Écija – El Portal Temático Cultural

Probablemente la palabra justicia sea una de las palabras más importantes de todo el Diccionario de la lengua española. Pero aun así es una de esas palabras que pocas personas sabrían definir con exactitud. Está claro que todos, al menos la mayoría, tenemos una idea de lo que es la justicia, pero pocas personas son las que podrían llegar más allá definiendo con palabras exactas y concretas lo que significa la justicia.

Remontémonos a la Antigua Roma, al origen del derecho tal y como se conoce hoy día. El término justicia procede de su lengua, del latín: “iustitia”. Ulpino, un jurista romano, la definió de la siguiente manera: Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi, «La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho». Actualmente, justicia podría definirse de muchas maneras: actitudes y/o comportamientos imparciales e igualitarios, actitudes y/o comportamientos que responden dentro del marco legal de un país, actitudes y/o comportamientos moralmente éticos…

Pero bien, si pensamos en todas estas definiciones, desde la de Ulpino hasta las actuales, ¿alguna de ellas se cumple en nuestra sociedad? ¿Podría decirse que prevalece el Estado de derecho en nuestro país? Según la Constitución Española existe, y además, emana de nosotros mismos, del pueblo. Entonces, si, tal y como dice nuestra norma fundamental del Estado (encarnada en la Constitución), la justicia existe, ¿por qué se siguen cometiendo injusticias y delitos? A simple vista podría parecer que no existe, pero creo que semejante afirmación es de tal magnitud que sería insostenible por sí misma, al menos en sociedades regidas por democracias liberales como la nuestra. Un país sin justicia es un caos, y el nuestro, aunque pueda ser imperfecto, no lo es. Tenemos  una serie de normas (como el Código Penal, el Código Civil, Código Mercantil…) a las cuales nos atenemos todos a lo largo de todo el territorio español, sin que nadie pueda quedar al margen de ellas, y todo aquel que lo hace tiene una serie de consecuencias también recogidas en la ley. Por lo tanto, no podría hablarse de una carencia de justicia. Posiblemente, de lo que sí que se podría hablar es de ineptitud en la justicia en determinadas situaciones o casos. Pero eso no sería  una falta de justicia, sino más bien un uso incorrecto de ella, del cual, si recordamos de quien emana la justicia según nuestra Constitución, seríamos culpables todos.

En conclusión, la justicia está ahí, existe la ley y el Poder Judicial en España. Las herramientas las tenemos, la cuestión está en si realmente queremos que la justicia funcione en todas y cada una de las situaciones, sin excepciones y con la mayor imparcialidad. “La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera” (Horacio).

Álvaro Martín Ostos

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