ENTERRANDO BOCABAJO A MONTESQUIEU por Francisco J. Fernández-Pro
Vivo en un silencio expectante. Los disparates se van amontonando demasiado deprisa y a mí siempre me ha gustado tomarme mi tiempo para realizar el análisis más objetivo posible, pero, sintiéndolo mucho, este último invento de los indultos, no puedo dejarlo pasar.
Una vez que los jueces se han manifestado -que son los que entienden de estos asuntos-, el empecinamiento -a la contra- de los miembros de nuestro Gobierno (la mayoría infinitamente menos preparados que los jueces y la minoría también), no me deja otra opción que tomar la pluma, echar mano de la lógica y la razón más elemental e intentar aplicar las normas básicas del Pensamiento para hallar respuestas a mis dudas.
Partimos del hecho de que el Indulto es un beneficio penitenciario que exige, legal y forzosamente, el arrepentimiento del reo y el cumplimiento de una parte determinada de la pena. Aparte de estos requisitos, se recomienda tener presente el dictamen -a favor y no en contra- de la Fiscalía y de los jueces (sobre todo, el del Tribunal que hubiera sentenciado el caso). Pues bien, a día de hoy, nada de lo anterior se cumple en los posibles beneficiarios de estos indultos y, no sólo eso, sino que el informe de los jueces es contrario por unanimidad. Por tanto, preguntas que se me ocurren a bote pronto:
Si esta gente no cumple los requisitos exigidos por la Ley, ¿por qué se considera la posibilidad de estos indultos?
Si, tanto fiscales como jueces, se oponen a ellos ¿por qué no se consideran sus informes?
Si los reos ya han manifestado, públicamente, su intención de volver a crear el clima de crispación y enfrentamiento, repitiendo los actos por los que fueron condenados en su día, ¿por qué se les indulta, ofreciéndoles la oportunidad de volver a incumplir la Ley con actuaciones, que ya fueron juzgadas y condenadas?
Los beneficiados por estos indultos, son los que organizaron los actos violentos del llamado “Procés”, utilizaron su poder para evitar las actuaciones de las Fuerzas del Orden y malversaron fondos públicos para enfrentarse contra el Estado y liderar grupos como los CDR y todos sus satélites. Por tanto, está claro que estos indultos no responden a un beneficio para la Comunidad (más bien, todo lo contrario: ya que liberarán y animarán a los extremistas y antisistemas catalanes más violentos). Aparte de esto, supondrán un agravio para la inmensa mayoría de los españoles que, durante aquellos días, vimos amenazada la convivencia en paz, la unidad territorial y el derecho constitucional que tenemos, como ciudadanos, a decidir sobre todo lo que compete a la unidad de España.
Pero si estamos comprobando lo improcedente de estos indultos, ¿por qué el empeño de concederlos contra toda razón?, ¿quién o quienes se benefician de sus concesiones?
Todos sabemos que el asunto de fondo es el apoyo que los independentistas catalanes están dando al Gobierno de Pedro Sánchez. O sea: el Gobierno concederá los indultos a cambio de mantener los privilegios de su Poder… y a eso, se le llama COHECHO que -literalmente- es “el delito cometido por una autoridad que acepta o exige un regalo a cambio de realizar (o impedir) un acto, aprovechándose de este modo de su cargo para conseguir un beneficio personal.” ¿Alguien no quiere verlo?
Además, hay otro concepto a tener en cuenta: PREVARICACIÓN que, según la RAE, es “el acto que comete la autoridad, el juez o el funcionario público que toma medidas o dicta resoluciones injustas a sabiendas que lo son. Supone un abuso de autoridad o extralimitación en el ejercicio de sus funciones y es necesario que exista “dolo”, esto es, voluntad deliberada y con conocimiento de que se comete un delito (algo así como que te advierta un Tribunal Superior de Justicia de que te estás pasando siete pueblos y tú sigas como el que oye llover)”.
Cada vez tengo más claro que el Gobierno está formado pandilla con lo más granado de las familias catalanas y, cada día, les abulta más el trabuco en bandolera y la faca en la faja. Pero con todo, lo peor es que, para poder mantenerse en sus poltronas, este (des)Gobierno está rozando la locura del Cohecho, la Prevaricación y la injusticia de unos Indultos a delincuentes reincidentes; y, para poder hacerlo, no tienen más remedio que lanzarse -con frenético afán de uñas y dientes- a enterrar bocabajo a Monstesquieu, evitándole, así, la mínima posibilidad de que pueda desenterrarse para llegar a tiempo de rescatarnos antes de que se perpetre este atraco a nuestra Constitución y a nuestra Democracia.
Con cierto retraso he leído con sumo interés su reflexión sobre el tema de los indultos que ha tenido en vilo a media España de uno y otro color político, y que a nadie ha mantenido indiferente. Yo, por mi parte, y antes de dejarme arrastrar por la cólera, los comentarios de uno y otro signo, quise formarme una opinión bebiendo en primer lugar de la legislación al respecto, del posible interés nacional, y del posible beneficio para los actores. Usted, a juzgar por la fecha del artículo, presumo que algo de información no le ha dado tiempo de recabar, a juzgar por las afirmaciones vertidas. Otra explicación no le veo. Vayamos primero a la legalidad del asunto.
La concesión del indulto esta regulada en la Ley de 18 de Junio de 1870, y también lo recoge nuestra Constitución en su articulo 62. Muy básicamente, viene a decir: No requiere el arrepentimiento de reo.
El informe del tribunal sentenciador es preceptivo, pero no vinculante.
El Gobierno no podrá otorgar indulto TOTAL, si el tribunal sentenciador no aprecia razones de equidad, justicia o utilidad publica. Por tanto solo puede conceder indulto parcial.
La concesión del indulto no cancela antecedentes ni exime del pago por responsabilidad civil.
O sea, que ni exige arrepentimiento, ni el cumplimiento de una parte de la condena ni el informe de los jueces es condición indispensable.
Por tanto no se consideran su informe porque no es indispensable.
El concepto de PREVARICACION, nada menos, que usted otorga directamente al hecho, queda suficientemente invalidado, puesto que ajustándose a la Ley no existe “resolución injusta a sabienda de que lo es”
En cuanto a la acusación de COHECHO, “delito de aceptar o impedir un acto “para obtener un beneficio personal, ya me contará en que se sustenta el beneficio. Por mucho que quiera verse, pues no se ve. El gobierno tiene presupuesto, y tiene prácticamente asegurada mayoría parlamentaria para acabar la legislatura.
Entonces, ¿para que complicarse la vida con una medida tan polémica?
Con la concesión de los indultos nadie sabe a ciencia cierta que sea la solución para el desafecto que vivimos con Cataluña desde hace demasiados años y que se ha agravado de forma extraordinaria en la ultima década, culminado en el 1 de octubre fatídico. Pero de lo que estamos seguros es que con la inacción y la represión, nada se ha reparado, ni nada se ha resuelto.
El tiempo nos dirá si ha merecido la pena. Desde luego el intento si que lo merece.
Amigo JUBILADO, disculpe usted la demora que, como siempre que ocurre, ya sabe usted que se debe a mis prolongadas ausencias, debido a la necesidad de ocuparme de otras obligaciones que ocupan mi tiempo.
Como usted bien dice, el asunto de los indultos es un tema espinoso, ya no sólo por las muchas posibles hipótesis sobre su intencionalidad, sino por los límites que roza o que traspasa (según la perspectiva) y/o la necesidad que, realmente, existe de concederlos.
Aunque, legalmente, una figura como esta pueda contemplarse en nuestras leyes y en nuestra Constitución, el problema que se deriva de las formas y, sobre todo, de la idoneidad, creo que es un asunto mayor. Está claro que la Ley siempre hizo la trampa, fabricó gateras y nunca dejó inerme a los poderosos. Pero eso es una cosa y, otra bien distinta, que los poderosos se salten a la bartola la lógica y la razón, para favorecer a los delincuentes que atentan contra los derechos constitucionales de la mayoría de los españoles. Personalmente -en este caso- no me vale el rechazo que se hace al informe del Tribunal Sentenciador (aunque se pueda) ni ignorar la chulería de los reos que se niegan al arrepentimiento (aunque se pueda) ni ceñirme al hecho de que los indultos sólo serán parciales (aunque lo sean). Para mí, lo importante es que, aunque no sea indispensable lo que sí es lógico y razonable, en un asunto como este, un Gobierno debe ejercer en favor de todos los españoles contra el “ataque” organizado a sus derechos ciudadanos de una minoría violenta y empecinada. Dicho esto, le confirmo que, en efecto, mi artículo lo escribí antes de que Sánchez se viera obligado a salir a la palestra para dar explicaciones. Sin embargo, he de confesarle que, en sus explicaciones, nuestro Presidente me pereció tan falso como de costumbre y, sin embargo, los delincuentes beneficiados por sus favores, sí que dejaron todo tan claro como el agua: seguirán las presiones, los referéndum ilegales, las llamadas a la sociedad civil, a los CDR, a las movilizaciones y, por supuesto, a la desobediencia. No sólo es que ninguno de los indultados reconoce la autoridad que los indulta, sino que declaran abiertamente su intención de ignorarla… y esa Autoridad es la que nos representa y debe defendernos a todos los demás.
La PREVARICACIÓN, se debería colegir del hecho en sí. Visto lo visto, el Gobierno no puede ignorar la naturaleza injusta de estos indultos o -como decíamos aquí- es que ve menos que Pepe Leches…
En cuanto al COHECHO, ¿en verdad duda usted del beneficio personal que Pedro Sánchez obtiene de todo esto? ¿Es que queda alguien en España o en Europa, que lo dude? ¿En verdad cree que el Gobierno tiene mayoría parlamentaria para acabar la Legislatura?… Cuente, cuente… (y, mientras cuenta, acuérdese de Rufián y su irónica chulería: “ Dice que no habrá referéndum. También dijo que no habría indultos, denos tiempo…”
Amigo JUBILADO, desde que vi a un domador meter la cabeza en la boca de un león y quedarse sin ella, me doy cuenta de que existen intentos que no merecen la pena.
Un saludo muy cordial desde sus torres.
Vamos D. Francisco. Como decía el Rey Felipe, el segundo, Sosegaos, que no han de perseverar en nada. Mas que nada porque ellos, al menos, están inhabilitados. Así que solo son bravatadas para su parroquia.
Pero que por encima de sus presagios, hay voces mas influyentes e informadas por sus cargos, que opinan de otra manera; Presidente de la CEOE, sindicatos, Conferencia Episcopal, Obispos catalanes y otros no catalanes, Prensa internacional, el Secretario General de la ONU, mayoria parlamentaria de nuestro Congreso de Diputados…..
Sr. JUBILADO, lo malo es que esas “bravatadas para su parroquia” a las que usted se refiere, afecta a todas partes y a todas partes llega y en todas partes agudiza la inquina entre parroquianos propios y extraños. Por eso y para eso están las normas de convivencia: para evitar las paranoias de los que quieren romperla a toda costa.
Respecto a las voces de unos y de otros y de los prohombres que usted cita, mi experiencia me dicta que la Razón no la tiene quien más intereses defiende ni más cargos ostenta ni más diplomas cuelga en las paredes. La Razón es cosa de la Lógica y de los hechos comprobados: de la objetividad… y cualquier ciudadano realmente libre y bien informado, puede ser mucho más razonable que quien defiende sus intereses o, como usted dice, los de su parroquia.
Un saludo muy cordial