LA HISPANIDAD por Francisco J. Fernández-Pro
Hace unos días hablaba con mi amigo Sergio Gustavo Rabadá, magnífico poeta, sobre la Identidad hispana y sobre la estupidez de las exclusiones culturales. Sin darnos cuenta, acabamos interrelacionando lo que anda ocurriendo últimamente con Cataluña y las animosidad que en algunos países de Suramérica surgieron contra España hace siglos, se mantuvo con los años y se sigue sintiendo hoy en día (paradójicamente, generado y alimentado por criollos descendientes de españoles y por los propios españoles… que, como siempre, nos maltratamos de forma inconcebible e inevitable). Sin embargo y, a pesar de que mi amigo es argentino -tan americano como un mapuche-, y yo me considero desde hace muchos años nacionalista andaluz convencido -con la ilusión mínima de algunas pizcas de antiguos tartésicos y refinados omeyas en la sangre-, los dos coincidimos en la visión clara de una Cultura común integradora.
Es bueno que los Pueblos trabajen por conservar sus riquezas étnicas y socioculturales particulares. Es bueno aprender de los errores de la Historia para no volver a repetirlos. Es bueno reconocer esos errores. Pero es absurdo vivir, por un rencor estúpido de siglos diferidos, en la discordia; y, mucho más estúpido, hacerlo en y para la exclusión. Más aún en un Mundo cada vez más globalizado y más necesitado de esa globalización.
La Historia no tiene marcha atrás y está construida sobre los pilares de la Intrahistoria. Lo que ocurrió hace siglos marcó la vida de nuestros Pueblos y de todos nosotros, pero nos definió y nos regaló muchas cosas positivas para compartir: el idioma español es uno de nuestros mayores regalos (aparte de que cada cual considere alguno propio también).
Ese pasado español en Cataluña y América nos legó un montón de cosas buenas.
En Suramérica, desde escritores, defensores de la cultura prehispánica a través del castellano, como José María Arguedas, gracias al cual rescatamos las letras de las hayllis y harauis quechuas, a las canciones yaravíes de Mariano Melgar. Ese pasado común, fructificó en aquellas tierras, con gente tan dispar –y tan admirables- como El Libertador y el Che y Miguel Ángel Asturias y García Márquez y Pablo Neruda y Mario Moreno y Atahualpa Yupanqui y Cafrune y Carlos Gardel y Celia Cruz y…
En Cataluña, exactamente igual: desde el incomparable Salvador Dalí, al nunca suficientemente reconocido Dr. Trueta, o el gran pintor y dramaturgo en lengua catalana, Santiago Rusiñol, pasando por arquitectos como Domènech i Montaner y, sobre todo, Gaudí. Aparte, una lista interminable de grandes personajes, que desarrollaron su labor en todo tipo de actividades y disciplinas científicas o artísticas, muchos de ellos hasta entrañables ya para la mayoría, porque, de alguna forma, han sido parte de nuestras vidas (Montserrat Caballé, José Carreras, Terenci Moix, Nuria Espert, Joan Manuel Serrat, Juan Antonio Samaranch,…)
Yo me quedo con todo esto y me niego a renunciar a cualquiera de estos grandes personajes. Igual que sería inexplicable, para mí, que mis hermanos catalanes o Suramericanos renunciaran a Séneca, Maimónides, Averroes, Lope, Quevedo, Cervantes, Picasso, Velázquez, Juan Ramón o Federico.
Creo firmemente que, aunque por desgracia somos ciudadanos de la única Humanidad que existe -¡tan insolidaria y tan pertinaz en sus errores!- que se debate continuamente en la miseria a causa de sus rencores, sus agravios y sus intereses creados, debemos permanecer en la esperanza porque, a fin de cuentas, esa Humanidad la formamos personas que tenemos mucho en común.
Hoy es el Día de la Hispanidad, de parte de esa Humanidad, a la que llamamos España e Hispanoamérica, unida por un idioma único y riquísimo, gracias a todas las aportaciones particulares de las distintas culturas que lo integran…
Yo me quedo con todo esto y, desde Écija, desde mi Andalucía (también Tartessos y la Bética y Al-Andalus), os felicito a todos con la esperanza de poder mantener mi particular identidad, el deseo de esta unidad necesaria y estas palabras que todos entendéis.
Felicidades
Sr. Fernandez-Pro estoy totalmente de acuerdo con usted y con Sergio Rabadá. Comparimos amistades señor. Por cierto podria decirme algo de él. Hace tiempo que le perdi la pista.
Querido amigo:
Gracias por sus letras y por la alegría que, con ellas, hallo en las coincidencias que compartimos (sobre en todo, en nuestra común relación con Sergio).
Sí le agradecería -por conservar la virtud de la prudencia- que se ponga en contacto conmigo a través de email, para poder conversar sobre nuestro común amigo.
Mi correo es: cleofasecija@hotmail.com
Gracias.