Las Vírgenes de Luto: María Santísima de la Alegría del Resucitado de Écija, se viste de luto para el mes de noviembre
Cada vez son más las hermandades que visten a sus Dolorosas de luto en el mes de los Santos Difuntos, en el mes de noviembre.
Este año, es la primera vez que la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Resurrección de Écija decide vestir de luto a su Titular María Santísima de la Alegría, imagen de gloria, para el mes de noviembre, mes de los difuntos.
El vestidor y bordador, Jesús Carmona, ha decidido utilizar el color morado para enlutar a María Santísima de la Alegría, con una saya realizada por él mismo en sus talleres y un manto en terciopelo. El impacto ha sido importante y de gran belleza, dado que esta imagen, al ser de gloria, viste usualmente con colores claros. Una vez más, Jesús Carmona ha dejado de manifiesto su maestría y buen hacer, como se puede observar en las siguientes instantáneas que muestra a María Santísima de la Alegría en un plano completo y posteriormente en un detalle del grupo de encajes que luce en el pecho.
No siempre el luto es negro en las dolorosas, ya que hay algunas que utilizan otros colores oscuros, e incluso combinando con el blanco.
En el blog de Daniel Jesús Carmona Gutiérrez, habla de la titular de la Hermandad del Señor de la Caridad de Córdoba, una de las más bellas dolorosas de la ciudad, imagen granadina del siglo XVIII atribuida a José de Mora. Su posición arrodillada a los pies de su hijo muerto en la Cruz, una verdadera representación del Stabat Mater, así como la talla de sus ropas la hacen única en la ciudad, siendo precisamente esta última característica en la que hoy nos detendremos.
En el libro “Las Vírgenes de Luto, indumentarias de las Dolorosas”, escrito por Eduardo Fernández Merino, su autor menciona los inicios de esta tradición:
En infinidad de iglesias se exponen imágenes de la Virgen Dolorosa vestida de luto, algunas de ellas protagonistas de las procesiones de Semana Santa, de tanto arraigo en nuestro país. Estas vestiduras fúnebres con que se las cubre, pertenecen ya a la iconografía popular que hemos asumido como la indumentaria más acorde con la profunda tristeza del prototipo representado.
Sin embargo, la tradición se inicia en Madrid en 1565, cuando doña María de la Cueva, condesa viuda de Ureña y Camarera Mayor de Isabel de Valois, dona uno de sus propios trajes de luto para vestir la imagen de la Soledad que labró Gaspar Becerra a instancias de la reina. Tal fue el impacto de esta nueva iconografía que pronto se extendió a las Dolorosas de toda la península y los territorios conquistados por España, pudiéndose encontrar aún hoy una larga muestra de estas imágenes de la Virgen vestida como una viuda castellana noble de la corte de Felipe II, no sólo dentro de nuestras fronteras, sino en diversas capitales europeas y americanas que pertenecieron a la corona española, aunque en la actualidad prácticamente se ha olvidado el origen y significado de tales vestidos.
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