ÉCIJA DE PURA RAZA por Francisco J. Fernández-Pro
Fue el viernes 11 de abril de 2014, cuando me llamó por teléfono mi amigo David Asencio Padilla, para decirme que a un amigo suyo, David Bermúdez, el Ayuntamiento le había encargado un proyecto y que él le había recomendado que contara conmigo para ponerle texto y voz que, según su parecer, era lo único que le faltaba a sus documentales anteriores. Le había dado mi número y me llamaría cuando yo le dijera.
Esa tarde conocí a David –BERBLAN- e inmediatamente sintonizamos. Hablamos del encargo: debía ser algo relacionado con el caballo (era para un Congreso Equino), pero que sirviera para proyectar la imagen de Écija al exterior. Más o menos, el concejal encargado le había dado unas ideas más, la verdad, es que lo que me dijo no me cuadraba del todo (no veía el caballo de un bandolero enamorándose de una yegua por las calles de Écija), así que le propuse que buscáramos rincones y trasladáramos a ellos la poesía del caballo y el Espíritu y la Historia de nuestra ciudad. El romance del caballo sería con su propio recorrido.
Al día siguiente, por la mañana, David llegó a casa con unas fotografías que había realizado la noche anterior. La oscuridad daba una especial visión lírica. Pusimos en orden las imágenes, comenzando por el Puente, como si el caballo llegara desde Córdoba al atardecer e hiciera un recorrido por el Casco Histórico, finalizando en una galopada a campo abierto mientras clareaba el día.
Cuando David se fue, tomé las imágenes por el orden que habíamos establecido y comencé a escribir casi automáticamente, lo que cada una de ellas me inspiraba. De vez en cuando, cerraba los ojos para “ver” la imagen y poderla sentir con mayor nitidez: los versos fueron fluyendo solos.
Cuando acabé, lo llamé. “¿Ya?” (se extrañó por el tiempo invertido) Llegó a casa corriendo, casi sin aliento. Nos sentamos en la terraza. Mamen puso unas tapas y yo descorché un Ribera del Duero. Lo acabamos.
Después le tocó a David. Grabó durante las dos noches en las que pudo contar con las ayudas necesarias y el majestuoso caballo de la Yeguada Tamarit, para que la cosa saliera como la habíamos soñado… Cuando tuvo todas las imágenes, me llamó. Acudí al estudio de su casa y allí, en una pequeña habitación, pero llena toda ella de unas ilusiones inmensas (las suyas y las mías, juntas), visualizamos el resultado y realizamos la grabación.
Cuatro años se han cumplido de esas dos semanas compartidas, codo con codo, afán con afán. La sintonía, la empatía, nuestro acuerdo fue completo desde el primer momento, hasta en el enfado con el concejal Delegado, que se empeñó en ponerle el título “Écija, de Pura Raza” (nuestra intención era llamarlo “Écija, a Corazón de Caballo”; y, para ello, David y Luis Hidalgo, hasta habían incluido en la banda sonora, unos latidos al compás del trote y el galope)
El documental se presentó en el Centro Comercial N4 y, desde el primer momento comprobamos su aceptación. El 29 de abril de 2014, el Ayuntamiento lo colgó en “youtoube” y, entre las distintas versiones (incluida una –que me emociona especialmente- con lenguaje para sordomudos) sobrepasaron las 50.000 descargas.
Se presentó en el Congreso de Hispania Nostra en Granada, con tal éxito que lo recogió en su revista nacional (por no hablar de las lágrimas emocionadas. durante la proyección, de mis hermanos Rafael Benjumea y Juan Méndez) y, después, se presentó en varios eventos nacionales e internacionales (con subtítulos, claro está)
En definitiva, el documental tuvo una repercusión que jamás hubiéramos sospechado David o yo, cuando aquella tarde de abril de hace cuatro años, abrimos un par de botellas de vino y nos pusimos a ensoñar la belleza de los caballos y el Espíritu y la Lírica de nuestra ciudad.
Más con todo, ha tenido que ser Internet quien me recordara este cuarto aniversario. ¿Lo recordaban? Aquí les dejo el enlace, por si se les apetece recordarlo.
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