Écija – El Portal Temático Cultural

Hubo un antes y ahora un después de la re programación de Estrella sublime.

Continúan los ecos de la re-programación de esta obra con sus pros y sus contras, después del daño causado a la imagen de la ciudad. Con la re programación, no se sabe aún hasta qué punto se ha podido apaliar los duros ataques que ha sufrido el colectivo cofrade de Écija, al juzgarse a una mínima representación por el todo. Es algo que el tiempo dirá.

José Diego Ramírez, el exprogramador cultural del teatro que presentó la dimisión cuando se suspendió la obra, habla en una entrevista para El club Express sobre el proceso que dio lugar a la suspensión y la posterior re programación de la obra Estrella Sublime.

Afirma José Diego Ramírez que desde que se empezaron a vender las entradas de Estrella sublime ya empezaron los comentarios, aunque a él nadie le refirió nada personalmente. “El Delegado de Cultura acaba echándose para atrás ante unas supuestas presiones que había recibido, asegurando que si no se cancelaba la obra peligraría el pacto de gobierno entre el PP y el PA”, nos cuenta José Diego Ramírez. Es entonces, al estar en total desacuerdo con la decisión tomada, que decide presentar su dimisión “pues este hecho es intolerable como profesional y limita mi futuro. Entiendo que si recibió presiones debería haberlas denunciado debidamente”. Fue entonces, tras esperar por cortesía al día de la función y ver que no se representaba, cuando hizo oficial su renuncia.

“Desde el primer momento he estado en contacto con la compañía, hablando con ellos e informándonos mutuamente”, asegura, “fue la propia Lola Marmolejo quien me comentó que el concejal estaba hablando de re programarla”. Una re programación que también ha traído cola. Se ha fijado para un sábado, justo el día anterior a uno de los espectáculos fuertes de la temporada, la ópera de Carmen. Pese a que siempre es positivo que Écija vaya a poder disfrutar de la obra, según  José Diego Ramírez la decisión ha sido tomada “sin ninguna cabeza”. “Es una decisión a la desesperada, programándose en un hueco que estaba vacío expresamente, ya que era el día previo a una gran ópera. El público de un pueblo es muy diferente y hay que tenerlo en cuenta, las posibilidades económicas y el tipo de público no es el mismo”.

José Diego Ramírez asegura que se alegra mucho de que la obra se retome, pero “que sigue siendo injustificable la decisión que tomaron, y también es lamentable que hayan tenido que recuperar la función por presiones. El teatro es teatro, no política ni presiones. Es entonces cuando yo decido que no debo seguir en este proyecto. Aún no ha dimitido quién tiene que dimitir”. Sobre su vuelta al puesto, asegura que al tratarse de un cargo de confianza “no tiene sentido que vuelva, pues ellos han perdido la confianza en mí, y yo en ellos. Considero que mi decisión era la mejor, porque soy honesto con mi trabajo y con el teatro”.

Ramírez, que continúa en estrecha comunicación con Bastarda Española, nos dice que se encuentran “aburridas, dolidas, y sorprendidas”, pero que la única forma de protestar ante tal injusticia es llenar el teatro. “Hay que llenar el teatro de toda esa gente que se ha indignado con este asunto” apunta José Diego Ramírez “este tipo de decisiones no pueden tomarse a capricho. Lo más gravoso del asunto es que ahora a Bastarda habrá que pagarle una indemnización y un nuevo caché, dinero que nadie pondrá y saldrá del estipulado para programar el teatro, perjudicando así a otras compañías que ya no podrán venir”. Una decisión que ha tenido muchos daños colaterales: el personal de las salas, los bares, todos ellos se ven perjudicados. “Cancelar una obra no debe tratarse de un capricho político, es una decisión que afecta a muchísima gente. Es lícito que la gente pueda decidir lo que ver y lo que no. Y si no le gusta, que proteste, pero que tengan la opción a elegir. Y por supuesto, no ceder a unas presiones o críticas que parten del absoluto desconocimiento de la obra”.

Información publicada en El Club Exprexx

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