EL TESTAMENTO TRIANERO DE ALICIA GIL por Manuel Martín Martín
noviembre 16
12:23
2018
Con permiso de Alicia Gil, me he permitido traspasar la puerta del ‘Corral de los Judíos’, su tercera y última obra discográfica donde describe el rincón de la trianera calle Castilla en el que vivió su abuelo paterno Agustín Gil, aficionado cabal y asiduo de la Taberna de Joaquinito Ballesteros, lugar donde las necesidades eran muchas pero la calidad de vida flamenca estaba llena de matices hoy olvidados.
Alicia se ha situado, pues, en las maravillas sonoras de un territorio donde la memoria sensorial es la disparadora de sus recuerdos y fantasías, aquello que se perpetúa en nuestras vidas, como los olores familiares de la bulería y los tanguillos, las imágenes de unas soleares para la fantasía, aquellos cantes a ‘capella’ como introductores de la seguiriya y cabal, fandangos que describen los dolores del alma, la fisonomía de la bambera o el sueño que proporciona la sevillana y la conciencia de su última nana, toda una realidad en la que se recapitula la vida cotidiana de lo que Triana no debe echar en olvido.
La guitarra de Lito Losada contribuye a la veracidad de este ‘Corral de los Judíos’ donde Alicia Gil no sólo canta el relato de su vida para radiografiar la peripecia de su espíritu flamenco, sino como testamento vital de una época que se resiste al paso del tiempo.
CANCIÓN:
Huele a Mi Agüela (Bulerías)
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