico
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