LA RAZÓN, LA JUSTICIA Y NUESTROS MUNÍCIPES por Francisco J. Fernández-Pro
Durante mis años en la Política intenté siempre aplicar una de las máximas en las que creo: la Razón y la Justicia van de la mano y, por tanto, la mejor fórmula para servir al Pueblo es aplicar la lógica en la gestión municipal (lo razonable, lo justo)… Al final, de tan quijote, acabé como acabé: discutiendo con los que partían el bacalao y presentando mi dimisión con la esperanza de que pronto llegaran otros políticos a nuestro Ayuntamiento que entendieran la bondad de esta máxima. Sin embargo, cada día que pasa –y viendo los gestos de algunos de nuestros munícipes- siento que mi esperanza de Justicia y de Razón, se violenta sin remedio y se debilita cada vez más.
Hace poco escribía sobre la composición del nuevo Consejo Local de Cultura. Me resultaba ilógica la exclusión del Consejo General de Hermandades y Cofradías que, pese a quien le pese, en nuestra ciudad gestiona el mayor número de actividades de índole cultural y representa a la mayor cantidad de ecijanos implicados en el Patrimonio Histórico, Artístico y Monumental que poseemos.
Alguien respondió a mi comentario asegurando que todo estaba previsto, que desde el principio había existido la voluntad de incluirlo en el nuevo órgano municipal y que la cosa iba a corregirse lo antes posible.
Sin embargo, este órgano asesor de Cultura se puso en marcha hace cinco meses y todo sigue igual; y, lo que es peor, el asunto sobre la presencia o no del Consejo General de Hermandades, se debatió en el propio Consejo de Cultura sin tener en cuenta que -según las declaraciones del propio Ayuntamiento- el mismo estaba incompleto a falta de las Hermandades. De esta forma –y de manera indebida-, se otorgó potestad a los miembros ya elegidos, para opinar y decidir sobre el derecho a participar o no de una Institución a la que el propio Ayuntamiento ya le había reconocido este derecho.
Pero la cosa no quedó ahí. A uno de los presentes (quien fuera…) se le ocurrió la peregrina idea de poner una condición para esta participación: si las Hermandades querían tener una representación en el Consejo de Cultura, debería consentir que un miembro de éste estuviera presente también en las reuniones del Consejo General de Hermandades.
Se me ocurren un montón de preguntas, pero sólo dejaré tres para la reflexión:
¿Se imaginan que le hubieran pedido lo mismo a la Academia “Vélez de Guevara”?
¿Cómo es posible que a un miembro de este Consejo se le pueda ocurrir lanzar esta idea en voz alta y que a la mayoría no se le ocurra rechazarla ipso facto?
¿Se pretendía, quizá, ponerle imposible su participación a las Hermandades en este Consejo de Cultura, o es que, realmente, hay alguien que forme parte de él y que tenga tan poca capacidad intelectual?
La Razón y la Lógica no admiten subjetividades incontrolables ni fobias de chiquichancas. La Justicia no tiene peor enemigo que aquel que, todos los días, tiene que preocuparse por llenar el buche, cuidar su imagen o demostrar hasta el ridículo que sirve a una ideología inamovible.
Ojalá todos nuestros munícipes y todos los que buscan sus arrobos, comprendan de una puñetera vez que, para conseguir altura, no es necesario quedar siempre sobre los demás, que para salir en la fotografía no tiene que ningunearse a nadie, y que la Razón y la Lógica son mucho más efectivas cuando se comparten con los que piensan distinto, porque ésta es la única forma de construir una Justicia que lo sea para todos.
Aunque si hablamos de Justicia, de Razón y de la forma que tienen de abordarla en nuestro Ayuntamiento, hay otro asunto pendiente que ya humea en el horizonte y que puede traer cola… Atentos al parche, porque puede ser que, próximamente, para algún artículo en vez de tinta, me vea obligado a usar ciquitraque.
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