EN LAS EPIDEMIAS DE PESTE, SIGLOS XVI AL XIX, LOS ECIJANOS IMPLORARON EL AUXILIO DE LA VIRGEN Y DE LOS SANTOS por Ramón Freire Gálvez
Octubre 2014
Ramón Freire Gálvez
Al igual que cuando acaecía otro tipo de desgracias, como eran los imprevisibles sucesos naturales, las hambrunas, inundaciones, calamidades, etc., en las epidemias de la peste, el pueblo ecijano, solicitaba la intersección de la Virgen y de los santos a los que el pueblo le tenía especial devoción, sin perjuicio de aquellos a los que, la iglesia astigitana entendía, podían ser mediadores ante el hacedor Supremo para que pusieran fin a tales desgracias.
Por ello, en este artículo y referido solo a las epidemias de peste sufridas por el pueblo ecijano entre los siglos XVI y XIX, haremos mención a una serie de notas que encontré en el manuscrito que dio origen a El Cronicón Ecijano, así como las que obran en los libros de difuntos de la Parroquia Mayor de Santa Cruz.
Mención especial merece la devoción a San Roque, dado que después de la epidemia de peste del año de 1580, al año siguiente se funda en Écija la hermandad de la Coronación de Espinas y San Marcos (popularmente en los años siguientes conocida por San Gil) y quizás, como consecuencia del azote de esta enfermedad, la hermandad, el año de 1583, incluyó entre sus titulares al Santo protector contra la peste, a San Roque, acordando consagrarse a la devoción de San Roque “mientras el mundo durare” según reza el acuerdo original.
Para ello decide ampliar sus Reglas con dos nuevos capítulos, en los que se instituye la celebración de la festividad del Santo, el 16 de Agosto de cada año con Misa y procesión, así como la obligación de vestir a doce pobres en esta fecha.
En la primera Capilla que dio cobijo a los titulares de esta Hermandad, en sus tres retablos, figuraban las imágenes del Stmo. Cristo de la Salud, de Ntra. Sra. De los Dolores y San Roque
A partir de este momento, como veremos en las notas que aportaremos, cada vez que la ciudad se veía amenazada por alguna grave epidemia de peste, se recurría, sobre todo, a la Virgen del Valle, así como a otros santos protectores, entre los que se encontraban el citado San Roque y también San Sebastián, originando la celebración de grandes funciones religiosas y procesiones, ya fuere solicitando ayuda para evitar la epidemia o en acción de gracias tras su desaparición.
En dicho manuscrito, con independencia de las celebraciones religiosas y procesiones que tuvieron lugar en la Ciudad de Écija, también aparecen anotaciones indicando la presencia de epidemias de peste en España, Sevilla y otras poblaciones, como resulta en los años 1503 (hubo en España gran pestilencia); Año de 1504( Hubo un cometa, hambre y peste); Año de 1505. (En Sevilla esterilidad y peste); Año de 1508 (Peste en Sevilla); Año de 1569(Este año fue muy estéril, había peste en Sevilla y se ponen guardas en Écija, siendo Corregidor Quiñones de Lorenzana que gobernó bien); Año de 1599(Peste. Procesión); Año de 1599 (En primeros de junio entró aquí el Sr. Cardenal Arzobispo Don Rodrigo de Castro, se hospedó en casa del Corregidor Rivadeneira, se detuvo aquí algunos días por haber peste en Sevilla dando pesadumbres a clérigos hospedando a sus criados; Se guardaba esta Ciudad con guardas de la peste. En Pamplona por la peste, se despuebla la ciudad hasta el Corregidor y Alcalde); Año de 1601 (Desde Marzo hasta Septiembre hubo peste en Écija, murieron más de diez mil personas. Diputados para la cura de los enfermos fueron Garcilaso y Don Alonso de Zayas); Año de 1624 (Temblor de tierra. Peste y Entrada del Arzobispo, En 11 de Marzo por la madrugada tembló la tierra y siguió la peste aquí y en otras partes); Año de 1638 (Se cierra la ciudad por la peste de Málaga); Año de 1648 (Peste. Traída de la Virgen del Valle, peste en Sevilla y Córdoba).
Después de estas anotaciones, es el 5 de Mayo de 1648 cuando aparecen detalladas dos procesiones, una primera que, iniciándose en la iglesia mayor de Santa Cruz, fue a la iglesia del hospital San Sebastián, donde estaba el santo del mismo nombre, siendo la procesión del tenor siguiente:
5 de Mayo de 1648. Este día por la mañana se hizo una procesión general con los ministros y demás clerecía de la ciudad y religiones. Asistió la ciudad y cantándose letanías se fue desde esta Iglesia Mayor a la de San Sebastián y se trajo el Santo y en esta Iglesia, hallándose descubierto el Santísimo Sacramento, para que dando la ciudad con treinta y dos cirios de a libra y acabada la letanía y preces al intento de lo que se pedía, que era el que nos librara Dios por intersección del Santo de la peste que en muchos lugares del Reyno de Valencia y Murcia había, de quién se guardaba ésta y los demás lugares de Andalucía y su Divina Majestad tuviera por bien de enviarnos agua congruente para el campo que lo necesitaba.
Dijo la misa de San Sebastián el Sr. Vicario, Matías de Ginete, con segunda oración de la misa por la peste y la tercera por la lluvia, con cante y credo. Se vistió de Diácono el Sr. Beneficiado Matías de la Barrera y de Subdiácono el Beneficiado de Santiago Diego F. Gómez. Predicó el P. M° Fray Francisco de Burgos, Prior de San Agustín; comulgaron todos los capitulares de la ciudad y sus ministros y alguaciles. A la tarde se llevó en procesión el Santo con música de ministriles y cantores cantando villancicos, himnos del Santo y después mudando los ornamentos colorados y tomando los morados se volvió en procesión a esta Iglesia Mayor, donde estando también descubierto el Santísimo Sacramento se dijeron los versos y preces y luego se encerró Su Majestad con versos y oración propia del Santísimo Sacramento. Por la tarde no estuvo la ciudad en forma de Cabildo, sino toda la nobleza importante, clero y religiones.
Hizo el oficio de vuelta el Ldo. Juan Florido y diáconos todos, los tres beneficiados de esta Iglesia Mayor. A la vuelta con la procesión con letanías y todos los estandartes esperaron a que se acabase todo el oficio y se encerrase el Santísimo.
Y una segunda, que tuvo lugar el 21 de Mayo del citado 1648 con la Virgen del Valle, que dice así: 21 de Mayo de 1648. Día de la Ascensión de Nuestro Señor por la tarde se trajo la Imagen de Nuestra Señora del Valle a esta Iglesia Mayor y en ella estuvo hasta el viernes
29 del mes. La misa del primer viernes tocó a la Hermandad de los Beneficiados, la dijo Don Luis Méndez y Valdés, Beneficiado propietario de esta Iglesia y predicó el P. M° Fray Francisco de Burgos, Prior de San Agustín. Asistió la ciudad, el 2° día le tocó a esta Iglesia Mayor, dijo la misa el dicho Sr. D. Luis. Predicó el Sr. D. Jacinto de Calderón, Administrador del Hospital de la Concepción en la Puerta Cerrada. El 13° día se encomendó a los Beneficiados y Capellanes de la Iglesia de Santa María.
Dijo la misa el Sr. Ldo. D. Pedro de Vargas, Comisario de la Inquisición en esta ciudad y vicebeneficiado de la dicha Iglesia. Predicó el P. M° Fray Nicolás Tamariz de la Orden de San Agustín. El cuarto día, lunes 25 de Mayo, se encomendó la misa y demás oficios de todo el día como los demás a los Sres. Beneficiados de Santa Bárbara. Dijo la misa el Sr. Ldo. D. Alonso de Gálvez, Vice beneficiado de ella y predicó el Padre Manuel Frías, de la Compañía de Jesús. El quinto día a los beneficiados y capellanes de San Juan. Dijo la misa el Ldo. Fray Antonio de Santa Engracia, del Orden de los Carmelitas Descalzo. El sexto día tocó a los beneficiados y capellanes de San Gil, dijo la misa el Ldo. Salvador del Rayo, Vice beneficiado de ella y predicó el Padre Martín, del Orden de los Mercenarios descalzos. El 17° día se convidó a los beneficiados y capellanes de la Iglesia de Santiago, dijo la misa el Ldo. D. Juan Ramos, canónigo del Santo Oficio y Vicebeneficiado de dicha Iglesia y predicó el Padre Fray Manuel de Fuentes, del Orden de San Francisco de Paula y el 8° y último día hizo el oficio la Universidad de esta ciudad y dijo la misa el Sr. D. Luis Méndez y Valdés, Beneficiado propietario de esta Iglesia y predicó el P. M° Jerónimo de Saavedra, Prior del Convento de San Pablo y Santo Domingo. Asistió la ciudad.
Este día por la tarde se volvió a llevar la Imagen de Nuestra Señora a su casa con la misma forma y asistencia del clero, religiones, cruces y estandartes, y asistencia del cabildo de la ciudad. Que el dicho día todo lo solicitó el dicho Cabildo por mandado de Su Majestad, por agimiento de gracias a Dios Nuestro Señor de la victoria milagrosa que en Nápoles tuvo el Sr. Don Juan de Austria el segundo, cuando se reveló, siendo virrey el Sr. Duque de Arcos y por las necesidades de nuestros reinos y que los libre de la peste que hoy padece el Reino de Valencia y Murcia, por cuya causa están tapiadas las ciudades y lugares.
Año de 1649. – Se cercó la ciudad por temor de la peste de Cádiz, Sanlúcar, Jerez y Sevilla. En la Parroquia de la Magdalena de Sevilla murieron diez y seis mil personas.
Precisamente este citado año de 1649, el Dr. Don Andrés Fernández de la Fuente, Médico de la Ciudad de Écija, publica lo que tituló Avisos Preservativos de Peste a la Noble y Leal Ciudad de Écija (Fondo Antiguo de la Universidad de Granada) en el que, como motivo de impresión paraalivio de los temerosos, hace constar:
A muchas sospechas de las enfermedades malignas y contagiosas que va destruyendo estos días las ciudades y pueblos de las comarcas de Murcia, Valencia, Orihuela y sus huertas ha introducido entre los más capaces un horror, temor y aversión a todo lo que el achaque de peste conduce… por lo menos conocerán mi voluntad y afecto inclinado al bien común y particular de esta insigne Ciudad, que como a mi patria venero y estimo sobre todo encarecimiento y con deseo de acertar a servir a todos, diré en nuestro vulgar, para la ocasión presente lo que siento y lo que he hallado escrito entre los autores clásicos antiguos y modernos con alguna más claridad que hasta ahora se ha visto… A la Noble ciudad y leal república Écija en su ilustrísimo Cabildo…
6 de Abril de 1649. Rogativas a Jesús Nazareno y a San Pablo porque no llegara la peste de Córdoba, Antequera, Osuna, Palma y otros lugares comarcanos a Écija.
15 de Mayo de 1649. Este día 15 de Mayo se hizo procesión desde Santa María a esta Iglesia Mayor de Santa Cruz. Asistió la ciudad y en esta Iglesia estuvo el Santísimo Sacramento descubierto ala letanía y misa, que fue de San Miguel que se trajo en procesión su Imagen, guardase esta ciudad de Cádiz, Sanlúcar, Utrera y otras, últimamente de Sevilla, por la peste.
21 de Mayo de 1649. Este día por la tarde salió de Santa María la Cofradía de los nazarenos, por rogativas a Nuestro Señor, libre de la peste a esta ciudad que la hay en Sevilla, Utrera, Jerez, Málaga, Sanlúcar y otras.
31 de Mayo de 1649. En 31 de Mayo se hizo procesión con la Imagen de San Pablo desde Santa Bárbara a Santo Domingo. Asistió todo el clero y religiones con letanía y después en Santo Domingo dijo la misa la Universidad y comulgó la ciudad, pidiendo a nuestro Señor nos librase de la peste que afligía Sevilla y otros lugares comarcanos. No querían los religiosos que el clero dijese la misa y habiéndose traído los bancos de la ciudad a esta Iglesia Mayor para en ella hacer el dicho acto y no en Santo Domingo, volvieron a rogar los dichos religiosos que fueran allá, que el clero y todos los demás franqueaban. Se volvió otra vez con letanía a Santa Bárbara a acabar el acto, desde Santo Domingo, como el día de San Pablo.
Año de 1650. En 6 de Abril hubo tres entierros en esta Iglesia y no se dobló a ellos porque decían los diputados de peste, que se escandalizaba la ciudad con los dobles. Y fue al contrario porque más se escandalizaban de no haberlos. Y los forasteros tenían por cierto que en Écija había peste no habiéndola. Desde este día no se dobla por los difuntos porque dicen los diputados de peste, que se escandalizaba a la ciudad y es al contrario porque más se escandaliza de no haberlos. Y los forasteros y lugares circunvecinos que se arde de peste en Écija, pues entierran en los corrales a algunos y ya no se doblan por los difuntos, siendo así que no la hay en Écija. Y algunos que mueren son viejos. Y pocos párvulos. Y hoy actualmente Dios es servido de guardar esta ciudad.
10 de Mayo de 1650. En 10 de este mes se hizo Cabildo y se decretó que había mal contagioso en esta ciudad y que así era necesario avisar a los comarcanos. Se quitaron todos los derechos que había en la carne y así el carnero estaba a 28 cuartos la libra y se puso a diez y siete, y la vaca a diez y ocho se puso a doce y la de conejo estaba a seis y se puso a doce, y el tocino estaba a 34 y se puso a 28. Ha salido y se van mucha gente al campo pero a 15 de Mayo estaba con muchas mejoras la ciudad en el achaque.
Año de 1650. Peste en Écija en 15 de Junio. No hubo fiesta del Corpus, murieron casi dos mil personas. A 16 de Agosto se declaró la salud. Corregidor Don Martín Castejón y Medrano.
14 de Noviembre de 1650. En 14 de Noviembre hizo la ciudad la fiesta del Corpus que este año no se hizo con su día por la peste y luego se pasó. La siguió su barrio y no hubo sermones porque fue de repente, haciéndola el vicario con 12 convidados, capas y dalmáticas, música, pero no se dijeron misas ni tercia, ni la víspera y entierros dicho día. Esta vez no hubo procesión por la tarde por las calles sino por la Iglesia. Dieron 34 reales. 24 de Julio de 1655. Jueves veinte y cuatro días del mes de Julio de mil y seiscientos y cincuenta y cinco, se hizo un oficio de misa y vigilia por Juana Martín, viuda de Alonso Martín de la Mata, calle Huerto de Rojas en esta Iglesia Mayor. Murió de peste.
12 de Septiembre de 1720: NOTA DE PESTE: En el día 12 de este mes hubo decreto del Rey a la ciudad para que se hiciese procesión general de rogativa por la peste que en este tiempo había en Francia y se ejecutó desde Santa Bárbara a la Compañía con todo el clero y la Imagen del Sr. San Sebastián y el Sr. San Roque y el arcángel San Miguel y que el día antes el parroquial de esta Iglesia con la diputación llevó en procesión a Santa Bárbara y de camino se llevó al Sr. San Miguel de la Compañía y el parroquial de San Gil con dicha diputación se trajo al Sr. San Roque, cuyas imágenes se llevaron en procesión de rogativa y procesión general a la Compañía en este día, donde se dijo la misa de rogativa “pro tempores pestilentia”, en conmemoración del Ángel.
San Sebastián y San Roque, estando patente el Santísimo, donde se dio fin aquella mañana, acabada la misa y rogativa se quedaron los santos en la Compañía hasta la tarde que el parroquial de esta Iglesia y el de San Gil con la diputación, los volvió a llevar a sus casas en la forma que los habían traído. Y se continuó la rogativa en todas las parroquias, conventos y monasterios muchos días y todo se ejecutó conforme al Decreto del Rey y la ciudad no dio cera a los ministros ni aún para codales ni derechos algunos, de que doy fe.
LIBRO VIGÉSIMO DE DIFUNTOS.- En la primera página dice: “Libro de difuntos de esta Iglesia Parroquial de Santa Cruz la mayor de esta ciudad de Écija, de este presente año de 1804 en el que se padeció en esta ciudad una fuerte epidemia.”
Dr. Don Luis Genebriera, médico jefe del hospital de la marina de la Habana, comisionado en la epidemia de Écija, 1804. D. Juan de Payba Sarabia, Médico de Écija, durante la epidemia de 1804 (Revista de sanidad e higiene pública. 1953). José Mariano Mociño. (Real de Minas de Temascaltepec, 1758- Barcelona, 1819) Médico y botánico mexicano. De 1795 a 1804 recorrió el virreinato de Nueva España como integrante de la expedición de Martín Sessé, que recolectó un herbario muy numeroso. En 1804 se encargó, como médico, de la lucha contra la epidemia de fiebre amarilla que asoló la región de Écija.
ARTICULO XII Y ULTIMO. Origen de la epidemia en varias otras ciudades y pueblos…
Yo no he podido saber, ni es fácil averiguarlo en las ciudades grandes, cual es el primer enfermo de esta especie, ya porque el que viene de un lugar sospechoso lo calla, y nada dice; ya porque no lo conoce el Médico, o porque cuando lo sospecha no se atreve a dar parte de lo que tiene entre manos; y solo cuando el número de enfermos llama la atención del Médico es cuando este grita que hay una enfermedad, que teme y que se debe cortar; pero no quisiera ni que supieran salían de él tales voces y menos desea poner él mismo en práctica los medios que la razón y experiencia nos ha enseñado son seguros para que no se propague el contagio: pretenden las gentes que los Jueces y Médicos destierren el mal, y que se conduzcan milagrosamente y á medida de su deseo, lo que es imposible. Yo no pude averiguar ni en Córdoba ni en Granada, ni lo sé de Écija, cómo se introdujo el mal.
BREVE DESCRIPCION DE LA FIEBRE AMARILLA PADECIDA EN LAS ANDALUCIAS. PADECIDA EN CADIZ Y PUEBLOS COMARCANOS EN 1800, EN MEDINASIDONIA EN 1801, EN MALAGA EN 1803 Y EN ESTA MISMA PLAZA Y VARIAS OTRAS DEL REYNO EN 1804. POR DON JUAN MANUEL DE AREJULA, 1806.
JOSE ACUÑA: Prior de San Juan de Dios, héroe de la caridad en la epidemia de cólera, en Écija, año 1804.
El 15 de Octubre de 1804 se prohíbe entrar a Granada a las personas procedentes de Écija.
Epidemia de fiebre amarilla, que en el sur de España diezma a las poblaciones.
La primera de estas epidemias se desencadenó en el mes de Junio de 1800; el foco de origen estuvo en Cádiz y muy pronto se propagó por toda la comarca fontaniega. Asoló casi todos los pueblos y echó al campo a la mayoría de sus habitantes, que trataban de librarse de posibles contagios. No había hecho nada más que remitir esta primera epidemia en mayo de 1801 cuando, en octubre del mismo año, nuevos brotes de la misma hacen que otra vez los campos se pueble de jornaleros necesitados y de mendigos.
A las epidemias de los años 1800 y 1801, se unió la mala cosecha del año 1803 y la nueva epidemia de 1804 que agudizó el hambre e incrementó las huidas al campo. En Fuentes de Andalucía, según los Cabildos de la época, la epidemia fue muy fuerte. Fueron muchos los jornaleros que huyeron al campo y, libres de toda vigilancia y faltos de recursos, pedían limosnas en los caseríos o tomaban por la fuerza lo que necesitaban para ellos y los suyos; y estas circunstancias llevaron a una gran cantidad de hombres fontaniegos honrados a convertirse en salteadores de camino. Esto lo comprobamos en el siguiente Oficio del Alcalde Mayor de Écija de 1804, que dice textualmente: “Siendo público y notorio a todo el vecindario el escándalo y abandono con que se han arrojado muchas cuadrillas de gentes, en las inmediaciones de esta ciudad a robar las caserías, cortijos, Eras y conductores o arrieros de pan que vienen de Fuentes de Andalucía, en tal disposición que apenas persona alguna se atreve a salir al campo por miedo a ser robada, herida o muerta, como ya ha sucedido por la inundación y plaga de pobres que habiéndose quedado sin trabajo y sin poder subsistir… Écija 20 de agosto de 1804.- Don. José Joaquín de Santamaría: Sr. Corregidor del ilustre Ayuntamiento de esta Ciudad.” (Cosas de Fuentes de Andalucía).
En Écija, según los Cabildos de la época, fueron muchos los jornaleros o trabajadores que huyeron al campo y, libres de toda vigilancia y faltos de recursos, pedían limosnas en los caseríos o tomaban por la fuerza lo que necesitaban para ellos y los suyos; y estas circunstancias llevaron a una gran cantidad de hombres honrados a convertirse en salteadores de caminos. No había hecho nada más que remitir esta primera epidemia en mayo de 1801 cuando, en octubre del mismo año, nuevos brotes de la misma hacen que otra vez los campos se pueblen de jornaleros necesitados y mendigos.
En las Actas Capitulares de estos años, se reseña que los campos estaban infestados de hambrientos y facinerosos. A las epidemias de los años 1800 y 1801, se unió la mala cosecha del año 1803 y la nueva epidemia de 1804 que agudizó el hambre e incrementó las huidas al campo.
También la cosecha de 1805 fue mala y así mismo las de 1806 y 1807; ello provocó el aumento del número de hambrientos en los campos, siendo continuos los robos y fechorías que se cometían. Los Cabildos de estos años hablan de cuadrillas de bandoleros hambrientos. A estos dos factores de epidemia y hambre viene a añadírsele el de la intranquilidad pública en 1808 y 1809, por la invasión francesa; éste es el factor último que explica lógicamente el que las autoridades no pudieran poner coto al aumento del bandoleros en el campo y, en consecuencia, a la formación de cuadrillas de ladrones que, más tarde, culminaría en la famosa de Los Siete Niños de Écija. La verdadera historia de los siete niños de Écija. Vicente Durán Recio.
25 de Noviembre de 1804. En la venta del Palmar, término de esta ciudad, en el día veinte y cinco de Noviembre del año de mil ochocientos cuatro, a causa de la epidemia que se padecía, fue enterrada junto a la casa, el cadáver de María de la Orden, mujer de Urbano de Cuenca, natural de Calatañazor, Obispado del Burgo de Osma. Así han venido y lo han declarado como testigos de vista Francisco Ortiz, Nicolás Espina y Gregorio Martín y lo extiendo para que conste.- Dr. Luis Navarro
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Leyendo sus interesantisimos estudios sobre nuestra ciudad,denoto cuan larga y próspera es su historia. Se puede versar sobre los últimos veinte siglos. Que prodiga en acontecimientos. No se si somos conscientes de ello. Muchas gracias Sr. Freire.
Muchas gracias amigo por su interés en la historia de nuestra hermosa Ciudad. Solo pretendo con ello dar a conocer lo que conozco y encuentro, pues al tiempo de ilustrarme, lo comparto, pues de siempre he pensado no es propiedad mía lo que encuentro, sino de la propia Ciudad y por ende de sus ciudadanos y quien esté interesado en conocerla. Ese es el único ánimo que me mueve y pienso seguir en ello.
Le reitero mi agradecimiento,.