EL 6 DE ABRIL DE 2017, SE CUMPLEN 450 AÑOS DE LA LLEGADA A ÉCIJA, DE LA BENDITA IMAGEN DEL SEÑOR DE LA SANGRE por Ramón Freire
Creo para comprender y comprendo para creer mejor.
San Agustín.
(A mi padre y a mi hermano Jesús, costaleros en el cielo, de la remúa del Señor de la Sangre)
Sábado, 1 de abril de 2017
Ramón Freire Gálvez
MOTIVACION
¿Y ahora qué? Coincidencia o no, cuando me dispongo a dar luz al presente artículo, me acuerdo que, exactamente hoy, hace 27 años (01-abril-1990) ofrecí a la Écija cofrade el pregón de nuestra Semana Santa. Y precisamente ese ¿ahora qué? fueron las dos palabras que, cuando llegué al tramo donde pregonaba al Cristo y Señor de la Sangre, preso de la emoción y de los nervios, pronuncié ante el auditorio que, con expectación, esperaba lo que dijese sobre la sangre de mi devoción.
Coincidencia o no, precisamente es ahora en abril de 2017, cuando se cumplen 450 años de la llegada a Écija, de la bendita Imagen del Señor de la Sangre y he sentido la necesidad (cuando la impotencia, la melancolía y la tristeza pululan en el espíritu de mi alma, por el hermano que hace poco se me fue), de rememorar tan maravilloso acontecimiento, no sólo para los devotos de dicha Imagen, sino para la ciudad de Écija entera, devocional y artísticamente, en uno y en todo caso.
Todo lo que se hace tiene un motivo. Todo lo que se expresa, para los demás, tiene que partir de unos sentimientos y conocimientos propios. Y ese es el motivo de este artículo y que, aunque anímicamente, no sea mi mejor momento, no podía dejar pasar una efeméride tan importante, no solo para mí, sino para muchos, cual es el cumplirse los 450 años de la llegada de la bendita Imagen del Señor de la Sangre a Écija.
También, todo lo que se hace, necesariamente, ha de llevar una pequeña explicación de su por qué, a fin de que sea mejor comprendida por cuantos la reciban y lo que sigue, es lo que servirá de prefacio a su redacción.
Aunque muchos ya lo saben por otras de mis publicaciones, yo tuve la dicha de nacer a los pies de una Imagen del Santo Cristo de la Sangre, en la propia calle Zamoranos, una casa que entonces tenía el número 60 en su nomenclátor (hoy 50). En lo que hoy es balcón de la casa, existía una pequeña capilla en la se veneraba una Imagen (en lienzo) de dicho Cristo (el mismo que hoy se encuentra colocado al final de la calle Zamoranos esquina con Saltos, tal como nos muestra la fotografía que aporto), capilla, a la que se tenía acceso desde el dormitorio de mis padres, situado en la parte alta de la vivienda. Pues allí nací yo, a sus pies, un 30 de junio de 1952, en pleno barrio de San Agustín, donde al final de la calle Zamoranos existía un huerto con el propio nombre, cuya huerta en su día, perteneció al citado convento y del que todavía se conservaban algunos restos del pasado agustino.
Mi padre me contó, desde pequeño, que allí, en lo que fue el convento de San Agustín, había estado el Señor de la Sangre (así le llamaba él), el mismo que estaba en la iglesia mayor de Santa Cruz, a cuya hermandad pertenecía mi padre casi desde su nacimiento y a la que, como al resto de mis seis hermanos, José Joaquín, Manuel, Antonio, María del Carmen, Jesús Rafael y María del Valle Freire Gálvez, nos apuntó nada más ver cada uno la luz de la vida.
El barrio donde viví hasta mi adolescencia, sin menospreciar a ningún otro, podría parecer igual a los demás, pero yo sabía que era distinto, diferente, repleto de idiosincrasias personales y algunas peculiaridades especiales. Allí aprendí, desde muy niño, lo que era la fe y el fervor a una Imagen de Cristo crucificado en su advocación de la Sangre. Allí aprendí como se le habla de tú a Tú, sin intermediarios y sin necesidad de anunciarle su visita. Él siempre tenía sus puertas abiertas, con sus brazos extendidos para recoger las súplicas, ruegos y peticiones.
ARTÍCULO COMPLETO EN FORMATO PDF:
450 AÑOS DEL SEÑOR DE LA SANGRE por Ramón Freire
Estimado señor Freire: soy un historiador interesado en el origen del culto religioso y sus imagenes. Hoy me interesa la figura de Fray Antonio de Zayas y sus cartas, si es que existe más de alguna. ¿será posible?