¿Por quien doblan las campanas, en la torre de la Iglesia Mayor de Santa Cruz? (A Yolanda Marín, por Ramón Freire)
Es, por mi hermana y amiga YOLANDA MARIN OSTOS.
Ecija, 19 de Febrero de 2016.
Ramón Freire Gálvez
Ayer, cuando me encontraba en el Hospital Virgen del Rocío, acompañando a un familiar en el lecho del dolor (lleva mi familia una temporadita que este puto año bisiesto – nunca me han gustado los bisiestos- nos está dejando señalados a ese nivel), cuando al sonar mi móvil -vi que de la llamada recibida, brotaban lágrimas de dolor- me dieron la noticia de que había fallecido mi amiga y amiga de todos Yolanda Marín, el alma se me cayó y se salió de mi cuerpo.
No me lo podía creer, porque nosotros, las personas creyentes y de fe, en algunos momentos dramáticos no lo entendemos, por lo menos yo, y siempre me hago la misma pregunta: ¿Por qué sucede esto, con la cantidad de hijos de … que siguen teniendo los dos pies y su maldad sobre la tierra?, pero nunca encuentro respuesta y luego sigo impregnado de la fe que me inculcaron y que yo mismo he recibido en mi alma, porque seguimos estando aquí para recibir esas noticias que nos parten el corazón, derramando lágrimas de dolor y pena, que les aseguro una vez más, no pesan igual que las lágrimas de alegría.
Toda la noche la ha tenido en mi pensamiento y oraciones. He recordado la cantidad de momentos que por su cualidad y calidad de locutora, entrevistadora, colaboradora y no sé cuántas cosas más ha hecho en los medios de comunicación ecijanos, mantuve conversaciones y momentos con Yolanda.
Desde una entrevista por cualquiera de mis participaciones en actos culturales, publicaciones de libros, etc., o en aquel programa que se me ocurrió hacer cuando la terrible inundación de Diciembre de 1997, que llamé “Todos a una” para ayudar a los ecijanos que se quedaron sin nada por culpa del río Genil y el Arroyo del Matadero. Ella, fue un brazo de mar a través de Onda Genil, no sólo en auxiliar, sino participativa y solidaria, porque era solidaria como el que más, aunque sólo la conocieran muchos a través de la pantalla de televisión.
De la dinastía de “Los de la Perla”, ese apodo emblemático ecijano con solar en el cruce de Puerta de Palma, mi hermana y amiga Yolanda, se hizo un sitio en Ecija y entre los ecijanos (desde hace unos años también en Cañada Rosal). Algunos dirán, porque se dice muchas veces: ahora que ha fallecido se escribe esto, de que era muy buena persona.
No se equivoque amigo, no es así, es que no fue una buena persona, sino que fue, y es bien distinto, una persona buena, que no le hizo nunca daño a nadie, que solo derramaba amor y comprensión con los demás, trabajadora, solidaria y comprometida, buena madre y esposa, a la que nunca la vi disgustada a nivel personal.
Ecija, a través de su Corporación Municipal, ha decretado un día de luto por una ecijana de pro, pero no es bastante para mí, por eso, ahora en las primeras horas de este día siguiente a su fallecimiento, cuando estoy viendo despuntar el amanecer que ella en la tierra ya no verá nunca más, escribo estas letras de homenaje y recuerdo, precisamente en esta Cuaresma, en la que ella también participaba, preparatoria de ese Jueves Santo en Sangre y Dolor, al que ambos llegamos por herencia familiar, ella, de su padre, Manolo el de la Perla y yo Ramón el del Marqués.
Jueves Santo el de este año, en el que ella, sin que siga sin saber por qué tiene que ser así, no podrá vestir su túnica roja y capa blanca, y en el que yo intentaré, tengo muchos motivos para ello, rezar, mucho rezar, para poder agarrarme a las azucenas del Señor, pidiéndole que no nos vuelva a golpear de esa forma en el corazón y en el alma y que de ser su voluntad, como así creo que habrá sido, derrame su sangre por todos los que nos ha dejado aquí, presos en la cárcel del mayor de los dolores.
Agarrado a mi fe, sólo me queda pensar, que el Señor estaría necesitado de una locutora, de una comunicadora humana de tamaño sin igual, y la ha querido tener a su lado en la Radio Televisión Celestial, para que a los ecijanos que están en el palquillo de la gloria (entre ellos su padre y mi padre), sigan teniendo noticias de lo que ocurre en nuestra ciudad, pero noticias como las daba ella, llenas de dulzura, cariño y comprensión, pero lo tengo que volver a decir y no puedo reprimirme, con la cantidad de hijos de … que tenemos alrededor, de vez en cuando se podría llevar a alguno de ellos, en beneficio de la sociedad en la que vivimos.
Mucho es el dolor que está sintiendo su familia, su madre, amiga y vecina de mi barrio de Santo Domingo, sus hermanos, sus tíos y primos, pero no puedo olvidarme de mi amigo Javier, su marido, que tanto me ha ayudado en Codiar con mis publicaciones, y de sus dos hermosas y pequeñas todavía hijas.
Solo le pido al Cristo y Señor de la Sangre de nuestra advocación, que les cuide y proteja a todos, que les ampare, que les llene de ánimo en tan duro momento, porque si el dolor que yo siento es grande, ya se puede usted imaginar el de su propia familia.
Cuando vea los informativos y programas de Ecija Televisión, así como los de Cañada Rosal, su imagen siempre me vendrá al recuerdo, porque tienes que saber Yolanda, allí donde estés, que el verso de las sevillanas: cuando un amigo se va, algo se muere en el alma… es lo más cierto que nunca he escuchado, porque hoy, en mi alma y entrañas, se ha muerto una hermana (Sangre y Dolor) y una admirada y gran amiga.
Yo, aunque inmerso en las teconologías modernas, no tengo facebook ni twitter, pero a quien lo tenga y reciba este cariñoso recuerdo de despedida, le pido que lo cuelgue y envíe a todos los ecijanos que conozca, para que nunca nos olvidemos de ella y los creyentes, pidamos por su madre, hermanos, su marido Javier y sobre todo, por esos dos pequeños luceros, sus hijas, que ha dejado con nosotros para que siempre nos brillen en su recuerdo.
Descansa en paz hermana.
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