Écija – El Portal Temático Cultural

LOS GOBERNANTES CATALANES HAN SUMIDO EN UNA ENORME DESAZÓN, A UNA PARTE NO MENOR DE SU PROPIA SOCIEDAD por Fernando Martínez Vidal

LOS GOBERNANTES CATALANES HAN SUMIDO EN UNA ENORME DESAZÓN, A UNA PARTE NO MENOR DE SU PROPIA SOCIEDAD por Fernando Martínez Vidal
octubre 28
10:25 2017
Fernando Martínez

F. Martínez

Las primeras constituciones liberales, de finales del siglo XVIII o de primeros del XIX, establecían como uno de los principales objetivos de los gobiernos el procurar la felicidad de los individuos. La felicidad es un estado subjetivo, personal, y como tal, debe escapar al ámbito de acción de los poderes públicos. Expresiones como las que en ese sentido contenían la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776 o la Constitución de Cádiz de 1812 están hoy superadas por las apelaciones a las libertades públicas, a los derechos civiles y de ciudadanía y a los derechos sociales del constitucionalismo moderno.

Pero una cosa es que entre las funciones de los gobernantes no cuente, en pleno siglo XXI, el ocuparse directamente de la felicidad de los gobernados, y otra muy distinta y de todo punto inaceptable es que, a sabiendas, les causen a éstos congoja, desazón, desolación. En suma, infelicidad.

Con su desaforado egoísmo, los gobernantes catalanes han sumido en una enorme desazón, en una gran tristeza e infelicidad a una parte no menor de su propia sociedad. No sé si mayoritaria o no, y casi ni importa, porque es de la suficiente entidad como para que se lo hubieran pensado dos veces. Y tres y cien y las que hicieran faltas.

No valoro la cuestión en términos políticos ni jurídicos. Creo que esas valoraciones están ya suficientemente hechas. Yo comparto las de mi partido, las que han hecho hoy mi secretario general federal y mi secretaria general andaluza. Con un reconocimiento especial por mi parte a la tarea que han desarrollado los compañeros del PSC en pro de una salida pactada, honrosa y honrada. Un reconocimiento que personalizo en su primer secretario Miquel Iceta. Se ha vaciado en pro de ese arreglo que no ha sido posible. Desde luego no por que él y otros no lo hayan intentado.

Hago una reflexión en términos emocionales. Éticos incluso. Si el coste de un proyecto político es causar zozobra y dolor a una parte muy considerable de la población a la que va destinado, ¿merece la pena ese proyecto político?

No hace falta que diga que me siento, como tantísima otra gente en todo el país, muy triste. Por eso tampoco entiendo por qué los senadores populares se rompían hoy las manos aplaudiendo.

 

facebooktwittergoogle_plusredditpinterestlinkedinmailby feather

About Author

Información

Información

0 Comentarios

No hay comentarios todavía.

Lo siento no hay comentarios todavía, pero puedes ser el primero en comentar este artículo.

Escribe un comentario

Escribe un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.
Los campos marcados son obligatorios *