Écija – El Portal Temático Cultural

Fco. Fernández-Pro

Confieso que pocas veces he lucido pulseritas y que, cuando lo hice, no me importó demasiado su color del arcoíris. Era así porque, lo único que me importó cuando la llevé, fue la causa que me movía. En cuanto a banderas, la que con más frecuencia adornó mi muñeca fue la blanquiverde de Andalucía; sin embargo, nunca me causó rechazo la rojigualda. Todo lo contrario: los que lucimos con tan poca frecuencia estos adornos, cuando lo hacemos suele ser por razones identitarias, por un cierto orgullo de pertenencia a una Historia, a una lucha o a una Causa. Desde luego, todos hermosos motivos que nos alientan a la convivencia, a la solidaridad o a la construcción de cualquier proyecto en común.

Personalmente, me siento tan orgulloso de ser ursaonense como ecijano o de ser andaluz como español; y tan dispuesto estoy a trabajar y luchar por Écija como por Osuna, por Andalucía o por España. ¿Será por trabajar por lo nuestro, por el bienestar de nuestra gente, por el futuro de nuestros hijos… y manifestar nuestra firme decisión de hacerlo mostrando nuestros colores?

Pero la experiencia me dicta que la negación de lo evidente en materia de pertenencia -sobre todo en el hecho de “ser español”- es una particularidad muy arraigada en ciertos sectores esnob de la progresía o en individuos desinformados y llenos de complejos por una Historia que desconocen completamente. Este problema necesita Educación y muchos libros. Una Educación -así, con mayúsculas- que, cada día, está más ausente de las aulas y unos libros que, por desgracia, han sido sustituidos por las redes de internet y toda la manipulación desinformada que invade el ciberespacio.

Es triste de todas formas que un tal Francisco Martín, Delegado del Gobierno en Madrid (nada más y nada menos), alimente con sus afirmaciones todo este desatino de sectarismos, desencuentros y fobias contra una causa tan justa, tan nuestra y tan compartida, como son los símbolos identitarios de los que se sienten orgullosos de ser españoles. Mucho rebuzno para tan alto cargo.

Sin embargo, lo peor no ha sido la coz sino el vómito. Tras el insulto a los que se sienten españoles y portan una pulserita sin considerarse ni ser patrioteros, el individuo remató la faena ensalzando a los etarras que fueron y los filoetarras que son;… y no sólo los ensalzó sino que los encumbró sobre los que sienten el orgullo de España.

¿A quién representa este hombre? ¿A qué juega en un puesto tan relevante como el que desempeña? ¿Cómo puede poner Pedro Sánchez al frente de la Policía y la Guardia Civil de Madrid a un individuo de esta calaña que, con tanta facilidad suelta coces y con tan poco respeto vomita sobre tantas víctimas inocentes, ensalzando a los verdugos de tantos policías y tantos guardias civiles?

No hay respuestas para estas preguntas. Al menos, los ministros han guardado un silencio cómplice. Pero yo -como cientos de miles de españoles que  no llevan banderitas en las muñeca ni se sienten patrioteros- necesito una razón que me conforme y me explique el por qué de tanta ira y tanto despropósito.

Ojalá el mes que viene obtenga respuestas desde las urnas de la Democracia.

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