EL O LA CALOR DE ÉCIJA por Ramón Freire Gálvez
11 de Agosto de 2015.
Ramón Freire Gálvez.
Dicen los textos evangélicos sobre la tentación de Jesús, que es un episodio de su vida, narrado por el evangelista Mateo en el Nuevo Testamento (Mt 4, 1-11): …Jesús se dirigió al desierto, estando cuarenta días y cuarenta noches… Sí que tuvo mérito quien dio su vida por nosotros en muerte de Cruz.
Al hilo del desierto, en que se ha convertido Écija en Julio y los primeros días de Agosto (no ves un alma por las calles en muchas horas del día), los ecijanos, los astigitanos, los vecinos de la Ciudad de las Torres, de la Ciudad del Sol y los de la famosa Sartén de Andalucía (ponga usted el título que mejor le parezca), llevamos hasta hoy, 10 de Agosto de 2015, festividad de San Lorenzo, (día que, según la tradición, debería ser el más caluroso del año), más de cuarenta días soportando temperaturas tan altas, que como se te ocurra salir a la calle en hora extrema (qué no sé cuál será ya la hora extrema), puedes dar con tu cuerpo en un centro hospitalario o en la Urbanización Villa Pino, situada al final del camino del valle, consecuencia de lo que se denomina médicamente.
Pero, yo como amante de la historia ecijana y quizás como consuelo de que todavía nuestros antepasados sufrieron los rigores del calor mucho más que nosotros, pues no podemos olvidar la falta del aire acondicionado y de los ventiladores (que por otro lado, su prolongado uso de día y noche, reporta pingues beneficios a las compañías eléctricas… ya veremos el pedazo de recibo que me llega a primeros de Septiembre), tirando de la hemeroteca que en mi humilde archivo tengo al respecto, cuelgo lo que sigue:
Me remonto en primer lugar a los siglos XVI y XVII de las publicaciones halladas al respecto, que recogían: La situación de Écija es causa del riguroso calor durante el verano, lo que dio lugar a su denominación popular de Sartén de Andalucía, y a que en su escudo figure el Sol con la leyenda “Civitas Dejemos constancia lo que sobre dicha denominación popular, escribió el maestro Pedro de Medina, en las Grandezas de España, tratando de Écija: “Los moros le dieron este nombre, que en su lengua significa lo que en la nuestra, Sarteneja”. El Padre Fray Rodrigo de Yepes, morador que fue un tiempo del religioso Monasterio de Nuestra Señora del Valle, opinaba, que tener el Sol por armas esta ciudad, era por los muchos calores que hace en ella. El jesuita Martín de Roa discrepaba de la primera afirmación, ironizando respecto de la misma y diciendo: “Quien le dijo el nombre de Sarteneja algún pasajero fue, que arribando aquí en caniculares, pasó la siesta en mala posada, peor alojado, por ventura en el aparejo de su jumento al calor del establo.”
Damos un salto en el tiempo y de un artículo que publiqué dentro de mi obra Écija, lo que no conocimos y… lo que perdimos, ya dejé escrito:
SOBRE EL SOL Y EL O LA CALOR DE ÉCIJA
Artículo completo en pdf:
★EL O LA CALOR DE ÉCIJA por Ramón Freire
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