CAPÍTULO VIII: DE ALGUNOS HECHOS, SUCESOS, ANÉCDOTAS Y OTRAS NOTICIAS RELACIONADAS CON LA CIUDAD DE ECIJA, ENCONTRADAS EN LAS HEMEROTECAS ESPAÑOLAS por Ramón Freire
Septiembre 2016
Ramón Freire Gálvez.
Este nuevo capítulo de hechos y noticias, lo voy a encabezar con un desagradable incidente, acaecido en nuestra Ciudad el mes de Septiembre de 1890, que hirió gravemente la sensibilidad y los sentimientos católicos de los ecijanos y del que se hicieron eco los periódicos de la época. Lo encontramos publicado en La Fidelidad Castellana de 22 de Septiembre de 1890 y dice así:
“SACRILEGIO Y REPARACIÓN. Días pasados publicó lo siguiente El Constitucional de Écija. Escándalo y sacrilegio. El domingo anterior presenció Écija uno de esos actos, que por lo horripilantes y abominables la pluma se resiste siempre a describir. Cuando a la caída de la tarde del mencionado día se encontraban congregados en la iglesia de San Francisco los hermanos de la Venerable Orden Tercera, celebrando sus cultos dominicales, dos jóvenes embriagados penetraron en aquel sagrado recinto; y después de emprenderla a palos con las imágenes y altares de las capillas situadas en el atrio del templo, se internaron en la iglesia hasta llegar a las gradas del presbiterio.
y el sacerdote se encontraba en el altar mayor, revestido de capa pluvial, empezando la majestuosa ceremonia de reservar, cuando uno de los borrachos, sin consideración ni respeto alguno a lo sagrado del lugar, ni a lo augusto de tan solemne acto, prorrumpió en los más soeces insultos contra los ministros y personas presentes, y se desató en las más horribles blasfemias contra lo más sagrado de los cielos y tierra. El oficiante, sorprendido por aquel escándalo, a fin de cortarlo, ordenó al sacristán que impusiese silencio al que escandalizaba o le hiciera desalojar el templo. La orden fue recibida con amenazas e imprecaciones tan descompuestas, que el sacerdote por más que precipitaba la ceremonia, tuvo que volverse con la Sagrada Forma en la mano para llamar al orden a aquel energúmeno, quien revolvió sus insultos contra el ministro del Señor y multiplicó su horrible blasfemia.
El sacerdote se apresuró a colocar en el Tabernáculo la Sagrada Forma y cuando después de despojarse de sus vestiduras, volvió al templo para arrojar de él a los sacrílegos, estos habían desaparecido, para ir a continuar escandalizando en las calles, en las que insultaban a cuantos encontraban al paso. Écija, que se siente herida en lo más preciado de sus sentimientos católicos, protesta indignada de tan infame y sacrílega acción y confía que no quedará impune tan vandálico atentado. Tenemos entendido que las autoridades eclesiástica, civil y judicial, intervienen en este asunto. Puesto que el templo de San Francisco ha sido públicamente profanado, creemos que la autoridad eclesiástica procederá a su inmediata rehabilitación, celebrándose en ella una solemne función de desagravios, a la que concurrirá, sin duda, todo el pueblo ecijano”. Igualmente fue recogida, la reparación del anterior incidente, en el Diario de Sevilla de fecha 17 de Septiembre de 1890, que lo recogió de la siguiente forma: “El escándalo sacrílego cometido hace pocos días en la iglesia del extinguido Convento de San Francisco de Écija, del cual dimos cuenta en uno de nuestros números anteriores, ha tenido una consolada reparación. Sus mismos perpetradores aterrados ante la gravedad de su delito y abrumados por los anatemas de la opinión pública indignada, manifestaron al señor arcipreste de aquella su ciudad de desagraviar a Dios con un acto público y solemne que demostrase a sus convecinos la sinceridad de su arrepentimiento. En la mañana del domingo último, celebróse la solemne función de desagravios en la misma iglesia donde se había dado el escándalo.
Expusóse a la pública adoración el Santísimo Sacramento y los autores del atentado, que habían recibido en el mismo día los sacramentos de la confesión y Comunión, asistieron con edificante actitud en toda la fiesta religiosa, demandando perdón, con el mundo, pero elocuente lenguaje de su penitente proceder, ante el numeroso concurso que llenaba el templo, del que formaban parte todos los individuos de aquel clero y muchos distinguidos individuos de la localidad. Sirva esta noticia de consoladora satisfacción a los buenos católicos, heridos en sus sentimientos religiosos por tamaño atentado y quiera Dios que el edificante ejemplo de penitencia dado por los protagonistas de este triste suceso, tenga imitadores en estos tiempos de escandalosos apostasías y vergonzosas impunidades”.
Seguimos este itinerario noticiero, con la llegada del teléfono. El 19 de Abril de 1924 se constituía la Compañía Telefónica Nacional de España y comenzaba una rápida expansión del servicio de teléfono por todo el país. Así, dentro de ello, el día 2 de Agosto de 1927 y recogiendo la noticia del Diario de Córdoba del Comercio de 3 de Agosto de 1927 nos enteramos de lo siguiente:
“DE ECIJA. Ayer se celebró la inauguración del Centro Telefónico interurbano de Écija. Asistieron el alcalde Don Indalecio Téllez, el teniente de alcalde Don Andrés Sánchez Pastor, el diputado provincial Don Antonio Arias y numeroso público. La central fue bendecida por el rector Don Andrés Guillén. Seguidamente se celebraron muchas conferencias telefónicas y se cursaron numerosos despachos de salutación. Los invitados fueron obsequiados en el Ayuntamiento, donde se celebró la importante mejora concedida a la ciudad de Écija por la Compañía Telefónica Nacional de España”.
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★CAPÍTULO VIII: DE ALGUNOS HECHOS, SUCESOS, ANÉCDOTAS – R. Freire
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