EL 30 DE MARZO DE 1888, EL ECIJANO BENITO MAS Y PRAT, VOLVIO A ESCRIBIR SOBRE LA SEMANA SANTA EN SEVILLA, EN UN ARTICULO PUBLICADO EN LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA DEL CITADO DIA por Ramón Freire
Septiembre 2019
Ramón Freire Gálvez.
En otros artículos anteriores, ya he dejado mencionado que Benito Mas y Prat, no solo fue un gran conocedor de la Semana Santa sevillana, de sus hermandades, de los titulares de cada una de estas, así como todo lo que se mueve alrededor de dicha fiesta religiosa, sino que escribió anualmente sobre ella, en varios artículos fechados entre los años de 1882 a 1889, cuando llegaba la fecha de su celebración y así aparecieron publicados, como el que ahora transcribo, titulado:
SEMANA SANTA EN SEVILLA. I. EN VISPERAS
Ya empiezan a moverse los cofrades; ya están de vela las bordadoras de mantos; ya se celebran los capítulos en casa de los mayordomos; ya se limpian las lanzas y las tajantes espadas romanas que han de servir a las lujosas cohortes. Sevilla, cuando se acerca la época de sus procesiones, parece que se metamorfosea y adquiere la tendencia hierática que le distingue entre todas las provincias sus hermanas; semejante a la antigua Eleusis, se recoge en sí misma y se agrupa en torno del templo.
La gran basílica comienza a sacar de sus depósitos las más hermosas preseas; los suntuosos cortinajes de terciopelo con anchas fajas de oro que han de cubrir sus altos pilares; los juegos de soberbia cancelería de plata que han de arder bajo sus bóvedas; las miríadas de ricas lámparas que deben iluminar sus sagrarios; los juegos de casullas, dalmáticas y capas pluviales que han de caer sobre los hombros de su clero catedral, dando a las ceremonias de la Pasión y Muerte la severidad y la grandeza dignas de tan elevados misterios.
Los servidores propios del templo, con la agilidad que les caracteriza, extienden las alfombras, cuelgan las pilastras, colocan los sitiales y preparan los ricos vasos de plata y oro que han de verse el Jueves Santo, a los pies de los pobres, como quiso que aconteciera el que no tuvo en la tierra blandas plumas en que reclinar su cabeza, ni ánforas de rico metal para su servicio.
El ir y venir de monaguillos y acólitos, de pertigueros y sacristanes, de operarios y llaveros; la algarabía formada por aquellos jóvenes lampiños que tienen sus nidos en la torre, entre los del vencejo, es de lo más característico que puede darse en estos preliminares de fiesta. Yo los he visto muchas veces encaramados por los ánditos, colgados de los salientes de los retablos y envueltos, como ángeles o diablillos alados, en los pliegues del gran velo que cubre el altar mayor y que ha de romperse con estrepito, según reza la liturgia, en los oficios del Sábado Santo.
ARTÍCULO COMPLETO EN FORMATO PDF:
★30 DE MARZO DE 1888. BENITO MAS Y PRAT. SEMANA SANTA EN SEVILLA
Lo siento no hay comentarios todavía, pero puedes ser el primero en comentar este artículo.
Escribe un comentario