LA TEORÍA DE LA RELATIVIDAD por Manuela Gutiérrez Gajete (Alumna 1º de Bachillerato)
A cualquiera que me pregunte sobre un tema de actualidad siempre le hablaré del amor. Muchas personas piensan que el dinero mueve el mundo, pero yo siempre pensaré, diré y gritaré que el amor es el tema más relativo y el sentimiento más bonito que los humanos hemos podido experimentar; sin duda defenderé que gracias a este maravilloso sentimiento el mundo sigue siendo habitable, lo subjetivo siempre le ganará a lo material. Y por ello, a continuación, intentaré convencer a toda persona que lea esto que no hay que temer a amar.
He leído muchísimas novelas a lo largo de mi vida, la mayoría de ellas afirmando que el amor era el centro del universo, que podía curar cualquier daño que hubiera en nuestro interior o en nuestro entorno, que era lo que necesitábamos para vivir. Todos esos protagonistas de dichas novelas no paraban de repetirlo, pensaba que eran tontos. Un amor que solo era ficción, que solo se encontraba en las páginas gastadas de un libro. Todo cambió cuando experimenté ese amor, nunca pensé que me encontraría completa y absolutamente consumida por otra persona, por su felicidad, por su bienestar… Diciendo todo esto no me refiero solo al amor de pareja, me refiero al amor familiar, amor entre amigas, amigos, o incluso lugares. Considero que el término “enamorarse” está muy mal entendido hoy en día, puedes enamorarte de una persona, de un lugar, de una imagen…no siempre tiene por qué ser en el término de pareja.
Albert Einstein siempre dijo que morimos cuando aquellas personas de las cuales jamás esperamos que nos lastimen lo hacen, porque nada duele más que haberle explicado a alguien lo que te lastimaba y que lo haya hecho. Con esto me refiero a que habrá muchas veces que nos enamoremos y nos hagan daño, pero no por eso hay que privarnos durante toda nuestra vida de experimentar este sentimiento tan bonito, como es el amor, porque siempre, siempre, llegará alguien al cual no le guste bailar, pero que lo haga porque es contigo y nada más.
Recuerden siempre esto: el amor es una constante explosión en el pecho y, a la vez, un atardecer de esos tiernos en los que lloras sin querer. Y así, la mezcla más absurda y preciosa del mundo. Es el todo o nada. Un jugarse la vida que solo tiene sentido si sus ojos están delante.
Manuela Gutiérrez Gajete
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