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Fco. Fernández-Pro

Tuvo que ser las vísperas del Día de la Constitución, cuando uno de los lectores de mis artículos me interpelara sobre mi opinión respecto a VOX.

Anteriormente, ya le había aclarado que, a lo largo de los casi mil artículos publicados en estos años, he dejado patentes mis opiniones sobre la Constitución, las tiranías, las democracias, los caciques, la Justicia Social, la Solidaridad y hasta el tomate frito (pues dio tiempo para letras sobre todo); y, como siempre escribo a corazón abierto, analizando mis palabras, es fácil deducir mis pensamientos. Pero ya que me ha insistido de manera tan pertinaz, aclararé algunas cosas aunque, en el fondo, soy consciente de que lo único que hago es repetirme, pero ¡bueno!… ¡para eso está el ajo!

Como soy hijo de la lucha por la Transición y ejercí la política de los años posteriores, me considero eminentemente Constitucionalista y, partiendo de esta premisa, desgloso los siguientes puntos de la Carta Magna:

1º. EL PODER EMANA DEL PUEBLO. Por tanto, como demócrata: apoyo las urnas y aborrezco a los que no aceptan sus resultados.

Esto me hace aceptar y respetar a VOX como un partido que ha acudido a las elecciones y ha sido votado por casi cuatrocientos mil andaluces. Por la misma razón, rechazo a los que no aceptan la voluntad de todos esos ciudadanos y su derecho a votar en libertad.

2º. LA LEY DE LEYES ES LA CONSTITUCIÓN. Por tanto apoyo la Constitución y la defiendo; y, en consecuencia, rechazo a los que, estando aún vigente, se la saltan, la ignoran o la violentan por las calles, cuando no son capaces de conseguir por vías democráticas la reforma que desean.

Ayer VOX participó en un acto para homenajear a la Constitución. Acto pacífico que fue violentado por los independentistas y los antisistemas catalanes. Por tanto, como demócrata, debo apoyar a VOX y su derecho a homenajear nuestra Constitución y rechazar de plano –por antidemocrática- la violencia ejercida por los cachorros de los socios que se ha buscado Sánchez.

3º. NUESTROS SÍMBOLOS SON LA BANDERA Y EL HIMNO DE ESPAÑA, QUE REPRESENTAN A TODOS LOS ESPAÑOLES.

VOX es un partido que defiende ambos símbolos. Hace tres días, en el País Vasco, un joven de 19 años que defendía la Unidad de España y sus símbolos, fue apaleado por 15 energúmenos encapuchados. Yo aborrezco a estos verdaderos fascistas y respeto a quien, en zona tan hostil, defiende los símbolos democráticos de todos hasta con su propia integridad física.

4º. TODOS LOS ESPAÑOLES TENEMOS LOS MISMOS DERECHOS ANTE LA LEY.

VOX defiende la derogación de unas leyes que, durante los últimos años, han pasado de defender los legítimos derechos de las mujeres (que tenían que ser reivindicados y defendidos) a crear un ambiente hostil, de agravio comparativo y discriminación positiva, hasta el punto de llegar a negarle al hombre hasta su derecho fundamental a la presunción de inocencia. Igualmente (y dejando al lado la aberración que insisten en cometer con nuestra Lengua), se han priorizado los derechos de la mujer respecto a subvenciones, mercado laboral, cursos de formación, recursos sociales,…

Por tanto, comparto con VOX esta iniciativa, porque considero que esas leyes violan el principio constitucional de igualdad entre los españoles.

5º. TODOS LOS ESPAÑOLES TENEMOS RECONOCIDO, CONSTITUCIONALMENTE, EL DERECHO INVIOLABLE A LA VIDA.

VOX aboga por la abolición del aborto.

Por principio considero que el aborto es un crimen y que, a la hora de defender los derechos constitucionales, deben prevalecer los de los más débiles, los de los más indefensos. En consecuencia y, como constitucionalista, considero que el derecho que tiene un niño a la Vida, debe prevalecer sobre el derecho de la madre a vivir mejor; y,  por eso, apoyo esta iniciativa.

Hasta aquí, de acuerdo. A partir de aquí, ya empiezan los matices, pues hay propuestas de VOX con las que sólo estoy de acuerdo a medias y otras con las que no lo estoy en absoluto. Pero confieso que, exactamente, eso mismo me pasa con las de PODEMOS. Los partidos políticos ubicados en los extremos tienen esa facultad: nos ofrecen unas opciones que casan perfectamente con nuestros extremismos (o principios inamovibles) y otras que sacuden nuestra conciencia como una estera y que rechazamos de plano.

De todas formas, hoy por hoy, VOX no me ha dado razones objetivas para el anatema (aunque supongo que todo será cuestión de tiempo). Lo que sí es cierto es que las feroces críticas y el maltrato a los que está siendo sometido este partido por los verdaderos fascistas de nuestra Democracia (que, como dije, para mí son los que ACTÚAN contra la voluntad de las urnas) están provocando en mi ánimo cierta simpatía que no llega a devoción.

Estoy seguro de que no lo votaré nunca porque hay propuestas, como la desaparición de las autonomías, el posible trato discriminatorio respecto a ciertas minorías o la imposición de cuotas a nuestra solidaridad, con las que estoy en absoluto desacuerdo; pero, la verdad, es que ese desacuerdo parcial me ocurre también con otros partidos que, como VOX, no me han dado motivos para la inquina (además, huyo de prejuicios ajenos y voceadores interesados).

Pero, además, en mi anterior artículo declaraba haber inmolado mi voto en el altar de la Utopía Verdiblanca y otro de los intervinientes con sus comentarios, me afeó haberlo desperdiciado de esa manera. Pues bien, creo que lo dicho puede servir para aclararle mi decisión. Yo respeto a todos los partidos constitucionales y democráticos que, POR SUS ACTOS, me demuestran que lo son. Todos –y cada uno de ellos- tienen cosas que me agradan y cosas que no… pero, por eso –precisamente- a la hora de votar en conciencia, antes que un descalabro cierto, prefiero optar por mi Utopía.

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