Écija – El Portal Temático Cultural

Fco. Fernández-Pro

Mi hermano Marcelino Fernández Piñón y yo hablábamos frecuentemente sobre los quijotes, sobre el Humanismo y el apasionante destino que tenemos los que no nos conformamos y andamos siempre de gigante en gigante entre entuertos y desagravios.

Un día me sorprendió con una escultura recién rematada: una madera alta, vertical, disforme y enrojecida por la pintura y el barniz, que se me antojó lanza troceada en líneas discontinuas y curvaturas imposibles. “-¡Mira! -le dije yo- ¡La lanza desmadejada de un quijote!”. Era lo que me había sugerido mi primera impresión y él la aceptó, tan complacido, que respondió: “Querido Paco, si es la lanza de un quijote, ¿para quién mejor que para ti?”… y me la regaló. Así eran nuestros arrebatos.

En la entrada de casa tengo la escultura bajo un lienzo-“collage” de mi Amigo Josemi Sánchez Prieto, del que mi hijo Francisco y yo nos enamoramos cuando visitamos su primera exposición y que representa el rostro en escorzo del Cristo de Confalón astigitano y unos chorros de sangre que caen sobre el fondo inmaculado de la tela hasta desaparecer por el borde inferior del cuadro, que no he querido enmarcar para dejar -aún más patente- la caída libre de las últimas gotas de sangre.

Desde que vi la obra de Josemi se me ocurrió hacer coincidir aquella hilera de gotas rojas del Confalón con el ápice de la escultura de Marcelino que, desde el suelo, se alza -toda quebrada- hasta el lienzo, formando casi una Unidad espacial fundidos ambos por la sangre. De todas formas, tan quijote fue Marcelino como lo somos Josemi y yo. Al lado de la composición he colocado una “galleta” en la que he querido sintetizar la Verdad que nos mueve. Reza así: “HUMANISMO: Cuando la Cruz del Gólgota pidió Justicia, desde la Sangre de Cristo brotaron las lanzas de todos los quijotes”.

INDICACIONES SOBRE LA ILUSTRACIÓN REALIZADA POR CACU CON INTELIGENCIA ARTIFICIAL (Cacu+IA)

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