ESTRELLA BENAVIDES: EL TEATRO DEL PUEBLO por Francisco J. Fernández-Pro
Antes de ayer estuvimos en Osuna -mi Madretierra- recordando a mi queridísima Amiga Estrella Benavides. Fue un homenaje que rindió el mundo del Teatro a quien entregó su vida por servirlo. El Corral de la Casa de la Cultura de Osuna estaba a reventar. Todos congregados por el recuerdo de Estrella.
Se trataba de la proyección de un documental titulado “Estrella Benavides, el Teatro del Pueblo”. Durante más de un año el joven realizador Jesús Moreno, ha dirigido con paciencia y maestría a un amplio equipo de técnicos en ciernes y a un montón de entrevistados que contaron sus anécdotas con mi amiga y con el Grupo Al-Alba: el que ella fundó hace justo treinta años y del que surgieron tantos buenos actores y tantas buenas personas (empezando por sus hijos Alejandro y Fali, referencias actuales de la música de entrebambalinas y del Teatro Educativo en Andalucía).
Jesús Moreno ha sabido desentrañar el Espíritu de Estrella. A través de su documental ha desentrañado sus motivaciones y la pasión que la movía: sus razones y sus consecuencias, su quijotismo, su lucha permanente por la Justicia y, lo que es tan importante como lo anterior, sus batallas rendidas y pendientes: su legado.
Siempre pensé que el Patrimonio de los Pueblos es algo tan amplio que lo mismo implica al entrañable pan con aceite y azúcar como a la Iglesia Catedral más espléndida o esos muros de cal enjalbegada e impregnados por los aromas de jazmines y damas de noche de los veranos de nuestra Infancia. Sin embargo, de toda esa riqueza tan diversa, me quedo con el Patrimonio Humano: hombres y mujeres que luchan y lucharon por las cosas de todos, por el Bien Común, sin otra motivación que la vocación de servicio y su pasión por lo nuestro. Mi admirada Amiga, mi querida Estrella Benavides, fue una de esas mujeres.
En una Osuna que desde siempre amó al Teatro, hasta el punto de haber contado con uno de los espacios escénicos más importantes de la provincia -un “Álvarez Quintero” que, en ruinas y abandonado, empezaba a dormir el sueño de los justos-, ella apareció hace treinta años, para despertar esa pasión que los ursaonenses mantenían narcotizada desde que los televisores y los reproductores de video, vencieron el pulso a la fantasía y el espectáculo del directo, las bambalinas, el foso, el proscenio, el foro… y Estrella zamarreó la conciencia de los ursaonenses devolviéndole sus razones a las ruinas.
Bueno sería que Osuna reaccionara: que supiera responderle a quien tan bien la sirvió. Bueno sería que en la próxima reapertura de este magnífico espacio escénico que arranca la Cuesta del Casino (otro edificio emblemático que, entre todos, deberíamos cuidar), pudiera leerse en su fachada: “Teatro Municipal Estrella Benavides”.
Sería bueno y sería justo.
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