Se celebra el día del Patrón de Écija, San Pablo, con la lectura del milagro de Pablo de Tarso
Un año más se ha celebrado el día del Patrón de Écija, San Pablo, el cual fue llevado en procesión a la Iglesia de Santo Domingo, acompañado por representaciones de las Hermandades y del pueblo creyente, donde se dio lectura al Milagro del Santo.
Según escrito del pergamino original del escribano de nuestra ciudad D. Gerónimo de Guzmán, el día 20 del mes de Febrero del año 1.436 ocurrió en Ecija el siguiente Milagro del Apostol de Jesucristo Pablo de Tarso, San Pablo:
Aparecióse S. Pablo a un hijo de “D. Diego Fernández de Carmona, llamado Antón de 14 años de edad, adviertiéndole el apostol que el Señor, estaba muy airado contra nuestra ciudad, por muchas cosas; en especial por no guardar los días Santos de los Domingos, ni los santificaban; y así mismo porque hacían y consentían muchos juramentos falsos, muchas blasfemias, no hacían caridad, y no hacían limosna a los pobres.”
Por todo eso y más, le dice S. Pablo “que si no hicieran penitencia, confesasen y comulgasen con devoción y enmendansen dichos vicios y pecados el Señor Jesucristo, mandaría sobre Écija pestilencia grande.”
Así selló S. Pablo la mano derecha del muchacho atandole los dedos unos con otros, y advirtiéndole que lo hiciera publico y después “fuese al Monasterio de Santo Domingo de la Orden de los Predicadores y que pusiese la mano sobre una cruz situada en dicho templo y que se le abriría y desataría, y se volvería tan sana como la tenía.”
Cuando se hiciera público tal milagro el cabildo “ordenó algunas cosas cumplideras al servicio de nuestro Señor y a la enmendación de vicios, y pecados, y provecho del bien común de esta ciudad y mandaron para el martes siguiente fuesen los clérigos de la Universidad con toda la gente de esta dicha ciudad en solemne procesión al dicho Monasterio a rogar a Dios nuestro Señor, tuvisese piedad de ellos, y que quisiese domostrar, si era verdad, lo que el dicho mozo decía. Y otro día fueron en procesión todos los dichos señores con toda la gente común así hombres como mujeres y dicha Misa solemnemente, y hecho Sermón, tomaron la Cruz del dicho monasterio algunos religiosos de el, y algunos clérigos con mucha reverencia, y pusierónla en medio del Altar Mayor, y el dicho mozo fue delante, e hincadas de rodillas llegó con la mano a la manzana de la cruz, y subiendo arriba por ella, llegando a la imágen de Nuestros Señor, que esta en la dicha cruz, abrió la mano y tornose tan buena y sana, como antes la tenía. Lo cual fue visto por toda la gente. Y de esto según pasó, yo el dicho escribano a pedimiento de todos los señores, dí de ello testimonio. Y en memoria de este tan milagro, y porque por el parece, que el Glorioso Apostol Señor S. Pablo es Patrón y tiene señalado cuidado de esta Ciudad. Así acordaron los susodichos señores hacer cada año una procesión el día de la conversión de S. Pablo que cae a 25 días de mes de Enero; en el cual todos los Regidores viniesen con candelas en las manos, y todo el Pueblo viniese con devoción a éste glorioso bienaventurado Patrón, de lo cual hicieron voto a Dios.
Fotografía: Rosario Sánchez
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