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EUROPA Y LAS UTOPÍAS por Francisco J. Fernández-Pro Ledesma

EUROPA Y LAS UTOPÍAS por Francisco J. Fernández-Pro Ledesma
julio 11
15:14 2015
Fco. Fernández-Pro

Fco. Fernández-Pro

Las utopías son hermosas, por eso los hombres las soñamos. El gran problema surge a la hora de construirlas, porque también son los hombres los encargados de darles forma y, entonces, no hay utopía que resista: todas se desmoronan.

Quizá, la Democracia sea la utopía más deseable. Todo se limita a un ciudadano, un voto. Pero, en la práctica, ¿están todos y cada uno de los ciudadanos, lo suficientemente preparados e informados para saber lo que eligen y poder, así, votar libremente por las distintas opciones? ¿y los votos de los que no creen en los Derechos Humanos o pretenden destruir la Sociedad Democrática? ¿Es realmente justo que un voto valga exactamente igual que otro?… Una Utopía –para serlo- no puede dudarse. Sin embargo, sigo creyendo que, aún con sus defectos, la Democracia no sólo es buena, sino también necesaria… y con Europa me pasa exactamente lo mismo.

La Europa soñada por el Hombre, de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, se topó con los hombres. Intentamos que estos principios fueran compartidos por Pueblos con caracteres tan dispares como el escandinavo, el germano, el latino o el anglosajón,… y es tal el batiburrillo de Unión Europa que hemos montado que, incluso, aunque intentáramos, entre todos, poner en pie –para todos los Estados miembros- las hermosas Utopías de la verdadera Democracia y el Estado de Bienestar con todas sus consecuencias, nuestra propia impedimenta las harían inviables. Por muy quijote que seamos, ciegos tendríamos que estar para no darnos cuenta de que este Gigante, llamado Europa, sólo tiene de común sus intereses… y, créanme si les digo que, ésta, es mala virtud para fomentar fraternidades.

Lo que nació como una hermosa Utopía para los hombres, los hombres la han convertido en un Mercado. Pero, si me aprietan, siempre algo es mejor que nada: aunar esfuerzos –aunque sólo sea para contar ovejas, abreviar el esquileo o, simplemente, abaratar costes-, siempre le resultará beneficioso a una Comunidad Globalizada. Otra cosa es que, cada cual tenga sus propias ovejas y que algunos hasta tengan que aprender a contarlas.

Alexis Tsipras ha querido hacer de Quijote cuando, por desgracia, Don Alonso Quijano –vuelto a la cordura de los números- ya ha vendido hasta la jáquima de Rocinante. Ha llegado un montón de tiempo tarde (algo más de dos siglos por la cuenta de la vieja), tratando de anteponer la Utopía que originó la Comunidad Europea, a la Realidad que se ha ido forjando con los años y el esfuerzo de todos (incluyendo el de los propios griegos); y, a estas alturas, ese intento ya no sólo resulta estéril, sino insolidario con esta Unión Europea que hemos sabido construir, incluso renunciando, en parte, a nuestras propias utopías… Aunque lo que más me jode, es que Tsipras sólo quiera reconocer la Europa de las Ideologías, cuando ya se ha zampado las ovejas del Mercado.

 

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3 Comentarios

  1. JUBILADO
    JUBILADO julio 13, 23:13

    Excelente reflexión la suya, D. Francisco. y a su vez nos hace reflexionar; Un hombre un voto.Endiablada ecuación ampliamente usada. Henry Ford imaginó un hombre un coche, y así nos encapsulaba a todos.
    Winston Churchill, para consolarnos soltó aquello de que la Democracia era el peor de los sistemas posibles si excluimos a todos los demás.
    ¿Cree usted que en los diferentes paises de Europa somos tan diferentes? yo creo que somos bastante parecidos. Somos diferentes respecto a los arabes, a los indios o a los malayos. Nuestro Carlos I ya lo intuyó y principió el sueño de la gran Europa.
    Por ultimo, un apunte sobre Tsipras: el nunca abandonó la cordura de los números. Se propuso gestionar la hecatombe, y lo está consiguiendo, con una jugada maestra. Recuerde q

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  2. JUBILADO
    JUBILADO julio 13, 23:17

    Excelente reflexión la suya, D. Francisco. y a su vez nos hace reflexionar; Un hombre un voto.Endiablada ecuación ampliamente usada. Henry Ford imaginó un hombre un coche, y así nos encapsulaba a todos.
    Winston Churchill, para consolarnos soltó aquello de que la Democracia era el peor de los sistemas posibles si excluimos a todos los demás.
    ¿Cree usted que en los diferentes paises de Europa somos tan diferentes? yo creo que somos bastante parecidos. Somos diferentes respecto a los arabes, a los indios o a los malayos. Nuestro Carlos I ya lo intuyó y principió el sueño de la gran Europa.
    Por ultimo, un apunte sobre Tsipras: el nunca abandonó la cordura de los números. Se propuso gestionar la hecatombe, y lo está consiguiendo, con una jugada maestra. Recuerde que cuando comenzó la negociación se fue a ver a Putin, y eso hizo temblar a Europa (y sobre todo a USA) y ambos llegaron a la sabia conclusión de que Grecia no puede llegar a caer en la orbita de Rusia. Eso sería infinitamente más caro y naturalmente ceden.
    Un cordial saludo.

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    • Paco Fernández-Pro
      Paco Fernández-Pro julio 14, 11:34

      Estimado Señor JUBILADO:

      Gracias por sus letras y por la valoración que hace sobre las mías.
      Como, casi siempre, estoy de acuerdo con sus puntualizaciones; sin embargo, hoy -precisamente aniversario de la toma de la Bastilla (o, lo que es lo mismo, primer paso del comienzo de esa Europa de los valores de Libertad, Fraternidad e Igualdad de la que hablábamos)- cabe también plantearse una diferencia sustancial entre los países de Europa, que me apuntó en su día, mi querido Amigo y Maestro Genaro Chic.

      Precisamente, cuando nacía ese sueño de nuestro Carlos I, nacía una controversia de niveles superlativos en el seno de la Iglesia -el Luteranismo- que, a la postre, crearía una división entre unos países católicos y otros protestantes, que también debemos considerar en su contenido filosófico y ético, ya que en sus distintas consideraciones sobre el PRESTIGIO, mientras en los primeros prevalece, a partir del Renacimiento, los principios de riqueza y poder –que fueron los que se dejaron sentir desde Roma-, los segundos optaron por los de la meritocracia (mérito y capacidad). De forma que, cuando en los países de influencia protestante, un trabajador puede jactarse de las cuatro horas de más que –por el bien de la empresa- ha sido capaz de poner en su trabajo, en los países latinos –de influencia católica- es más fácil jactarse de la picardía con la que uno se escaquea una hora del suyo.

      Relación directa de todo lo dicho, es que personajes como el Dioni o Jesús Gil o Julián Muñoz o Bárcenas o Torrijo o Mario Conde o los Matamoro o Berlusconi o Tsojatzopoulos,… no sólo puedan prosperar, sino –lo que es muchísimo peor- ser admirados e imitados socialmente en estos países.
      Amigo JUBILADO, créame: el Patio de Monipodio, donde la picaresca asienta sus posaderas, prospera cuando encuentra, no sólo cobijo, sino también mecenas y palmeros

      Como siempre, un saludo muy cordial

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