Entre los actos previstos que se van a celebrar en España en memoria de Jaime Ostos, las cenizas del torero serán trasladadas a Écija. Su última entrevista y anécdota
Según se puede leer en El Economista, en una ocasión Jaime Ostos le dijo a su esposa Mari Ángeles Grajal y a su hijo Jacobo: “El día que me muera quiero que se incinere mi cuerpo y que mis cenizas se esparzan en la plaza de toros de Écija”. Esta frase fue confirmada por su propio hijo (según manifiesta Informalia en su publicación realizada en El Economista).
Su esposa, la doctora neumóloga Mari Ángeles, ha llegado en el día de hoy a Madrid, en un vuelo procedente de Colombia. Venía acompañada por unos amigos y en el aeropuerto ha sido recibida por los cuatro hijos de Jaime Ostos: Jaime y Consuelo, fruto de la relación con Consuelo Alcalá, Gisela, hija del torero y Aurora Díaz Cano, y Jacobo, su único hijo en común con Mari Ángeles Grajal.
Se ha celebrado un funeral en Bogotá el pasado lunes día 10 de enero, en la iglesia de Santa Rita, a la que acudieron algunos seguidores del torero, amistades y amigos sobre todo de Colombia y el embajador de España, entre otros.
En cuanto a España, están previstos varios actos:
- Un funeral en la iglesia madrileña de Santa Bárbara, el próximo 20 de enero a las 20:15 de la noche, convocada por su viuda y los cuatro hijos de Jaime Ostos.
- Se prepara un gran homenaje en la plaza de toros de la Maestranza en Sevilla, el día 21 de enero a las 5 de la tarde, en la que la urna con las cenizas dará la vuelta al ruedo, con la presencia de familia, amigos y de los familiares de su cuadrilla histórica. Seguida de una Santa Misa en la Iglesia del Baratillo.
- Además de estos dos actos confirmados, en Écija se prepara otro homenaje, para despedir al que es uno de sus hijos predilectos. El Sábado 22 de Enero a las 12,30 horas, en la iglesia de Santiago de Écija, se celebrará una misa por su eterno descanso. Aunque no está todavía oficialmente confirmado, se dice que las cenizas del torero Jaime Ostos podrían ser depositadas en el columbario de dicha iglesia.
Jaime Ostos y la doctora Grajal se casaron en dos ocasiones, en 1987 en el juzgado y en el 2015 por la iglesia. Vivían en un chalet en la localidad de Villaviciosa de Odón (Madrid). Cuando comenzó a triunfar adquirió una finca en la zona de Écija, que con el tiempo vendió.
DE LA ÚLTIMA ENTREVISTA CONCEDIDA A MIGUEL REDONDO:
- Jaime Ostos da la última entrevista de su vida después de un auténtico calvario donde el coronavirus estuvo apunto de quitarle la vida.
Más de un año y medio desaparecido de la vida social. Desde agosto de 2019 donde tuvo que ser hospitalizado en Madrid, por su delicado estado de salud, Jaime Ostos se encuentra en su cuartel general en Villaviciosa de Odón rodeado de múltiples recuerdos de aquellos gloriosos años 50, 60, 70 y 80 donde consiguió estar en lo más alto de escalafón taurino.
Amigo de Franco, Felipe González, Utrera Molina, el Rey emérito Juan Carlos y tantos y tantos personajes de una época dorada.
25 cornadas, una de ellas mortal por necesidad, la de Tarazona de Aragón, en la que le transfundieron 9 litros de sangre de los aficionados que ese día se encontraban en la plaza. También sufrió tres accidentes aéreos en los viajes América todos ellos con muertos.
Habla de su relación con el Rey emérito, también del famoso brindis de quien fuera taquígrafo de Franco, Lozano Sevilla, quien robaba dinero a los toreros por hablar bien de ellos.
ANÉCDOTAS DE LA HISTORIA DEL PERIODISMO TAURINO
- El Brindis al sobre de Jaime Ostos.
Uno de los brindis más polémicos de la historia de la Tauromaquia tuvo que ver con uno de los principales males endémicos del periodismo taurino, posiblemente, el más importante: “el sobre”. Ya saben, la cantidad de dinero que el torero, supuestamente, daba al periodista o cronista de un determinado medio para que éste destacase lo bien que había estado el matador en la crónica que tenía que hacer, independientemente de que así fuera o no. Tomó ese nombre porque la cuantía era entregada dentro de un sobre.
El brindis en cuestión lo realizó Jaime Ostos, y dio muchísimo que hablar a finales de los años sesenta. Brindó el toro a Manuel Lozano Sevilla, -taquígrafo de Francisco Franco, cronista y director de varias revistas taurinas de la época-, en el transcurso de una corrida televisada en Marbella. Al parecer, Lozano Sevilla era hombre del régimen y campaba a sus anchas en el mundo del periodismo taurino. Con todo lo que ello significa.
El torero de Écija le puso verde en el brindis y le acusó directamente, sin tapujos y ante toda España, de “sobre-cogedor” (o lo que es lo mismo, proclive a practicar la dudosa práctica del sobre, valga la redundancia). A partir de ese momento, el taquígrafo de Franco dejó de trabajar en los medios y fue despedido como represalia ante tal desmán.
Muchos años después, en una entrevista, Jaime Ostos explicaba el por qué de este polémico brindis de la siguiente manera:
“A Lozano Sevilla le pagábamos los toreros del momento dos millones de pesetas por temporada, para que nos pusieran bien. Pero por lo visto al señor le parecía poco y un día apareció el niño, su hijo, que era un chico muy guapo que se pasaba las horas muertas jugando en el casino, y me dijo que su padre quería más dinero. Bueno, dije, a la vuelta de América hablamos. Pero mira por donde a mi regreso me entero de que la información que había dado de mi temporada americana nada tenía que ver con lo sucedido. A veces incluso ni me nombraba después de cortar las orejas. Así que le hice saber que ni un duro más. Y empezó a darme leña. Esa tarde de la que hablamos, aprovechando que estaban las cámaras de TVE, le dije que si quería dinero de los toreros se pusiera el vestido de torear y que dejara de robarnos. ¡Nos exigía cuatro millones a los de primera fila! Franco lo apartó de inmediato. Lozano Sevilla me puso una querella pero como tenía pruebas gané el juicio”.
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