SE CUMPLEN 24 AÑOS DE ESTA IMAGEN QUE MUCHOS RECORDARÉIS Y EN LA QUE EL PROTAGONISTA, HOY, ES ELEGIDO NUEVO SELECCIONADOR NACIONAL por Fernando Martínez
Se cumplen 24 años de esta imagen que muchos recordaréis.
Eran los 1/4 de final del Mundial de EEUU, España se enfrentaba a Italia en Boston. En la primera parte, Dino Baggio adelantó a Italia con un tiro lejano al que Zubi reaccionó tarde. En la segunda, España jugaba mucho mejor que Italia y empató con un gol de Caminero, de entre los más destacados, si no el que más, de los futbolistas españoles en aquel campeonato. España jugaba francamente bien y pudo haberse llevado el partido y pasar a semifinales si Julio Salinas hubiera acertado a batir a Gianluca Pagliuca, en un magnífico balón que Miguel Ángel Nadal le puso desde la zaga y que le dejó completamente solo ante el portero italiano.
Pero falló, falló tan estrepitosamente como dieciséis años antes había fallado su tocayo Julio Cardeñosa ante Brasil en Argentina. Y el que no falló, para nuestra desgracia, fue el otro Baggio, el gran Roberto Baggio, que pocos minutos más tarde, con España dominando y mereciendo claramente el gol, cazó un balón y en un contraataque de vértigo nos clavó el segundo.
Aunque para ser honestos, el que certificó nuestro billete fue el árbitro húngaro Sándor Puhl, que se tragó un monumental codazo de Tassotti a Luis Enrique, tan brutal que le rompió la nariz al asturiano, y que como fue dentro del área, debió haber sido castigado con penalti y expulsión (para regocijo del inefable Rafa Guerrero). No lo pitó, para vergüenza de propios y extraños. Ah, la FIFA, siempre tan sensible, con ese enorme sentido que tiene de la oportunidad, castigó a Mr. Puhl encargándole la final de aquel Mundial que acabó llevándose una nada brillante Brasil ante la propia Italia a los penaltis (Baggio, esta vez sí falló).
Pues bien. Una fecha como la de hoy, que quizá haya tenido mal sabor de boca para el técnico gijonés todos estos años, a partir de ahora probablemente será motivo de alegría para él y su entorno. Desde hoy, Luis Enrique Martínez es el nuevo seleccionador nacional, sustituyendo al bueno de Fernando Hierro (que también estaba aquella tarde en Boston; quizá la persona que menos culpa ha tenido en el fracaso español en Rusia).
No sé si Luis Enrique es la mejor opción. Mala desde luego no parece. Se curtió como entrenador en las categorías inferiores del FC Barcelona, ha entrenado a la Roma, hizo una muy buena campaña con el Celta, y ha ganado unos cuantos títulos en sus tres temporadas en Camp Barça, entre ellos el triplete de 2015, segundo culé tras el de 2009.
En fin, a ver si el destino de la selección, que parecía que con Lopetegui podía volver a enderezarse, tiene mejor suerte en sus manos. Suerte, precisamente suerte, va a necesitar.
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