SOBRE EL 8-M por Francisco J. Fernández-Pro
Esto que nos está pasando, si no es cuestión de soberbia, es cosa de embestida, que viene a ser lo más parecido. La cuestión es sostenella y no enmendalla porque, después del varapalo del año pasado, otra vez se vuelve a la carga del 8-M. Menos mal que ahora parece que el PSOE está dispuesto a conducirse por la razón y anteponer la Salud Pública y el Bien General.
Hace un año escribí varios artículos en los que, analizando las recomendaciones que estaban haciendo los organismos y expertos internacionales, primero intentaba prever lo que podía pasar con la celebración de los actos y manifestaciones del 8-M, después critiqué lo que pasó y -más tarde- analicé sus consecuencias (que acabamos lamentando todos).
No obstante, a pesar de las terribles secuelas de aquel despropósito -y, aunque la mayoría de los grupos convocantes de los actos de entonces (incluso los deportivos) se han bajado del burro-, hay gente dura de mollera que vuelve a la embestida con ímpetu renovado de Victorino de casta y vocación de cabra montesa… y, por no decir “lo dije” (que puede quedar feo y pretencioso), recuerdo algunos párrafos de aquellos artículos:
La prudencia me mantuvo en silencio durante mucho tiempo. Teniendo en cuenta la importancia del momento, quería tener datos suficientes para poder manifestarme con cierta objetividad. Hablamos de una pandemia que ha dejado miles de muertos en España y ha traído mucha soledad y mucho dolor a los españoles. No es cosa para tomarla a la ligera. Por eso, en el momento en que todos los informes y estudios objetivos, coincidieron en la importancia que tuvieron en la propagación del coronavirus las decisiones que se tomaron ese 8-M de 2020, me resultó -y me resulta- demencial una huida adelante sin ton ni son, a trompicones, e intentar repetirlo; un gesto de inmensa soberbia o -como diría un Séneca de los de Pemán- “un embestí por embestí”.
Todos sabemos -aunque algunos tengan la necesidad de negarlo y otros el complejo de callarlo- que las manifestaciones del 8-M fueron el fruto de un enfrentamiento, de una cabezonería ideológica, de unos intereses partidistas y particulares, ajenos a los generales de los ciudadanos. Fue un desafío en toda regla, un “así se hace por mis ovarios”, una negación de la prudencia más evidente, un disparate basado en premisas ofuscadas, irresponsables y ciegas de personajes como Cristina Almeida y aquella dogmática y desafortunada afirmación que vomitó sobre la pandemia: “más mata el machismo…” (disparatada equiparación, tanto por el cariz del problema, como por sus consecuencias)
Lo dicho: por antonomasia, dos pecados capitales de los españoles son la soberbia y la ira… y creo que, al final, las manifestaciones del 8-M del año pasado fueron fruto de estas dos taras que, por lo que estamos comprobando en estos días, es un mal que algunos grupos padecen de forma permanentemente irreversible.
Personalmente -y visto lo ocurrido-, lo primero que haría sería cambiar de día (que este ya tiene mala prensa y seguro que acabará dando “yuyu”); y, aunque me encantaría que, para el bien de la Conciencia Colectiva, todos los días del año se convirtieran en una celebración en homenaje a la dignidad de los seres humanos, independientemente de su género, abogo por un Día de la Mujer (y no añado “trabajadora”, porque no he conocido ni una mujer que no lo sea y, por tanto, es algo implícito de su naturaleza), conducido por los actos de solidaridad, de homenaje y de prudencia porque, si después de lo que hemos sufrido y ya conocemos, hay grupos que se atreven a reintentar otro 8-M en casi idénticas circunstancias que el pasado y, potencialmente, con idénticas consecuencias,… a esos grupos sólo puede respondérseles con el juzgado de guardia, aunque los interfectos sean, precisamente, algunos de los que andan inventándose filigranas para cargarse a Montesquieu.
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La verdad es que las féminas tienen motivos para estar cabreadas. Y no lo digo por las desigualdades que llevan siglos soportando y aun hoy persisten. Lo digo porque deben sentirse injustamente tratadas respecto de otros colectivos que aun en plena ola de la pandemia si pudieron ejercer sus derechos a manifestarse. Los jueces se lo han prohibido porque seguramente, y a mi me lo parece, era lo mas razonable, en aras de la salud publica, por mucho que las organizadoras garantizaran que serian estrictas en la aplicación de las medidas sanitarias. Pero a lo largo de todas estas olas o ataques del virus, se han sucedido manifestaciones de lo mas diverso sin que ninguna fueran prohibidas. Esta vez por mor del derecho de expresión y manifestación. Las manifestaciones contra el uso de las mascarillas, los negacionistas, contra la ley Celaa, contra el gobierno, las del barrio de Salamanca, las antifascistas…. Miles. Hasta un concierto de Raphael congregó cinco mil personas en Madrid. Y ahora inteligentemente se sacude el mantra de que la del 8M del año pasado que fue la que desencadenó la primera ola de la pandemia, como un axioma, como algo mas que demostrado. Lo hemos oído tanto que ya no hay duda. Pero nadie habla que ese mismo día, Vox dio un mitin en una plaza de toros abarrotada, donde el orador recién llegado de Italia y con síntomas de contagio, presidió el acto. Ni de que ese mismo día se celebro un partido de futbol con sus espectadores dentro. Ni que unos días antes volvieron de una Ita lia infectada, miles de hinchas con su equipo. Pero la culpa fue de las mujeres con sus manifestaciones. Y además que lo sabían. Fueron allí sabiéndolo. La ministra llevaba unos guantes de latex morados para protegerse, se llego a decir.
Hay una frase que escuche hace tiempo y que se me antoja muy al hilo de todo lo que estamos viviendo: ” a un tonto basta una mentira para engañarlo. A un inteligente con una media verdad”
Es su dia, D. Francisco. No se lo amarguemos.
Estimado Señor JUBILADO, ante todo -y una vez más- tengo que comenzar disculpándome por mi demora pero, como en las anteriores ocasiones, la falta de tiempo me impide acudir a todos los foros y, muchas veces, pasan los días y los artículos quedan un poco rezagados. Cuando es así, no advierto algunas respuestas que se dieron y que pasaron desapercibidas para mí. Discúlpeme, pues. Tenga por seguro que responder a sus acertados y respetuosos comentarios, supone para mí uno de los más gratos cometidos de este apartado.
En cuanto a sus afirmaciones, en esta ocasión estoy completamente de acuerdo con usted sobre la obligación de preservar la Salud Pública sobre cualquier otro asunto y que esta obligación debe ser igual para todos. Por lo tanto, yo no sólo critico las manifestaciones feministas, sino también cualquier otra que suponga una concentración y un riesgo de contagio (lea en el artículo que me refiero, incluso, a las de carácter deportivo)
En cuanto a la incidencia que tuvieron las manifestaciones del 8-M del año pasado, todas ellas y, por tanto -y sobre todo- las más numerosas, que fueron las de la conmemoración del Día de la Mujer, es algo en lo que supongo que nunca nos pondremos de acuerdo, ya que usted supone que mi crítica es un ataque a este tipo de asociaciones y la cosa es mucho más simple: lo único que ocurre es que, en mi opinión, sobre cualquier tipo de juicio, prejuicio o consigna, en este asunto siempre deberían prevalecer los estudios estadísticos que se hicieron tras aquella fatídica jornada y los análisis que los expertos independientes hicieron sobe ellos y sus consecuencias a corto y medio plazo.
De todas formas, creo que este año -precisamente, teniendo en cuenta los resultados de los estudios a los que me refiero- se ha rectificado debidamente y ha prevalecido la prudencia sin necesidad de renunciar a ningún postulado reivindicativo. Ha vencido la razón, no ha pasado nada ni se ha provocado un nuevo impulso en la curva de contagios… y eso debería bastarnos.
Un saludo muy cordial.
Pero D. Francisco, lo que pasa es que usted no ha cargado contra ningún otro evento, sino contra esta manifestación. Y lo que pasa, también, es que sobre aquella “fatídica” jornada no hay ningún estudio estadístico, ni ningún análisis de expertos dependientes o independientes que avalaran consecuencias nefastas de todo aquello. Mas que nada porque eso es imposible. Efectivamente no ha pasado nada con la prohibición, lo cual concede a las organizadoras un punto de sensatez y de madurez. Lo mismos que a las autoridades que lo prohibieron. Se imagina que les hubieran prohibido algo así a organizaciones mas radicales como algunas de las que tenemos en mente?
Muchas gracias por su interés.
Señor JUBILADO, ya le adelanté que en algunas cosas no estaríamos de acuerdo. Para usted, las manifestaciones del 8-M de 2020 no tuvieron relevancia y, sin embargo, para muchos otros (e incluyo a un gran número de compañeros sanitarios), sí la tuvo…
De hecho, resultado de esa certeza (puro escarmiento), son las recomendaciones que este año han evitado que el 8-M se repitieran manifestaciones parecidas
Adjunto documento oficial (Fíjese la consideración que se hace de los factores de Alto Riesgo)
Un saludo.
https://www.economiadigital.es/politica/un-informe-de-sanidad-considera-las-manifestaciones-del-8m-de-alto-riesgo.html
Debo ser Don Erre que Erre. Como Martínez Soria. Pero es que creo que no me expreso bien y no me gusta que usted me malinterprete.
No es que para mi las manifestaciones del 8M de 2020 no tuvieran relevancia. Mi opinión aquí no importa. Como tampoco importan otras muchas o pocas opiniones. Lo que importa es que estas opiniones no están basadas en evidencias científicas. Y las opiniones de unos sanitarios no constituyen en este caso ninguna evidencia, porque para eso existe una especialidad en la medicina que llama epidemiologia que si que están capacitados para emitir un diagnostico. Por eso, hubiera sido interesante por no decir imprescindible que hubiera usted aportado evidencias o estudios epidemiológicos que avalaran sus rotundas afirmaciones, porque si no, son solo eso, opiniones. y por tanto carecen de rigor. Por eso le decía antes que ningún informe epidemiológico ha podido determinar la relacion entre estas manifestaciones y no otras hayan podido contribuir a extender la enfermedad. No me gusta ser tan concreto, pero así son las cosas.
El documento que usted amablemente me envía, corrobora algo mas que evidente; que con la experiencia adquirida después de un año de lucha, las autoridades, sabia y prudentemente prohíben las manifestaciones. Pero le invito a que compare la situación del 8M 2020 con el 8M 2021 con el índice de contagios, por ejemplo. Y seguimos refiriéndonos al 8M 2020, y no al Las Ventas 2020 o a los partidos de futbol de aquel fin de semana. ¿Por que no se habla de eso?
Bueno, D. Francisco, creo que lo que es este tema ya no es de rigurosa actividad. Ahora vamos a por las vacunas, porque no nos queda otra. Un saludo.