MANUEL MARTÍN MARTÍN: CUESTIÓN DE JUSTICIA por Francisco J. Fernández-Pro
Querido Amigo y Maestro Manuel, creo que en esto sí te equivocas: creo, firmemente, que tú eres profeta en tu tierra. Ayer me lo negabas con un cierto deje de amargura.
Tomábamos una copa en la Casa Hermandad de San Bernardo, después de habernos deleitado con la elegancia sonora de María José Santiago y habernos asombrado con la voz del Kiki de Castilblanco (¿cómo es posible que, en su Voz, el hombre sea capaz de traducir de esa forma los jirones del alma?) Tú estabas rodeado de gente que te valoran por todo el Magisterio que derrochas. Gente como la propia María José Santiago y el Kiki de Castilblanco o “El Sacri”(que tan bien le cantó al Cristo de la Salud de San Bernardo) o Fernando Caballo (el marchenero de Sevilla), o Ana Ramírez “La Yiya” (heredera de las raíces más hondas del flamenco de la Puebla); todos ellos, saeteros que intervinieron en esa magnífica Velada de la Saeta Solidaria que, desde hace seis años, celebra el Centro UNESCO de Sevilla, en colaboración con el Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad del Gran Poder, y que tú exaltaste desde la tribuna, con la sabiduría y el desparpajo con el que siempre lidias en el ruedo de la Palabra.
Pero no sólo eran ellos, todos iban y venían saludándote con palabras de admiración y, sobre todo, de cariño; mientras tú, con tu sonrisa permanente, agradecías todas sus muestras de afecto, con una palabra mínima o un comentario breve, que producían el milagro de la sonrisa inmediata en el otro (dime maestro, ¿cómo se hace para dar justo en la tecla que despierta la música interior del que se acerca… siendo, a la vez, “el Martillo de los Herejes”?).
Allí había un montón de gente de Sevilla: representantes de Hermandades y Cofradías, de Cáritas, de la Cruz Roja, del flamenco y hasta los habituales protagonistas de la vida social –tan singular y variopinta- de la capital Hispalense (desde el propietario de la Discoteca Cabuki al diseñador Manuel Benítez)… y tú, en medio de ellos (recibiendo los parabienes de la admiración) con el escudo del Colectivo de los Pregoneros Ecijanos en tu solapa.
Los ecijanos que estábamos contigo (Elisa, Mamen, Rafael y yo) nos sentíamos orgullosos del paisanaje y contentos por tu entrañable y efusiva acogida. Te gusta que haya ecijanos a tu lado, Quizá, por eso, me dijiste con cierta tristeza contenida: “Es una pena, pero aquí estoy mejor que en Écija. Allí, muchas veces, me siento extranjero,… Pero ya se sabe: nadie es profeta en su tierra”.
Hace un año, aproximadamente, con motivo de uno de los muchos homenajes que te han dado fuera de nuestras fronteras, escribí algo que, cada día que pasa, encuentro más cierto y más vigente. Venía a ser algo así:
“Denominado por el Decano de la Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla, como “el mejor crítico de flamenco de España”, Manuel Martín Martín no sólo ha difundido el Flamenco entre nosotros, sino que también lo hizo por Europa Central y Oriente Medio, habiendo dicho de él aquel hombre extraordinario que fue Francisco Vallecillo que era “el martillo de los herejes flamencos”. Manuel Barrios lo definió como “el crítico más experto de este tiempo”.
“El flamenco no es un arte como los demás. Como el toreo, el Flamenco es una forma de vivir la vida: una filosofía de los sentidos. Por eso para triunfar en este Arte, no sólo basta reflejar el alma del artista, sino hacerla jirones. No se puede ser flamenco, si no sabemos descubrir el alma. No se puede ser flamenco, si no sabemos rebosarnos.
“Lo “por derecho” y “lo cabal” son la misma cosa: la entrega del hombre al sentimiento o, mejor, el Sentimiento hecho Hombre por la gracia del Arte… y Manolo Martín Martín es uno de los hombres que más saben de Flamenco. Sería imposible que Manolo, tan identificado con él, no fuera el hombre que es: pura sensibilidad, manojo de sentimientos, palabra rotunda, sinceridad cabal -que es esa que raya en la imprudencia porque nace del ingenio desbordado y de la nobleza más cierta-,…
“Manolo es flamenco y eso es decir “entrega absoluta”; lo que le confiere una riqueza extraordinaria a su vida inédita y un horizonte ilimitado a la que queda aún por escribirse, de la cual, estoy seguro -como paisano suyo- que nos sentiremos orgullosos todos nosotros.”
El jueves último, ingresó en la Real Academia “Luis Vélez de Guevara”, Ceferino Aguilera Ochoa. Habló del lugar de la Literatura Ecijana, de los escritores y poetas ecijanos de los últimos dos siglos (¡qué pena que no estuvieran las televisiones locales!); y, en su discurso, Ceferino reivindicó la figura y la obra de Manuel Martín Martín. Habló de la necesidad de recopilar sus artículos y sus escritos. Écija se lo debe. Cualquiera que tenga dos dedos de frente debe comprender y apoyar esta propuesta.
Querido Manuel, tú si eres profeta en tu tierra; y lo afirmo, porque la mayoría de los ecijanos que conozco es gente de bien, que saben de tu trayectoria y de tu categoría; y porque sé, también, que este sábado se hubieran sentido tan orgullosos de ti, como los ecijanos que estuvimos contigo a los pies del Cristo del Barrio de San Bernardo.
Por ese justísimo reconocimiento, estoy dispuesto a empeñar mi esfuerzo, incluso luchando –si hiciera falta- contra las envidias rastreras y la mala leche que, por desgracia, tanto abunda entre esos mediocres que no saben reconocer los méritos de los mejores.
Lo haré, querido Manuel, no sólo porque soy tu Amigo y porque me has enseñado –y me enseñas- un montón de cosas; sino porque me siento íntimamente orgulloso de compartir contigo el mismo Espíritu, las mismas calles y el mismo escudo en la solapa.
Querido Hermano, gracias por hacer justicia, estoy en absoluto acuerdo con todas y cada una de tus palabras, se puede decir más alto pero no más claro.
Manuel Martín Martín, es un referente en nuestros días, luz viva de esa literatura sabia que para algunos pasa desapercibida porque carecen de sensibilidad y entendimiento, pero para otros en cambio, no solo llega, sino que cala hondo, muy hondo, porque saben de que se trata y que elegancia de persona es la que está detrás de la pluma, aportando frescura, estudio, conocimiento e historia, no sólo del flamenco, donde ocupa ya por méritos propios un sitio en el Olimpo de los Dioses del cante, sino también, como polifacético que los es, en cualquier palo que toque, pues su dicción es magnifica y su escribania inmejorable. Es tiempo de iniciar el reconocimiento que los Ecijanos le debemos a Manuel Martín Martín, es tiempo de poner en el sitio que le corresponde al hombre que quizás, halla sido uno de los que más alto ha elevado la honra de esta Écija que tanto nos duele, ya que en cualquier parte del mucho mundo que ha visitado, ha nombrado con orgullo el noble nombre de la tierra que le vio nacer. Es tiempo de honrar a los que desde fuera nos honran, como es el caso. Ya vamos tarde en el empeño, hay que actuar. es por esto que apoyo en todo esta hermosa y a la vez justa iniciativa.
Dijo García Lorca: En España sólo sacan a hombros a los muertos y a los toreros. Esa frase, hace escasos días ha quedado patente en el ruedo español. Una, al fallecimiento del Presidente de la democracia Don Adolfo Suarez, al que a pesar de algunas distinciones que se le hizo en vida, casi todas partieron de la Casa Real y algunas otras, inmediatamente tras su fallecimiento, a título póstumo, como gustan las cosas en este reino, se ha añadido su nombre al del Aeropuerto de Barajas y no sé cuántos municipios rotularán calles en su recuerdo, todo muy, pero a toro pasado. Otro con Rafael Nada, número 1 del mundo del tenis mundial y el mejor deportista español de todos los tiempos, a pesar de su juventud. La Universidad de Baleares tenía la propuesta de hacerlo doctor honoris causa y como ha habido algunas rajadas, el chico de Manacor, como son los tíos de verdad, ha declinado para evitarle problemas a la propia Universidad. Y a este el título era en vida, que ya es cosa rara. Pues igual pasa con mi maestro y amigo Don Manolo Martín Martín. Yo ha recogí hace años su biografía, la que tuve que cortar, pues en caso contrario hubiera ocupado todo el contenido de la publicación. Muchas cosas en alabanza al mismo podría escribir, porque quizás sea el ecijano que más cosas externas e internas del mismo sepa, pues estaba muy cerca del tío Manolo, también su y mi maestro. Todo lo que ha escrito Paco se ha quedado corto. Algunos podrán tacharnos de subjetivos por la amistad, se equivocan, lean lo que se ha escrito del mismo a diario. Una muestra les dejo a título de la verdad con la que va por la vida. En mi pregón de Semana Santa, año 1990, me tuvo que presentar por protocolo establecido. Lean la presentación y aparte de ciertas loas que me hizo, no dejen de leer lo que le dijo al Alcalde de aquel entonces que en su Pregón no estuvo presente. Termino diciéndote querido Manolo: García Lorca dijo: En España sólo sacan a hombros a los muertos y a los toreros… Menos yo, que todos los días, al abrir el sol uno nuevo en mi vida, te llevo, junto a otros ecijanos inolvidables, sobre mis hombros de admiración y espejo en el que mirarme. Se me olvidaba, no escribo con seudónimo ni apodo, a pesar de estar legitimado popularmente por el propio pueblo, soy Ramón Freire Gálvez.
FE DE ERRATAS: Me he llevado un cosquis por haber metido la pata. El diseñador al que me refería, no era Manuel Benítez, sino TONI BENÍTEZ, diseñador de moda que ha vestido a personajes como Lady Di, nuestra Reina Doña Sofía o las Infantas Elena y Cristina.
Obviamente el error es mío y sólo se debe a mi absoluta ignorancia en los asuntos de la moda y el corazón… Al César lo que es del César y el que no sepa que se fastidie.
(Espero que mi mujer se haya quedado contenta con la rectificación… ¡¡ufff!!)
Querido Paco.