Écija – El Portal Temático Cultural

Existen cuestiones que están presentes muy a menudo en nuestra sociedad y tal es su transcendencia que se manifiestan en lugares muy diversos: desde en las conversaciones entre amigos hasta en los grandes debates parlamentarios. Uno de estos temas de actualidad es, sin lugar a dudas, la valoración del papel de la mujer en el mundo actual.

Es cierto que, a base de lucha y esfuerzo, la mujer ha conseguido atravesar muchas barreras y hacerse un hueco en la sociedad dejando así el papel de ciudadana de segunda que injustamente la historia le había otorgado y obteniendo voz y voto en las grandes decisiones. Un buen y reciente ejemplo de este empoderamiento femenino es Kamala Harris, la recién electa en las urnas como vicepresidenta de los Estados Unidos, haciendo historia al convertirse en la primera mujer que va ostentar dicho cargo en los casi tres siglos de historia del país. Muchas como ella, residentes en países desarrollados, se han enfrentado a lo largo de sus vidas a desigualdades latentes en las sociedades como pueden ser la brecha salarial, la violencia machista o los roles de género que todavía hoy encasillan y estereotipan la figura femenina. La superación y eliminación de estos obstáculos es clave para lograr la igualdad de oportunidades. Pero, es muy importantes que no olvidemos que aún hay mujeres que pasan desapercibidas por la mayoría de nosotros y que viven de forma cotidiana multitud de situaciones tan injustas como absurdas en las que se las priva de derechos y libertades por el simple hecho de ser mujeres. Por ejemplo, en Arabia Saudí, hasta hace muy poco, tenían prohibido conducir y todavía hoy se les exige la aprobación de un hombre para, entre otras cosas, estudiar.

Bajo mi punto de vista, creo que, pese a que se han conseguido grandes avances en cuestiones de género, todos nosotros, especialmente los jóvenes, debemos continuar trabajando para conseguir construir un futuro en el que todos, independientemente de nuestro sexo, raza, religión u orientación sexual, seamos libres e iguales.

Rosa María Martín Granado

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