PEDRO SÁNCHEZ EL ALBAÑIL por Francisco J. Fernández-Pro Ledesma
Hace años formé parte de un tribunal para proveer un par de plazas de Oficial Albañil en el Ayuntamiento de Écija. Fue el día en el que me di cuenta de que ser albañil no es tan fácil y que cualquier oficio requiere su maña y su arte. Pues bien, según parece Pedro Sánchez -sin saber donde se metía- ha cogido su palaustre, su nivel, su caballete, su radial, su capacho y todos los demás avíos que se le ocurrieron y, cargándolos en su carretilla, se ha lanzado al ruedo ibérico -cual fiero miura cornigacho- con la idea fija en la cornamenta, de levantar un muro definitivo entre españoles. Pero no de cualquier forma, no: selectivamente. El Muro de Sánchez servirá -según su ideólogo- para separar a los buenos de los malos; o, lo que es lo mismo, a los sanchistas de todos los demás. Lo malo es que, para Pedro Sánchez -en su delirio autocrático y simple- todo el que no está a su lado está en la ultraderecha y es fascista.
Por tanto, Pedro Sánchez incluye en el grupo que se manifiesta contra él, a un maremágnum de personas, grupos e instituciones, en los que se encuentran humanistas, liberales, demócrata-cristianos y muchos socialdemócratas de toda la vida (incluyendo los grandes históricos del propio PSOE), además de casi todos los jueces, fiscales, abogados, inspectores de trabajo, periodistas, fuerzas de seguridad del Estado, empresarios, autónomos,… Para Sánchez todo el que lo critica es de extrema derecha y se queda a un lado del muro.
En el otro lado, se refugia él con sus allegados y los grupos de ultraizquierda, independentistas, filoetarras, nacionalistas de ultraderecha (¡ojo al parche!) y prófugos, delincuentes y políticos corruptos condenados por la Justicia.
El único problema es que en ambos lados del muro, existen también españoles de bien que no tienen culpa ni comparten sus megalomanías pero que, por ignorancia o desidia, se puede ver ahora perjudicados por sus efectos..
De todas formas, me parece mal asunto que la primera medida que prometa el Presidente del Gobierno español sea, precisamente, levantar un muro entre los españoles. Digo yo que, si tiene la intención de meterse en obras, en vez de un muro -excluyente y absurdo hasta la tiranía- mucho mejor sería esforzarse -pero de verdad- en tender puentes de diálogo y concordia. Pero está visto que a Pedro Sánchez el subconsciente lo traiciona tanto como la hemeroteca.
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