La estela blanca dejada por un meteoro en 1924, desde Talavera de la Reina hasta Écija
El 19 de junio de 1924, en Olivenza (Badajoz), descrito por el geólogo español Lucas Fernández Navarro en 1925 y plasmado por el propio Martín Escorza en su texto de 1987, a las nueve horas se observó, desde Talavera de la Reina hasta Écija, una estela blanca dejada por un meteoro.
La posterior caída se produjo a unos seis metros de cuatro hermanos que recogían guisantes en un olivar, quienes no se percataron del fenómeno hasta que oyeron tres fuertes detonaciones, momento en el que alzaron las cabezas y vieron venir hacia ellos una masa enorme que ardía como una estrella, envuelta en humo blanco.
Venía directo hacia ellos, pero ya estando muy cercana hizo un extraño giro, al que atribuyeron haber salvado la vida.
El meteorito impactó y se partió en varios fragmentos, produciendo un agujero de medio metro de diámetro y casi igual de profundo.
El total de la masa caída pudo ser de 150 kg.
El diario pacense El Correo de la Mañana del 20 de junio, día posterior a la caída, mencionaba cómo “el paso del pequeño bólido fue la nota más interesante y el comentario que más apasionó al vecindario.”
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