EL ORGULLO DEL PAISANAJE por Francisco J. Fernández-Pro
A la memoria de Alberto Chamorro Belmont
Hoy he recibido, como un mazazo, la terrible noticia de la muerte de un amigo, paisano y compañero de Academia, Alberto Chamorro Belmont.
Alberto era un hombre sabio, extraordinariamente sabio; pero, sobre todo, era un hombre bueno, cercano, de sonrisa franca, mirada cálida y palabra amable… y por eso, quizá, no puedo dejar de escribir este artículo.
Mi padre se jactó muy pocas veces de algo, pero las pocas veces que lo hizo, fue de haber tenido alumnos de la talla de Alberto. El mes que viene se cumplirán veinticinco años que me lo presentó y, a partir de entonces, tuve la suerte de conocerlo y compartir con él alguna tertulia en sus frecuentes visitas a Écija. Por eso, quizá, también escribo este artículo: para que los ecijanos puedan jactarse del paisanaje de un hombre de su categoría.
Alberto estudió el Bachillerato Elemental en el antiguo Instituto Laboral –nuestro “Instituto del Puente”-, para pasar luego a Jerez, a la Universidad Hispalense y a la Complutense de Madrid, donde se licenció en Ciencias Físicas, consiguió su Doctorado y ejerció como Profesor Auxiliar de la Cátedra de Relatividad y Análisis Dimensional de su Facultad de Ciencias. Posteriormente, se trasladó a la Universidad de Calgary, en Canadá, donde fue Profesor en el Departamento de Física de su Universidad.
Durante el “rescate de cerebros” españoles, que tuvo lugar a finales del siglo pasado, Alberto regresó a España ocupando una plaza de Profesor Agregado de Física Teórica en la Universidad de Bilbao y, posteriormente, la de Catedrático; a continuación, fue nombrado Director del Departamento de Física Teórica e Historia de la Ciencia de dicha Universidad.
Su labor científica, como profesor universitario e investigador, así como su cuantiosa relación de trabajos, ponencias y comunicaciones, tanto en congresos nacionales como internacionales, lo avalaron durante años –en los círculos universitarios y académicos- como uno de los hombres de Ciencia más importantes de Éspaña, siendo aún más conocido fuera de ella, ya que la mayor parte de sus investigaciones y publicaciones las realizó fuera de nuestro país (principalmente en Inglaterra, Canadá, Méjico y Australia)
En el mes de Enero de 1991, fue nombrado por nuestra Academia Miembro Correspondiente en Bilbao. Fue en esa ocasión cuando mi padre me lo presentó, ofreciéndome con ello la oportunidad –de la que me jacto hoy- de haber compartido tantos buenos momentos a su lado.
Creo de justicia, que todos los ecijanos sepamos que tuvimos un paisano como Alberto Chamorro Belmont: un hombre sabio –en el más amplio sentido de la palabra-, un hombre bueno, cercano –extraordinariamente cercano-, de sonrisa franca, de mirada cálida y de palabra amable que, sobre todo, era una magnífica persona; y que por su trabajo, sus esfuerzos y porque siempre llevó a Écija en la memoria y el corazón, merece que todos sus paisanos lo recordemos… Quizá por eso, tampoco pude dejar de escribir este artículo.
Lo conocí hace año y medio, y para mi, era una persona sencilla, inteligente, afable, sincero. Buscaba la verdad y, sus conocimientos científicos, nos los explicaba a la gente lega de manera simple y comprensible.
No le faltó la ilusión. Su vida fue un proyecto constante y sin desfallecimiento. Antes de su despedida buscó sus raíces y su familia.
Señor JUAN ANTONIO:
Lo ha descrito perfectamente. Será una falta grande la suya, para los que lo conocimoos y para la propia Écija, aunque -por desgracia- la mayoría de los ecijanos no hubieran sabido de él hasta ahora.
¿Familiar, quizás, de los Chamorro fotógrafos de la calle Miguel de Cervantes?
En efecto, Señor JUBILADO: hermano de Manuel y Pepe Chamorro.
Un saludo y Feliz Navidad.
Tuve la suerte de que hiciera la presentación de mi libro sobre Manolo Salamanca y no cabe duda que Ecija ha perdido a uno de sus mas preciados e importante hijo. Fue un orgullo para nuestra ciudad
… Hermano Ramón: tú lo sabes bien, pues escribiste, no sólo sobre sus progenitores, sino sobre él también.
Un abrazo grande.
Esta persona sí que es merecedora de que se rotula una calle con su nombre:Físico Alberto Chamorro Belmont.
Querido amigo, por desgracia este es un tema recurrente.
A finales de los ochenta del pasado siglo, tras haber rotulado una calle con John Lennon y tener pendiente una Biblioteca Antonio Machado, presenté ante el Pleno del Ayuntamiento, una propuesta que recogía más de doscientos nombres (¡¡200!!) de ecijanos ilustres que aún no la tenían.
A raíz de ello, Vicente Durán escribió sus “255 biografías de autores ecijanos” y se rotularon calles como Balmaseda o Xerónimo de Aguilar… Pero, por desgracia, aún quedan muchos pendientes, empezando por Alberto Chamorro y siguiendo con Genaro Chic García, Manuel Martín Martín o Santiago Miranda (Profesor de Diseño en el más prestigioso Centro del Mundo: la Escuela de Bellas Artes de Milán)
Me consuelo pensando que, de todas formas, el tiempo al final pone a cada cual en su sitio.
Un saludo cordial.
Muchas gracias Paco por haber escrito este gran homenaje en la memoria de mi padre.
Saludos desde el Canada y deseandole unas felices fiestas Navideñas y un feliz Año Nuevo,a usted y al pueblo Ecijano;en el.que yo tambien tengo algo en mi sangre.
Juan Chamorro
Canmore,Alberta.Canada
Amigo Juan, no me des las gracias: no sólo era de justicia y de obligado cumplimiento el escribir esas letras, para mí también era pura necesidad. Tuve el honor de conocer a tu padre y de compartir conversación con él (hablábamos tanto de Écija, como de su lucha por la paz en Euskadi y contra los violentos de ETA); y en esas conversaciones, tu padre me demostró, no sólo ser un hombre entrañable, sino comprometido y valiente. Sentía Écija y ejercía como ecijano siempre que podía… y, aparte de todo esto, su talla intelectual era inmensa.
¿Cómo podía dejar de escribir sobre él?
No me agradezcas nada; en todo caso, os agradezco yo a vosotros -en nombre de todos los que nos beneficiamos de su trabajo y de su vida-, los inconvenientes que, de alguna forma, siempre tienen que sufrir aquellos que están tan cerca de un Hombre tan grande como era él.
Desde estas torres (de las que también tú llevas algo en la sangre), recibe un gran abrazo para toda la familia.
Me dejó de una pieza ayer, viernes cuando me llegó la noticia. Conocí a Alberto y a buena parte de su familia allá por 1954. Los veranos los pasábamos de dulce en la clase de Don Rafael Remesal, que igual daba clases de Derecho que de Matemáticas. Efectivamente estió en el llamado Instituto Laboral y luego por enseñanza libre en el Padre Coloma de Jerez. El curso Preuniversitario lo cursó becado en el Instituto Séneca de Córdoba (donde he ejercido treinta y tantos años). El expediente de ese curso es para descubrisrse. Luego continuamos el mismo derrotero. Fuimos compañeros de habitación en el Colegio Mayor San Juan Bosco de Sevilla cuando hicimos 1º de Ciencias y luego pasamos a la Complutense y residimos los dos en el Colegio Mayor San Juan Evangelista. Nos veíamos, lógicamente a diario y solo puedo decir que era una mente prodigiosa que muchos, a pesar de tener los mismos estudios, no alcanzábamos a comprender. Hasta hace un año, o quizás algo mas, mantuvimos relación via mail. Y por descontado nos veíamos cuando bajaba al sur.
Descanse en paz.
Que parentesco tenía con Chamorro fotógrafo de Écija y los Belmonte que eran varias hermanas