Écija – El Portal Temático Cultural

(El autor analiza la situación política de Écija hace diez años con este artículo publicado en EL PERIÓDICO DE ÉCIJA el 30/08/2003)

Manuel Martín

No aparecen los proyectos indicadores del cambio y Bustamante disfruta de sus ganadas vacaciones. Duros han sido los dos primeros meses de trabajo y lógico era suponer que estuviera cansado (la ola de despidos ha sido mortificante), lo que nos lleva a considerar cómo se pasa por el arco de la entrepierna el derecho al trabajo que defendía desde la oposición.

Su política de recortes ha consentido, además, que Son de Sol esté fuera de la Feria y que el Ayuntamiento sea el único de España que no subvenciona un festival flamenco, el de la Peña Antonio Mairena, que por si Wic aún no lo sabe, es la única en activo de Écija.

Quedo mentalmente masturbado, pues, ante lo que se han pasado por el aro estos fornicadores sociales. Sí, porque fornicar procede de ‘fornives’, esto es, arco, ya que en la época romana era frecuente que las prostitutas se situaran bajo los arcos de los acueductos, encima de los cuales escribían una leyenda con la práctica a la que se dedicaban. Verbigracia: “Por aquí pasea Janu, que gusta de higos y plátanos”.

Y para consolador el de un adlátere socialista, que mientras injuria al tránsfuga en Madrid o Marbella, lo ensalza por estos pagos. A la pregunta de por qué cierra el Ayuntamiento en agosto, su respuesta es “porque a Juan Wic le sale del cipote”. Chupóptero, deja el exabrupto y di mejor que es cuestión de gallinero, es decir, que no le sale de la polla, como eufemismo de pene en castellano, ya que es ‘cook’ (gallo en inglés) el ave que se yergue y tiene la cresta roja, expresión que, como causaba tanto rubor, fue cambiada por ‘rooster’ (pollo).

Empero, no pierdo el sonrojo ante cómo dejó las arcas el PA y el calentón de quienes dilapidan el capital que el delincuente político les cedió, chulería que comparo con la de mi amigo Contreras, que, sin dar un palo al agua, vivió a costa de las mujeres. Cuando le sonsacaban su profesión, este parásito social sacaba una tarjeta de visita en la que figuraba ‘gigoló’, que significa amante joven de una mujer rica y madura que lo protege y mantiene. Pero eso sí, como el galicismo me parecía una cursilería, yo le llamaba chulo o, en su caso, mantenido, en clara alusión a quien recibe favores e incluso vive de la mujer que de ellos se encapricha.

Claro que ante la vaciedad de la nada de este Gobierno, uno piensa que joder, joden, y si no que le pregunten a Paco Rivera o a las familias que llevan al paro, pero lo que es parir en el sentido político del término, poco y mal, de ahí que utilicen la inseminación artificial mediática para engendrar proyectos que nacerán sin amas de cría.

La prioridad, como se constata, es joder al prójimo. Como la actriz Mae West, que se jactaba de que su mejor trabajo lo hacía siempre en la cama, para luego sentenciar: “Cariño, ¿llevas la pistola en el bolsillo o es que te alegras de verme?”.

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