LA LEY DE LOS CULOS APICHOLAOS por Francisco J. Fernández-Pro
La ley es la ley y otra cosa es la Justicia.
Si la Ley fuera justa, haría meses que Iñaqui Urdangarín y la Infanta Cristina estarían entre rejas; pero para eso están sus abogados: para encontrarle las vueltas a la letra de la Ley y machacarla en el despropósito.
Hace muchos artículos escribí sobre Juana I de Castilla, la Reina Loca y Cristina de Borbón, la Infanta Tonta (aquella lo era y esta se lo hace); pues bien, ahora, que el juicio contra la Fundación Nóos continúa, parece que la mujer sigue en Babia o, al menos, eso juran y perjuran sus abogados; y, lo malo, es que con el cuento llevan ya un montón de tiempo ralentizando la Justicia, sin tener en cuenta –para nada- que hay dos principios fundamentales en la Responsabilidad Penal de un individuo: primero, que el desconocimiento de la Ley no nos exime de su cumplimiento; y, segundo, que quien es mayor de edad y tiene plenas facultades mentales, es siempre responsable de lo que firma, aunque no lo haya leído (y, si no, que le pregunten a los damnificados por las preferentes y las compañías de móviles). Principios estos que, los letrados de la Infanta se quieren pasar por los soberanos forros y nunca mejor dicho.
Si a lo escrito le sumamos que el atenuante que esgrimen abogados es que la Señora firmaba inocentemente esos documentos millonarios sin tener conocimiento de Economía o de finanzas y sabemos –porque es público y notorio- que Cristina trabaja, desde hace años, como alto cargo de la Caixa (precisamente la Entidad de Lapela que, desde que se chupó al MontedePiedad de mis entretelas, me cobra comisiones hasta por las dioptrías del astimagtismo), la cosa es como que la entiendo menos todavía y estas maniobras de leguleyos y picapleitos sin escrúpulos, me escuecen mucho más en las neuronas de lascosasclaras.
Definitivamente, la ley es una cosa y la Justicia es otra bien distinta: la Justicia se rige, invariablemente, por lo Razón, mientras que la Ley puede tener muchas lecturas. Quizá, por eso la Ley es tergiversable y personajes como Cristina de Borbón –que tienen para pagar “buenos” tergiversadores que la tergiversen-, pueden llegar a salvar sus pellejos o ir demorando el desuello, mientras que a cualquier desgraciado robagallinas, los juzgados les tienen ya los culos apicholaos.
Uf, que bueno y picante su artículo sobre este real asunto.
Pero fíjese lo que le digo; cada vez es menos real. Y es que en esa familia han pasado muchas cosas en muy poco tiempo. Una de ellas es la irrupción del nuevo monarca, con una solida formación castrense, política y en su papel como Rey que hace que no se case con nadie. Por tanto, ni cuñados ni hermanas van a ser un obstáculo en su reinado. ¿me explico? Luego, en la sociedad española (harta ya de estar harta) hemos vivido demasiados escándalos en poco tiempo, y paralelamente el panorama sociopolítico ha dado un tremendo vuelco, lo que imposibilita que sobre el asunto, nadie quiera “cocinar” ningún extraño sortilegio. Hasta el tiempo, que tradicionalmente ha corrido a favor de los grandes procesados, juega esta vez en su contra, porque estamos cada vez mas y mas sensibilizados.
Pan y circo. Saludos.
Estimado amigo, como siempre, gracias por su comentario.
En cuanto a su apreciación, estoy completamente de acuerdo con usted sobre la imagen del nuevo rey y su forma de hacer política (máxime tras su paso por Sevilla esta Semana Santa y el gesto –no conocido y, por tanto, no apreciado por la mayoría de los mortales- de permanecer entre la plebe y declinar la invitación que le hicieron los prebostes hispalenses de ver el paso de las Cofradías desde el célebre Balcón VIP de Banesto en La Campana).
También estoy de acuerdo con usted (ciego tendría que estar para no hacerlo) sobre lo referente ael cambio sociopolítico producido en España durante los últimos tiempos.
En lo que sí me permito diferir es en que la postura de la Corona y el nuevo panorama político español, influyan lo más mínimo en la, muchas veces, indeseable relación que mantienen –y me temo que seguirán manteniendo para siempre- la Justicia y la Ley.
En un Estado de Derecho (y el nuestro dicen que lo es y ojalá que siga siéndolo durante muchos años), el Pilar Fundamental es el imperio de la Justicia (o, al menos, así es en teoría); pero, por desgracia, como usted bien sabe, la Ley sólo es la letra de lo que debe ser la Justicia y, al final, el que hace la Ley siempre hace la trampa… y, pudiendo haber trampa, siempre hay tramposos. Por eso, para hacer uso o abuso de esas trampas –para interpretar esa letra de la Ley- resultan inevitables -con los buenos- los malos profesionales Letrados; y entre ambos tipos (los buenos y los malos) seguirán integrando las largas nóminas de abogados, por un lado y de abogadillos, abogaduchos, leguleyos y picapleitos, por el otro… y lo que yo aprecio, Señor JUBILADO, es que lo que pasa en el caso Nóos, tiene mucho más que ver con estas cuestiones que con aquellas.
Un saludo muy cordial desde su tierra (ya no le digo “sus torres”, no vaya a ser que se nos caiga otro badajo…)
Desde luego es difícil creer que nuestra sociedad pueda progresar con la cantidad de tontos-inocentes que nos están saliendo, porque el caso del que hablas no es único, que me dices del Sr. Griñan, que tampoco estaba enterado de lo que se hacia en la Junta, todo lo manejaban los funcionarios, que listos-culpables ellos… Lo único que me gustaría que ahora los funcionarios a los que ha acusado comenzarán a sacar todos los trapos sucios que seguro que hay. El circo romano se va a quedar en pañales….
Querida Amiga:
¡Cuánta razón tienes!… y lo peor es que lo de los tontos-inocentes en nuestra tierra ya viene de siglos y es un mal endémico inevitable.
Un beso