ESTO NO ES UN JUEGO DE NIÑOS por Rubén Díaz Barrera (Alumno 1º de Bachillerato)
A decir verdad, la acción de los niños a la hora de colaborar en un trabajo puede generar beneficios económicos de gran ayuda para las familias. Sin embargo, cabe destacar la larga jornada que dedican los niños para realizar grandes labores que pueden resultar realmente peligrosas para su bienestar físico, mental y moral. Asimismo, realizan trabajos que ponen directamente en peligro su seguridad a cambio de un mísero sueldo que no les alcanza ni para comer. Es más, la gran mayoría de los jóvenes sometidos a las sobreexplotaciones se debe, sobre todo, a la falta de desarrollo en la zona en la que habitan y que, por consiguiente, impide otorgarles una educación digna y apropiada.
En definitiva, los niños no deberían poder trabajar bajo unas condiciones tan injustas y muy poco considerables para la población infantil y juvenil. Dicho de otra manera, ante esta injusticia debemos alzar nuestra voz ante los gobiernos responsables de esta injusta situación y que estos puedan centrar su visión en este tipo de poblaciones para proporcionarles prestaciones existentes en países desarrollados. De este modo, podríamos reducir estas formas de trabajo tan despreciables e intolerables que todavía permanecen en nuestra sociedad.
Rubén Díaz Barrera
Lo siento no hay comentarios todavía, pero puedes ser el primero en comentar este artículo.
Escribe un comentario