SERGIO GARCÍA-DILS Y TELECUATRO por Francisco J. Fernández-Pro
Confieso que no me gustan nada los canales televisivos que se nutren de la Salsa Rosa. Más bien los abomino. El orden de valores de sus protagonistas me parece digno de un tratado de escatología. Habiendo tantas personas a nuestro alrededor de verdadera talla, dignos de elogio y admiración, auténticos ejemplos de esfuerzo y coherencia en sus vidas, la Salsa Rosa se dedica a ensalzar a personajes esperpénticos de la más infame mediocridad, lo vulgar y lo cutre. Sin embargo, entre estos y aquellos, existen también otros personajes mediáticos de cierta valía, pero que suelen apoyarse en gente de mayores méritos para poder colgarse alguna que otra medalla. Menos mal que, a veces, el Destino –que es un invento extrañamente justo- pone las cosas en su sitio y, al final, de alguna forma se le tiene que acabar concediendo a cada cual lo suyo… y exactamente eso, creo que es lo que ocurrió la semana pasada en TELECUATRO.
Confieso que, días antes, había seguido expectante -pero indignado- la estrategia con la que esta Cadena de televisión anunciaba, a bombo y platillo, un futuro programa de “Desafío Extremo”, protagonizado por Jesús Calleja. Se trataba del descenso a la Sima Krúbera-Voronya, la cueva más profunda de las conocidas en el Mundo y situada en la República de Abkhazia.
Pues bien, en las entrevistas previas, en los anuncios y preliminares, se ensalzó superlativamente la imagen de quien -se suponía- iba a ser su protagonista, el aventurero Jesús Calleja (mediático él, simpático, rubio y guaperas), llegando a equipararlo con uno de los héroes de las novelas de Julio Verne. Pero, a la vez que esto se hacía, en todos estos programas se ignoró, de forma incomprensible, a quien realmente llevaría el peso de toda la responsabilidad en la expedición (ya que era el experto en espeleología) y que, lógicamente, en cuanto las cosas se pusieron negras, se convirtió en el verdadero protagonista de toda esta aventura… y, fíjate por dónde, resulta que ese personaje (tan poco amigo como yo de la salsa rosa) no es otro que mi querido amigo Sergio García-Dils de la Vega, verdadero director de la expedición y uno de los más reconocidos y premiados espeleólogos del Mundo.
Más quiso el destino (que se puso jodío), la vergüenza torera de Jesús Calleja (que el hombre demostró tenerla) o la honestidad de los que vieron su vida en verdadero peligro y quisieron agradecérselo como se debía a quien, realmente, se las salvó, que cuando, finalmente, se montó la película documental (increíble, por sorprendente y reveladora) compendio y resumen de lo que resultó ser una de las expediciones más apasionantes que se han rodado en cualquier televisión, pública o privada, los realizadores del film sí quisieron otorgarle ese mérito a quien realmente lo tuvo.
Una película que, tras todo el bombo y el platillo y las interviús y los olvidos premeditados, reveló –con toda la honestidad que merece el esfuerzo realizado- la verdadera grandeza de un equipo internacional, que lleva años trabajando casi en las sombras, sin patrocinadores ni televisiones de por medio, explorando lo más desconocido de las entrañas de nuestro planeta por pura pasión, por amor a lo que hacen; y, con todos ellos, y ahora encabezándolos, mi querido Amigo Sergio García-Dils de la Vega que, aunque hasta ahora nunca ha sido conocido ni reconocido por las grande audiencias (que, por desgracia, son las que se atiborran de salsa rosa), ha batido hasta cinco veces el récord del mundo de profundidad (dejándolo en -2170 m), habiendo sido el primer hombre que, en nuestro Mundo, ha descendido más de 2000 metros (distancia ésta en descenso, que es equiparable, en la ascensión, a la de una hipotética cumbre de 16000 m).
Pero no sólo soy yo con mis palabras quien lo dice y, porque lo considero necesario -y aunque peque mi artículo de demasiadas letras-, me obligo a informarles de que tal ha sido la dimensión de sus logros, que Sergio (que, además, es Doctor en Arqueología y Premio Extraordinario de Doctorado de la Universidad de Sevilla) ha sido galardonado en dos ocasiones por la Unión Internacional de Espeleología (máximo Organismo Mundial) con su más alto reconocimiento a los descubrimientos más significativos en espeleología. Igualmente, ha recibido dos veces la Real Orden del Mérito Deportivo del Consejo Superior de Deportes (máximo galardón de España a cualquier deportista), así como la Medalla “Alexander Morozov” de la Federación de Rusia (también la más alta distinción de aquel país). Es autor de más de medio centenar de artículos y libros relacionados con la espeleología a nivel nacional e internacional (tanto en español, como en inglés, francés y ruso, idiomas que domina a la perfección), siendo coautor del vigente Manual Oficial de la Federación Española de Espeleología, de la que es su Director, habiendo participado en un centenar de cursos y jornadas técnicas de espeleología y técnicas de rescate vertical, dirigiendo muchos de ellos, tanto en España, como en Rusia, Brasil, Francia, Italia, Portugal y Ucrania.
Sin embargo, para los ecijanos, hay algo más: Sergio García-Dils de la Vega, es el Arqueólogo Municipal de Écija desde 1997. Hecho éste en el que participé muy directamente desde mi responsabilidad en la Delegación de Cultura por aquel entonces y la relación que mantenía con el Departamento de Historia Antigua de la Universidad de Sevilla y los Catedráticos Don Genaro Chic García y Don Pedro Sáez, y que, por supuesto, me produjo una de las mayores satisfacciones de mi paso por la política municipal.
Y si finalizo con esta declaración, no es porque me rebose el orgullo por aquello (que, a lo mejor, también… y a mucha honra), sino porque quizá, precisamente por esta circunstancia (por conocer muy de cerca la trayectoria de Sergio, sus esfuerzos, su talla y la falta de su debido reconocimiento), ahora me he sentido obligado –como en su día a proponerlo y presentarlo ante nuestra Real Academia “Luis Vélez de Guevara”, de la que es su Secretario- a escribir todas estas letras, que quizá ya van siendo demasiadas para el lector, pero que yo he considerado de absoluta justicia.
Si alguien aún lo duda, le recomiendo encarecidamente que, una vez conocidos estos datos, visualice la siguiente página web:
PROGRAMA COMPLETO DESAFÍO EXTREMO: “ABJASIA, ATRAPADOS BAJO TIERRA” de CUATRO TV
Estupendo documental. Desde el principio queda claro que Sergio es el auténtico protagonista. Gracias a él se realiza el descenso y posteriormente el regreso pero, sobre todo, salvar la vida.
También Jesús tiene su mérito como aventurero, además de transmitir tensión al espectador.
Resumiendo: Ambos se complementan bien: Sergio, sabiendo en todo momento lo que hay que hacer, rebosa sabiduría, humanidad y eficacia y Jesús naturalidad y espontaneidad (tal parece que no esté siguiendo un guión).
En fin: dos grandes tipos con los que a uno le encantaría meterse en una aventura como esta.
Estupendo documental. Desde el principio queda claro que Sergio es el auténtico protagonista. Gracias a él se realiza el descenso y posteriormente el regreso pero, sobre todo, salvar la vida.
También Jesús tiene su mérito como aventurero, además de transmitir tensión al espectador.
Resumiendo: Ambos se complementan bien: Sergio, sabiendo en todo momento lo que hay que hacer, rebosa sabiduría, humanidad y eficacia y Jesús, naturalidad y espontaneidad (tal parece que no esté siguiendo un guión).
En fin: dos grandes tipos con los que a uno le encantaría meterse en una aventura como esta.
Paco, me has hablado tantas veces con admiración de tu amigo Sergio, y ahora con este artículo, y con el documental, y que ya tiene cara para mí, es como si tambien fuera mi amigo.
Felicidades por tus amigos.
Gracias por tus palabras, aunque supongo -por ellas- que tú también lo eres y sabrás que procuro rodearme siempre de gente buena en todos los sentidos y que, en todos los sentidos, puedan enseñarme…
Muy bien Paco. Has bordado lo que Sergio se merece. Enhorabuena!!!
Gracias, querido Amigo (a ti sí creo conocerte)… Tú eres otra de las personas de las que aprendí muchísimo (sois geniales la gente que tanta pasión le ponéis a lo que hacéis)
Un abrazo.