MIS SIETE CORTOS RELATOS (V): FIESTA EN EL MUSEO por Ramón Freire
Ramón Freire Gálvez
El respeto a nuestros mayores es algo que está en desuso, cuando no convertimos en simples muebles decorativos, olvidando, tristemente, no sólo su ayuda constante, sino también que ellos son portadores y conocedores de vivencias llenas de realidad, enriqueciéndonos con sus experiencias en nuestras frías y sensibles vidas.
Por ello, este quinto relato, es un pequeño homenaje a esas personas mayores que, ostentando cualquier cargo o profesión, lo llevan a cabo con una dignidad y cariño, que debería servirnos de espejo constante.
Aquella tarde, cuando Juan, el viejo conserje del Museo del Ferrocarril de Madrid, giraba su visita rutinaria por el espacioso salón donde se hospedaban las máquinas de tren que habían sido jubiladas, a las que él gustaba de contemplar detenidamente, como parte de la historia que encerraban las mismas, notó que algo raro flotaba en el ambiente, pero no acertaba a
comprender lo que era.
Estuvo más tiempo del que dedicaba a dicho salón diariamente, dándole vueltas a su cabeza, en un silencio sepulcral, intentando averiguar lo qué en el ambiente se dejaba sentir.
Juan, gallego de nacimiento, que había emigrado a la capital de España por motivos de trabajo, llevaba treinta y cinco años en el empleo, quedándole poco tiempo para jubilarse. Había visto pasar por el museo a muchísimas personas, las cuales quedaban admiradas de las viejas máquinas de tren que allí se exponían.
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