Écija – El Portal Temático Cultural

Fco. Fernández-Pro

Tras celebrar y emocionarme este sábado pasado, con el reconocimiento concedido, por la Asociación “Amigos de Écija”, a Ecijaweb y a su creador, mi amigo Víctor Garrido (igual que en una edición anterior se hiciera con Ciberécija y mi hermano Juan Palomo), confieso que no se me ocurre mejor homenaje a esos merecidos galardones que el de continuar en la brecha, con el mismo espíritu de compromiso, objetividad e independencia, con el que el que ambos crearon estos instrumentos informativos y seguir manteniéndome –con el permiso de los dos- en el grupo de los auténticos y privilegiados “NINIS”. Me explico:

Durante un tiempo participé en la Vida Pública, expuse y defendí ponencias ideológicas haciendo hincapié en los derechos de los sectores marginados, realicé acciones y presenté propuestas a favor de estos sectores: desde la lucha emprendida por los jornaleros ecijanos para la consecución de sus parcelas en “Los Humosos”, hasta la marcha de los trabajadores linarenses de Santana Motor, pasando por condenar ante la Junta de Andalucía atentados contra el Pueblo Gitano -como los que se produjeron en Martos- o la sustitución de algunos términos lingüísticos en los impresos oficiales que, a mi modo de entender, podían atentar –como concepto- contra la dignidad de las personas (como el de “minusválido”, que podía sustituirse por el de “discapacitado”; o el de “hembra”, por el de “mujer”). Así mismo, en su momento defendí y voté la confección de un registro oficial de parejas de hecho en nuestro municipio, tanto para los heterosexuales, como para los homosexuales.

Más como siempre actué según mi conciencia, igual que trabajé en este sentido, renuncié a mi liberación económica y a los privilegios de todos mis cargos políticos (Portavoz municipal, Secretario Local, Secretario Comarcal y miembro del Comité Provincial) cuando el PA se decantó a favor del aborto. En el mismo sentido, a nivel profesional, me declaré objetor de conciencia y me negué a cualquier participación, activa o pasiva, en lo que consideraba  -y considero- el asesinato de un ser humano. Por ello, fui recriminado por algunos de mis superiores y, durante un par de años dejé de percibir los “complementos de productividad”, que sí percibían los compañeros cuyas conciencias eran distintas a la mía.

Pues bien, todas estas convicciones que me llevaron a actuar así, son las que mantengo con mis letras, por lo que algunos individuos que cacarean a destajo, pero que nunca movieron un dedo por los derechos de los demás, llegan a tacharme de “ultraderechista” por el simple hecho de mantenerme en mi postura a favor de la Vida; cuando no me califican de “machista” por criticar el agravio de leyes sectarias o denunciar el daño que se hace a nuestra Lengua con las influencias perniciosas de unos sectores feministas, que presionan sobre docentes timoratos, políticos ignorantes o interesados y comunicadores a dedo y jornal. Aún más, algunos de ellos hasta se atrevió a señalarme como “fascista” por permanecer fiel a mi conciencia y seguir esgrimiendo razones lógicas contra el aborto (¡cuántos de ellos fusilarían con gusto a la Palabra!). Sin embargo, durante toda una vida he trabajado por las causas que consideré justas, independientemente de las consecuencias; por eso creo que, en honor a personas como mis amigos Juan y Víctor, que supieron crear medios independientes como Ciberécija y Ecijaweb, estoy obligado a seguir haciéndolo de la misma forma que hasta ahora, aunque mi lanza tenga ya tantos remiendos, que de penita verla.

Seguiré defendiendo, por tanto, que todos los maltratadores son unos mamones que merecen ser colgados por las pelotas; pero que los padres no lo son cuando corrigen a sus hijos con un sopapo en el momento justo.

Seguiré abogando por la buena educación, en el convencimiento de que la letra no entra con sangre sino con buenos educadores; pero seguiré pensando, también, que los profesores deben ser respetados por los padres y por los alumnos; y que, para conseguirlo, los gobernantes deben legislar al respecto y salvaguardar esta autoridad.

Seguiré manifestándome sobre la necesidad de prevenir y cortar de raíz la violencia más terrible, que es la que se produce en el ámbito familiar; pero también seguiré insistiendo en que todas las víctimas de esta violencia, se merecen la misma consideración y el mismo amparo legal, político y social, ya sean mujeres, hombres, niños o ancianos.

Creo que han sido nuestros rencores, nuestros miedos, nuestros prejuicios y nuestros complejos, los peores mimbres que hemos podido utilizar para construir esta generación de NINIS.  Jóvenes fácilmente influenciables, que acaban confundiendo a los antiabortistas con ultraderechistas impresentables, a los machistas con asesinos potenciales, a las feministas con víctimas infalibles, a los gitanos o rumanos con ladrones por naturaleza, a los moros y musulmanes con terroristas apriorísticos, a los abuelos con siervos domésticos, a los padres con tarjetas de crédito, a los gobernantes con enemigos irreconciliables, a la Fe con fascismo, al trabajo con explotación, a la autoridad con represión y a la libertad con el derecho inalienable que tiene todo individuo al disparate…

… y les confieso que estoy tan  harto de sentirme avasallado por tanto mequetrefe manipulador, que -pese a quien le pese y, por mucho que me llamen machista, fascista y todos los “istas” que se les ocurran-, en homenaje a ese Espíritu Informativo de objetividad e independencia, que siempre ha caracterizado a mi Hermano Juan Palomo y a mi Amigo Víctor, he decidido –como les decía al principio- seguir siendo, a través de mis letras, un miembro más de los auténticos y privilegiados “NINIS”… esos que ni se aguantan con lo que le echan, ni se callan nunca lo que piensan.

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