DON JOAQUÍN por Francisco J. Fernández-Pro
La Política es muy puta. Se lo dice, con la boca chica, quien estuvo en ella (que nunca la tuve tan grande como para necesitarla de comedero, ni para dejarle entrada libre a ruedas de molinos)
La Política es hermosa. Se lo dice un servidor con la boca grande (que nunca la tuve tan pequeña como para que pareciera cerrada o no dejara salir lo que creía justo, conviniera o no conviniera a propios o a extraños)
La Política sólo es cuestión de Razón y de Justicia. Lo digo yo, que entré en ella a corazón abierto y tuve que salirme, para que no acabaran con él antes de tiempo. Razón y Justicia en el servicio a los ciudadanos. Esa es la clave: no hay más…
Aunque en la Política, como en todas partes, hay gente pa tó. Por eso es bueno estar alerta con quien llega y no hacer juicios precipitados sobre quien estuvo. Es más ecuánime, esperar un tiempo prudente para hacer balances; que el Tiempo es el mejor juez y siempre acaba poniendo a cada cual donde se merece.
Digo todo esto, porque hoy me enteré de que, quien fuera uno de nuestros mejores alcaldes, Joaquín de Soto Ceballos-Zúñiga, está luchando con sus horas y creo que no está mal que le dediquemos un ratito de las nuestras a intentar hacer justicia con quien tan bien supo servirnos.
Más, como sé que hay gente pequeña de mente estrecha, que se espantará por lo dicho y antepondrá el prejuicio de los ignorantes a esa Justicia tan necesaria, permítanme la reflexión íntima de lo que digo y la información objetiva para quien quiera leerla.
Écija tuvo grandes alcaldes a lo largo de su Historia. Haciendo memoria, se me ocurren algunos de probada valía, pero –por abreviar- citaré a tres, que es un número suficiente para demostrar lo que quiero y no demasiado largo para un artículo.
El primero que se me viene a la cabeza es, quizá, el personaje más relevante que nunca tuvimos al frente de nuestro municipio: el gaditano Don Pedro Sainz de Andino. Tras su magnífica –aunque breve- labor en la administración de nuestra ciudad, este Doctor en Leyes, llegó a ser fiscal del Consejo de Hacienda, Ministro del Consejo y Cámara de Castilla, responsable jurídico de la creación de la Bolsa de Madrid, Consejero real, Vicepresidente de la Junta de Archivos, Senador vitalicio, miembro de la Junta de Loterías y de la de Tratados, Gran Cruz de Carlos III, de Isabel la Católica y Académico Honorario de la Historia… Que ¿por qué los ecijanos tenemos tan poca memoria de un hombre de esta talla, habiendo sido la máxima autoridad en nuestro Municipio en unos momentos terribles de nuestra Historia? Posiblemente porque Don Pedro fue el dirigente administrativo (Subprefecto) de una Subprefectura (Écija), bajo el dominio francés y, aunque durante su mandato se dedicó al saneamiento de nuestras calles, remodeló nuestro Salón, ordenó administrativamente la ciudad y se enfrentó a los militares invasores que se pasaron de la raya, sufrió el anatema más terrible de aquellos años: el de los afrancesados (es decir, ilustrados que luchaban por los derechos y las libertades de los españoles, todavía sometidos a Estamentos medievales, en base a la Legalidad, la Fraternidad y la Igualdad, de la Revolución Francesa); y, por tanto, su labor en Écija la realizó bajo el reinado de José Bonaparte (posiblemente, uno de los mejores reyes que tuvo España)
El segundo de los munícipes en los que pienso, es Francisco Rodríguez Chacón, quien en 1876 -cuando aún era concejal raso- concibió nuestra Avenida Miguel de Cervantes. Al año siguiente sería nombrado alcalde e impulsaría este proyecto que -como bien dejó sentado Juan Méndez Varo en su libro sobre la “Calle Nueva”-, resultó fundamental para la Écija del siglo XX. Por eso, el tercero de los alcaldes que se me ocurren, es Felipe Encina y Jordán, que le daría el último impulso y, treinta y seis años después, inauguraría la arteria principal de nuestra ciudad.
Entre estos dos últimos, hubo alcaldes para todos los gustos: unos que pusieron el hombro y otros las trabas, independientemente de sus ideas liberales, conservadoras, monárquicas o republicanas. Sin embargo, la realidad, es que la mal llamada “Calle Nueva”, tuvo que esperar noventa años para que un joven abogado, Joaquín de Soto Ceballos, rematara las obras en la embocadura de la Plaza de España y, además, prolongara su recorrido por El Cerro de la Pólvora.
Cuando, a mediados del siglo pasado, España inició lo que se llamó la Época Tecnocrática del Franquismo, Joaquín de Soto Ceballos-Zúñiga tomó posesión de nuestra Alcaldía; fue el 4 de enero de 1960. La primera medida que tomó el nuevo Alcalde –con carácter urgente-, fue convocar a los principales labradores de la comarca para tratar con ellos las posibles soluciones para el paro obrero y las infraviviendas de Écija. Pocos días después se trasladó a Sevilla, donde puso a disposición del Gobierno Civil terrenos municipales para proceder a la construcción de viviendas sociales, a fin de erradicar los suburbios de chabolas y chozas que había en nuestra Ciudad.
A partir de ahí, comenzaron a edificarse pisos y casas para los trabajadores: La Guita, los Pisos Amarillos, Beato Francisco Díaz,… Además, comienza la creación de nuevas zonas verdes (el Parque Infantil, el Parque de “los viejos”, el Parque de Lourdes,…), se instala alumbrado en las calles, se completa la red de Centros Educativos con la construcción del Instituto “San Fulgencio”, se dinamiza la ciudad de forma espectacular y se culmina toda esta gestión –de más de diez años consecutivos- en el mes de Julio de 1972, con una obra de inmensa envergadura (y, con toda probabilidad, la más importante y fundamental realizada para el bienestar de los ecijanos y su Comarca): la inauguración del abastecimiento de agua potable a nuestra ciudad, además de a diecisiete localidades vecinas.
Cada persona es fruto de su tiempo, pero nadie elige el tiempo en el que vive. Lo único cierto es que cada individuo es responsable de sus actos: de lo que hace o de lo que le dejan hacer; y, para mí tengo, que era necesario -por razón de Justicia, por razón de dignidad- dedicar estas letras a quien tanto y tan bien trabajó por nuestra ciudad, por nuestra gente y por nuestro presente bienestar.
La Política –puta, pero hermosa- nos descubre muchas veces a gente buena, verdaderos servidores de lo público, como Joaquín de Soto Ceballos-Zúñiga (y me importa un carajo que sean de derecha, de izquierda, del Centro, de Pepe Botella, de Franco o de ZP). En la Política, lo importante es el Hombre y lo que es capaz de hacer o lo que hizo. Lo digo yo que estuve en ella, con la boca chica, con la boca grande y con un corazón chungo por delante.
Estoy totalmente de acuerdo contigo Paco. Creo que es de justicia reconocer la inmensa labor desarrollada como alcalde de Ecija. Mi padre como funcionario y el tuyo como director del instituto laboral lo conocieron más de cerca. Puso las bases de la Ecija moderna. Le deseo lo mejor.
Querida amiga:
Por desgracia, Don Joaquín murió esta tarde. Mañana, los ecijanos podrán rendirle su último homenaje en la Iglesia de San Gil, a partir de las 16’30 h… Por mi parte, ahora me alegro de seguir el impulso y haber escrito este artículo que creía tan obligado.
Es lo bueno de hacer lo que creemos justo.
Un saludo muy cordial.
Gracias, Francisco. Su HIJA Monica. Un abrazo.
Querida amiga:
Mi más sentido pésame a ti y a toda tu famlia.
No me des las gracias por lo que era obligado. En todo caso, gracias a tu padre que -por suerte para todos nosotros- supo hacer tantas cosas que perdurarán.
Un beso.
La Semana Santa pasada, igual que venimos haciendo los últimos años, nos reunimos mis hermanos y yo a comer con nuestro primos SOTO MEDINA, en esa ocasión tuvimos la inmensa suerte de disfrutar de la compañía de nuestros tios Joaquin y Lourdes. hoy simplemente quiero recordar a una persona entrañable, buena cariñosa que animaba a mi hija con entusiasmo a seguir la tradición y continuar procesionando los Miércoles Santos desde la Iglesia de San Gil. Desde allí siempre nos acordaremos de el.
Gracias a Dios nos deja unos hijos y una mujer maravillosa a los que queremos.
Un Abrazo.
Nacho Medina
Hola Mónica, mi más sentido pésame de parte mía, de todos mis hermanos, y sobretodo de mis padre. Un fuerte abrazo para toda la familia, y mucho ánimo. Con todo nuestro respeto y cariño a la figura de vuestro padre, a quien siempre hemos admirado, estamos muy agradecidos, y de quien tan buenos recuerdos guardamos. Saludos desde Holanda.
Gracias Francisco por tus sinceras palabras. Un abrazo.
En nombre de todos los hermanos muchas gracias, porque las verdades merecen ser bien expresadas y tü, como siempre, lo has conseguido; gracias por tu cariño.
Un abrazo, hermanos de Soto Medina.
Sumándome al comentario de mi padre,siempre recordaré a “tío Joaquín” con un cariño muy especial.El mismo cariño que él me transmitió a mí en cada una de las veces que nos vimos…en especial en su casa,en Écija,donde en Semana Santa siempre nos reuníamos alrededor de la mesa y entre risas y una buena conversación pasaban las horas veloces.La semana Santa pasada,comimos todos juntos y recuerdo ahora, perfectamente cuando dijo en el restaurante:”yo quería sentarme al lado de Natalia” Siempre con humor,educación, estilo, bondad,y un largo etc. que hará que lo recordemos así, tal y como era. Un besazo y mucho ánimo.
Natalia Medina.
Paco, gracias. Muchas gracias por lo que has escrito sobre nuestro mejor Alcalde que hemos conocido en Écija. Justo y sentido homenaje el tuyo, que suscribo desde la primera a la última sílaba. Dijo él, en el último acto al que asistió: “…no necesito que se me rindan homenajes, el mayor honor para mi supuso ser su Alcalde durante una década alucinante..” Sin embargo por mor de la “puta y barriobajera política, algunos no han estado a su altura y se opusieron a la rotulación de una calle, porque la “maldita” ley de memoria histórica se lo impedian. Asin somos. Un abrazo de tu amigo Paco Rodriguez.
Gracias, amigo Paco. Como bien dices, así es la vida y, por desgracia, así somos en esta tierra…
Pero, ¿sabes?, yo no me conformo (no me da la gana de conformarme)Sigo soñando que, algún día, la Razón imperará -como debe hacerlo- y la Justicia acabará con los rencores inútiles, las envidias gratuitas, los prejuicios absurdos, la manipulación de los ciudadanos y la ignorancia de nuestro Pueblo… Y debe ser así, no sólo porque hay personas valiosísimas -como Don Joaquín de Soto- que se merecieron un reconocimiento mayor del que tuvieron, sino porque el peor mal de cualquier Sociedad (cada vez estoy más convencido) es la ignorancia que se deriva de una memoria sectaria (que, a fin de cuentas, siempre es una memoria que olvida la mitad de la Historia)
Un abrazo.
Admiro a las personas que no tienen complejos y hablan claro y sinceramente. Por eso tengo que admirar a Fco. Fernández-Pro por sus artículos, y especialmente hoy por todo lo dicho de Joaquín de Soto. Gran alcalde, gran persona, estupendo amigo, valiente español y ejemplo de vida cristiana.
Para toda su familia, especialmente a Lourdes, mi sentido pésame.
Confirma el refrán ” nadie es profeta en su tierra”. Pero los hechos ahí están. Y esos hablan más que las palabras
Amiga Carmen:
AMÉN… (y gracias…)
Real como la vida misma tú comentario Fcº, descanse en Paz Don Joaquin.
Muchas gracias Francisco.Como personaje político sé de sus logros por todo lo que he oido en mi casa y en las personas que saben reconocer las buenas obras, todo lo que hizo (junto a su corporación)por Ecija y sus ciudadanos quedará grabado en la memoria de todos los ecijanos y en mi memoria, mi mente y mi corazón quedará grabado a fuego, el mejor padre que una hija puede tener. Gracias PAPÁ por tu bondad, honestidad, sabiduría, justicia, por tu trabajo desinteresado, por tu rectitud y nobleza,por tu sentido del humor hasta el último momento, por tus valores, por ser un cristiano ejemplar. Por todo esto, PAPÁ, nunca te podré olvidar. Francisco,gracias de nuevo por tus sinceras palabras.
Gracias a ti, querida amiga; y, sobre todo, gracias a él,a tu padre que, por encima de cualquier todas las circunstancias que le tocaron vivir, supo ser, supo estar y supo servir a nuestro Pueblo.
Un abrazo grande para todos y un recuerdo muy especial para tu madre.