LA PESCA DE LOS DEMAGOGOS (Y III…) por Francisco J. Fenández-Pro
Siguiendo con la Demagogia que tanto abomino, he de afirmar que creo, firmemente, que también anidó entre nosotros; pues a clara demagogia me suena, por ejemplo, todo este tira y afloja que estamos sufriendo con la compra de la Plaza de Toros por el Ayuntamiento.
Creo que una buena gestión municipal, sobre todo en un momento como el que atravesamos, ha de afrontarse en una triple vertiente: por un lado, la contención del gasto superfluo para corregir desequilibrios del pasado; por otro –y para hacer frente al presente-, el mantenimiento del gasto imprescindible para garantizar los servicios municipales, evitando engordar la deuda caprichosamente y tratando de pagar a los acreedores; y, en tercer lugar –y tan importante como los otros-, hay que impulsar, necesariamente, proyectos de futuro que dinamicen los sectores productivos y desarrollen todo el potencial que tenemos y en el que debemos basar nuestra economía.
Esta tercera vertiente en la Gestión Municipal –y que no podemos considerar gastos caprichosos-, resulta fundamental en Écija para lograr, por un lado, potenciar la imagen de nuestra Ciudad como Cabecera Comarcal de la Campiña y, por otro –y como parte y resultado del primero objetivo-, movilizar nuevos recursos para afrontar nuestro futuro a corto, medio y largo plazo, con mayores y mejores perspectivas laborales. Pero para realizar este tipo de proyectos, se necesitan tres condiciones fundamentales: un mínimo presupuesto, buena capacidad de gestión y, sobre todo, visión de futuro.
Pienso –y por eso lo escribo- que la compra de la Plaza de Toros puede resultar uno de esos buenos proyectos de futuro para nosotros y nuestros hijos; y creo también que, en este caso, el Ayuntamiento ha tenido la visión y la determinación suficiente para plantearlo, con todo el potencial que el Coso de Pinichi puede representar como espacio escénico municipal al aire libre y, a la vez, como espacio arqueológico de valor incalculable.
Creo, también, que se ha sabido gestionar la oportunidad y el momento, para conseguir el mejor precio y la mejor forma de pago; y, aunque el Ayuntamiento, no esté boyante (eso todos lo sabemos), he de confiar en que si los que nos gestionan, dan este paso, es porque las cuentas lo permiten. Al a fin y al cabo, en ello les va su propia tranquilidad.
De cualquier forma, tirando un poco de los datos y del análisis lógico, hemos de concretar sobre este asunto, los siguientes puntos:
1º. El proyecto de la adquisición de la Plaza de Toros, se encuentra recogido en el PGOU aprobado en 2002.
2º. Ha sido un objetivo urbanístico desde entonces y lo han intentado impulsar, sin conseguirlo, los siguientes responsables de Urbanismo: por el PA, José Tomás Pérez Villar y Paco Serrano; por IU, Salvador Bustamante; por el PSOE, Elena Palacios y Pepín Bermudo; y, ahora lo hace Rafael Serrano, del PP.
3º. La permuta del Coso de Pinichi por parcelas baldías, permitirá al Ayuntamiento poner en valor, no sólo la Plaza de Toros como espacio escénico y yacimiento arqueológico (que, a la postre, originarán –en su desarrollo- puestos de trabajo para mano de obra no cualificada en su mayor parte), sino que también posibilitará que las parcelas que permuta –y que ahora no tienen rentabilidad alguna- reviertan al pueblo a través de posibles proyectos de construcción (que también generarán, aparte de ingresos impositivos, puestos de trabajo -en su mayoría no cualificados-, a los que podrán acceder los ecijanos que más lo necesiten).
4º. La permuta que se hace es de una superficie cercana a los 10.000 metros cuadrados (la Plaza de Toros y anexos), por 17 parcelas de 100 metros cuadrados cada una (es decir, un total de 1.700 metros cuadrados).
5º. A los 317.000 euros que tiene que desembolsar el Ayuntamiento, hay que restarle 93.000 euros, correspondientes al pago que tienen que hacer los propietarios de la Plaza de Toros, por el impuesto de plusvalía. Por tanto, la cantidad líquida que se tiene que pagar, realmente, es de 224.000 euros.
6º. El montante líquido real de la compra (224.000 euros), es muy inferior al que se necesita solamente para restaurar la fachada del Palacio de Peñaflor (el último presupuesto presentado, SÓLO PARA LA RESTAURACIÓN DE LA FACHADA, es de 750,000 euros. Además para mano de obra muy cualificada en su mayoría, a la que difícilmente podrían acceder los ecijanos).
Igualmente, esa cifra es muy inferior a la de los paneles acústicos con los que nos taparon la visión de las torres, a la entrada de Écija por Bellavista, y cuyo coste final fue –increíblemente- de ¡¡600.000 euros!! (y, entonces, sólo protestamos tres pelagatos…)
7º. La puesta en valor del anfiteatro romano, debería suponer para Écija un referente turístico en toda regla -que vendría a complementar todo el Patrimonio Arqueológico que ya poseemos-, teniendo en cuenta que Astigi fue una de las más grandes ciudades del Imperio Romano y el nuestro puede resultar uno de los mayores anfiteatros de la antigüedad (por cierto, su recuperación también serviría para conmemorar de alguna forma, el bimilenario de la muerte –en el año 14 d.C.- de uno de los hombres que más hicieron por el pasado, presente y futuro de Écija: Octavio Augusto, primer emperador de Roma, fundador de nuestra Ciudad como tal y que, además, concediéndole la dignidad de Colonia Augusta y nombrándola como uno de los cuatro Conventos Jurídicos de la Bética, le procuró –sin saberlo- el mayor esplendor en nuestro pasado y determinó, así, los privilegios y la importancia que, durante siglos, hemos disfrutado y que, hoy en día, son nuestro mayor potencial para el futuro)
Repito que paso tanto de los colores políticos, que hasta me sorprendo yo mismo. Pero eso me hace más libre si cabe y -aunque siempre lo fui y así lo proclamé-, ahora nadie puede dudar que sólo escribo según la lógica que me dicta la razón y lo que creo justo (aunque con la Justicia siempre estuve tan comprometido que, tras mi paso por la Política, dejé más amigos entre mis adversarios que entre mis correligionarios).
Dicho todo esto, lo que sí tengo clarísimo es que las cosas hay que hacerlas cuando hay que hacerlas, y que una Oposición responsable no debe usar tanto la demagogia (aunque sea tan fácil hacerlo y resulte tan productiva en ese caldo de cultivo que es la ignorancia de las mayorías y el descontento de los humildes y de los justos).
En la Política (que yo creo que siempre es buena) hay políticos para todos los gustos (que estos sí que pueden ser buenos y malos). Hay unos que se limitan a dar peces, otros que se afanan en enseñarnos a pescar, y otros muchos que se pasan el día arrascándose los bajos y parloteando de pesca, sin saber cómo se coge una caña.
Por otro lado, estamos los ciudadanos de a pie que -como yo hago ahora- hartos de escuchar sandeces, acaban escribiendo larguísimos artículos (incluso defendiendo a los que siempre fueron sus adversarios), simplemente porque hay cosas que hacen hablar a los muertos.
Cada vez que entro en Écija desde Sevilla no hago más que preguntarme quién sería la lumbrera -y qué intereses económicos tendría, porque si no, no se explica- el que puso los paneles acústicos con los que nos tapan la visión de las torres, a la entrada por Bellavista. Ahora por lo menos me entero que costaron 600.000 euros, cosa que no sabía al no andar por allí. ¡Qué bestia!
Querido Amigo, esos paneles los puso la Junta de Andalucía, para proteger de posibles problemas acústicos al Hospital que lleva haciéndose desde que se pusieron (los paneles fue lo primero que instalaron, casi antes de poner la primera piedra…).
En la comisión Local de Patrimonio, preguntamos si no había otras posibles soluciones al problema, comenzando -claro está- por una ubicación más idónea y menos ruidosa, pasando por sistemas de insonorización estructurales (cierres, ventanas, paredes…) y acabando con la complementación del espacio, a base de setos o barreras vegetales o la combinación de todas estas posibles soluciones.
Fuera como fuera, en la Comisión Local de Patrimonio -y desde ella- denunciamos estos paneles que, claramente, atentan contra la Ley de Patrimonio, que no permite la intoxicación visual, sobre todo cuando impiden la visión de Conjuntos Histórico Artísticos, como es el caso de Écija y el Conjunto Monumental de nuestras torres… pero no sirvió para nada. Ninguna de nuestras propuestas fueron aceptadas, ni se tuvieron en cuenta nuestras quejas…
Poco tiempo después, los ecologistas denunciaron que algunos de los paneles -que eran transparentes- resultaban peligrosos para las aves e, inmediatamente, fueron pintados para evitar el problema.
Conclusión: tendremos que apuntarnos a “Green Pace”, a ver si así nos echan un poquito más de cuenta.
Un abrazo grande.
Yo estoy de acuerdo en que se compre la plaza de toros,lo unico que me choca es que se valoren unas parcelas que se nos han vendido a un precio superior a unos vecinos a los que se nos quito nuestro medio de vida y nuestras viviendas por el bien del pueblo,y hablo de la corta del rio Genil,y se les valoren a los dueños de la plaza de toros por casi 30000 euros menos .Lo veo injusto y me tiene indignada
Señora Inma, supongo que el problema al que se refiere, vino derivado por las bajadas de precio experimentadas en España, tanto en la vivienda como en el suelo urbano, tras el desinfle de la buburja inmobiliaria.
Las condiciones del Mercado, cuando experimentan un cambio tan brusco, siempre perjudican a unos y benefician a otros. Pero el problema no creo que sea tanto responsabilidad de las personas implicadas (propietarios, gestores municipales, peritos evaluadores,..), como del momento -más o menos oportuno- en el que se produce la compraventa y/o la permuta.
En este artículo, he condenado la Demagogia y creo que sería demagógico por mi parte, aprovechar su indignación -por ejemplo- para culpabilizar a los que en esa época de bonanza estaban en el Ayuntamiento cuando se produjo una permuta obligada, por el bien general, a tan alto precio, cuando intuyo que el agravio se produce, no por voluntad de quien realizó esa permuta o la valoración de sus terrenos, sino por la diferencia abismal producida en los precios de Mercado desde entonces a día de hoy.
Mucha gente que compró casa o piso, meses antes de que todo se desinflara, se encontraron también con un problema similar, al habérselo devaluado su inversión de forma espectacular (la mayoría, con repercusiones hipotecarias muy graves, al poseer ahora un bien -una casa- que, en su día compró a un precio y que, en la actualidad, vale mucho menos que la hipoteca que está obligado a pagar).
Dicho todo esto, considero que su caso particular -y el de las personas que están en su situación- resulta especialmente doloroso, ya que fueron protagonistas de una permuta necesaria por el bien de todos y se han encontrado con esa devaluación repentina.
Sinceramente, no creo que nadie tenga la culpa, pero sí creo que el Ayuntamiento, aunque no esté obligado a ellos, debería -por justicia y solidaridad- considerar esta situación -al menos, en lo referente a las personas afectadas en unas fechas determinadas y por unas expropiaciones benéficas para todos los ecijanos- y hallar fórmulas, para que el impacto producido en sus economías, no les sea tan gravoso.
Un saludo muy cordial.
Sr. Fernandez-Pro; Leyendo y releyendo su artículo, no lo acabo de encuadrar en el título, de este y de los anteriores sobre la demagogia. No capto si el ejercicio de ese recurso lingüístico, se lo achaca usted a los autores de la iniciativa o a los que se oponen.
De todos modos, permitame expresar mis puntos de vista sobre lo escrito por usted: Su alusión, como argumento al PGOU de 2002 me intranquiliza, porque de sobra sabemos todos que en aquella época de bonanza económica no había reparos en aprobar nada. Recuérdese la ampliación del polígono industrial la Campiña, con grandes inversiones, hoy fallidas.
Entiendo, por otra parte, que la plaza no sería dedicada a coso taurino, sino que se explotaría en beneficio de toda la ciudad, después de una inmensa excavación arqueológica, posterior a un serio estudio de su viabilidad de un equipo de arqueólogos, que validaría su puesta en valor. No vaya a ser que todo resulte un fiasco. Como usted sabe lo único descubierto, (y que promete ciertas perspectivas) es el basamento de piedra descubierto en una casa de la calle La Paloma, donde se midió la curvatura del mismo y pronosticaba un gran radio. Pero ¿quien pagará y acometerá semejante obra? A lo mejor esa nimiedad es propia de un corto de miras, como me declaro.
Hasta ahora, solo he oído y leído parabienes sobre esta operación, pero nada sobre los argumentos de los que se oponen desde las instituciones (oposición) ¿cuales serán sus razones?
Por ultimo, hay una frase entrecomillada en el artículo que hace alusión a “el caldo de cultivo de la ignorancia de las mayorías” y eso me inquieta mas que todo lo anterior.
Un cordial saludo desde Granada.
Señor Jubilado, entiendo la inquietud de su último comentario, pero hablamos de demagogia y usted, como yo, sabe perfectamente que ésta no existiría -o le resultaría muchísimo más difícil anidar y conseguir los resultados que obtiene- si los ciudadanos de a pie estuviéramos más y mejor informados; y, como bien sabe, muchas veces no es cuestión de falta de voluntad, sino de manipulación informativa por parte de los responsables de hacerlo (creo que estará de acuerdo conmigo en que la de la propaganda y la información manipulada, es una de las más terribles y efectivas armas contra los Pueblos… y, a la postre, nos convierte en una masa de ignorantes).
Entiendo también sus reparos sobre el PGOU del 2002, pero está claro que, entre lo bueno y lo malo de todo proyecto de esa envergadura, también había objetivos de futuro -como este de la Plaza de Toros- que, sin duda, resultaba -y resulta- ilusionante y, potencialmente, muy factible (al menos, muchos lo creemos así).
Como bien supone, la viabilidad del proyecto se sustenta en informes arqueológicos dirigidos por la persona de mayor garantía y que más y mejor conoce en la actualidad este espacio, el Doctor en Arqueología Don Sergio García-Dils de la Vega, que por cierto, está entusiasmado con él.
En cuanto al uso que se haga de todo aquel espacio, supongo que -lógicamente- será múltiple (al menos, yo lo defenderé así, siempre que pueda)… Y esa, creo, es otra de las cosas buenas del proyecto: por suerte, nuestra Ciudad es rica en inquietudes y en ella coexisten muchos tipos de aficiones y de aficionados. Poder contar con un espacio, tan amplio y al aire libre, puede propiciar (aparte de su puesta en valor arqueológico) todo tipo de celebraciones y/o espectáculos, desde una corrida de toros a una representación de Teatro Clásico, desde un un concierto de rock a un festival flamenco. El potencial existe y, personalmente, creo que puede y debe desarrollarse.
En cuanto al término DEMAGOGIA, en este caso, como en los anteriores, lo refiero -lógicamente- a todo el que trata el asunto demagógicamente (sin datos o con datos engañosos; sin análisis o con análisis interesado o sectario; usando medias verdades, como decíamos ayer…)
Un saludo muy cordial.
¿Quien se opone, pues, al proyecto? Es que no quiero formar parte de la masa de ignorantes que usted refiere. Voy a tratar por todos los medios, de conocer los argumentos en contra, y así formarme una opinión lo mas objetiva posible.
De todos modos, Sr. Fernandez- Pro, me parece del todo incompatible la idea que usted exponer de compaginar una excavación arqueológica de esa envergadura, con la celebración de corridas de toros.
Veo, por ultimo, que la idea está cobrando tanta fuerza que ya hasta se ve apoyada por un insigne Doctor en arqueología. Lógicamente, sería el mejor candidato para dirigir el proyecto.
Personalmente, le confieso que como amante de la Historia, me fascina la posibilidad de convertir nuestra ciudad en una particular “Emerita Augusta”
Señor Jubilado:
Supongo que nadie quiere formar parte de esa masa de ignorantes y, por eso, supongo también que es bueno intentar hablar con los técnicos, consultar los proyectos e informarse siempre que se puede. Lamentablemente, no todo el mundo tiene acceso a la información y, más lamentablemente aún, creo que muchas veces no se informa adecuadamente por parte de los responsables de hacerlo. Le confieso que yo sí he tenido acceso a algunos de esos datos, pero ojalá estuviera informado de todo; sin embargo, como le pasa a usted, también tengo mis lagunas. Por ejemplo, no he llegado a informarme bien sobre las razones o los datos que barajan los que equiparan los 224.000 euros del desembolso que hay que hacer en esta operación de compra, con los que habría que realizar acometiendo las obras del Palacio de Peñaflor; como tampoco acabo de entender por qué se esgrime la grave situación de desempleo que atravesamos, para intentar paralizar un proyecto que, precisamente, puede dar trabajo y potenciar sectores que pueden generarlos en el futuro.
De todas formas, sí le diré que -según mi criterio- opinar sobre la potencialidad que puede tener un espacio al aire libre de 10000 metros cuadrados para la celebración de todo tipo de eventos, no es tan disparatado. Por cierto, he escrito corridas de toros, como escribí teatro clásico o flamenco o podría haber escrito desfiles de moda o partidos de futbolín… ¿Qué se programará finalmente en aquel espacio?; pues si le soy sincero, no tengo ni idea(entre otras cosas, porque no es mi competencia, ni soy yo nadie para decirlo). Lo que sí razoné en mi anterior respuesta, fue lo siguiente:
“Poder contar con un espacio, tan amplio y al aire libre, puede propiciar (aparte de su puesta en valor arqueológico) todo tipo de celebraciones y/o espectáculos, desde una corrida de toros a una representación de Teatro Clásico, desde un un concierto de rock a un festival flamenco. El potencial existe y, personalmente, creo que puede y debe desarrollarse” (sic)
En lo que sí me aventuro es en asegurarle que, en efecto (y eso sí lo sé), el Dr. Don Sergio García-Dils, es quien mejor puede dirigir este proyecto, ya que es uno de los arqueólogos más preparados y de mayor prestigio que podríamos haber encontrado, además de ser miembro del Departamento de Historia Antigua de la Universidad de Sevilla y Profesor de Epigrafía Latina en la Universidad Hispalense.
Por último, expresarle mi alegría al saber que, como yo, es usted un amante de la Historia… Sí difiero con usted en un deseo: yo no quisiera que Écija se convirtiera en nuestra particular “Emérita Augusta”, lo que me encantaría sería recuperar los vestigios de la antigua Astigi y potenciar, así, todo este Patrimonio Arqueológico que tenemos por descubrir y por explotar y que, para mí, pueden tener, incluso, mayor importancia que los de la antigua capital de la Lusitania.
Un saludo muy cordial.
Una ultima apreciación sobre el tema; El nombre romano de Ecija no era Astigi. Ese era el nombre de la ciudad, posiblemente de origen turdetano donde los romanos levantaron la ciudad de Augusta Firma, para solaz de los mandos de sus legiones.
Señor Jubilado, le agradezco infinito –y muy sinceramente- sus magníficas intervenciones, porque –aparte de hacerme contrastar muchas veces los datos que uso y los argumentos que esgrimo-, creo que nos ofrece la ocasión –a los dos- de servir a nuestra gente con este tipo de debates.
Dicho esto, permítame reiterarme en que el nombre de Écija sí era Astigi (capital del Conventu Astigitanus). Otra cosa distinta es que su nombre fuera -en origen- romano o turdetano.
Como bien apunta usted, lo más posible es que fuera tartésico-turdetano (de hecho, como todo el mundo sabe, los restos más antiguos como núcleo de población, se encuentran en el Altozano de San Gil y datan, precisamente de la fecha en la que Roma fue fundada como ciudad: el siglo VIII a. C.)
Desde hace mucho tiempo, la inmensa mayoría de los autores piensan que ese núcleo de población situado en el Altozano, se corresponde, en efecto, con el que Plinio el Viejo llama -en su “Historia Natural”- Astigi Vetus; y, aunque aún existen autores que dudan de ello, es lógico pensar que fuera así, cuando, a partir del ¿25-14 a. C.? (no se sabe con certeza) Augusto la funda como Colonia Augusta Firma Astigi. Este nombramiento da pistas también sobre su importancia en la Época Republicana -inmediatamente anterior al nombramiento- y en la que la tal “Astigi Vetus” prerromana, dada su importancia (y también según Plinio El Viejo), había sido declarada “pueblo inmune” o “libre de tributos annuos y permanentes”.
Gracias, una vez más, por propiciar el aporte de todos estos datos al debate público.
Un saludo muy cordial.
Efectivamente, lo de Augusta Firma, fue un añadido al originario nombre Astigi.
Yo me refería a que ese nombre no era de origen romano. Magnífica aclaración. Le aseguro cada articulo suyo me resulta de verdad ameno e interesante. Tambien los de el Sr. Freire. Gracias.