CAPÍTULO LXI (3ª PARTE): DE ALGUNOS HECHOS, SUCESOS DE ECIJA, ENCONTRADAS EN LAS HEMEROTECAS ESPAÑOLAS: ÉCIJA EN AÑO 1847 por Ramón Freire
Agosto 2018
Ramón Freire Gálvez
Continúo con la tercera parte de este capítulo, dedicado a cómo se encontraba Écija el año de 1847, conforme a la publicación popularmente conocida como Diccionario de Madoz.
En varios parajes se hallan establecidas 8 fuentes públicas, que con las 246 de las casas particulares, proveen cumplidamente de agua al vecindario; todas se surten de cuatro nacimientos, que se hallan; el primero a la izquierda del arrecife, frente al molino de la fuente de los Cristianos (foto derecha más abajo); a 20 varas de ondulación y 5.600 de la ciudad; el segundo junto al huerto del cortijo de Mal abrigo, en tierras del de Alcorrín, a 6 varas de profundidad y 11.300 de la población; el tercero se forma del sobrante del pozo del cortijo de Dos Fuentes, a flor de tierra y 2.500 varas, y el cuarto en el ruedo de la ciudad en el sitio que nombran la Estacadilla, que por ser el de menos caudal, surte solo las fuentes de San Agustín y de Santa Inés.
Además del paseo establecido en la plaza de la Constitución, hay otro situado al Este de la ciudad, entre la izquierda del río Genil y el arrecife que por las afueras de la misma conduce al de
Sevilla; se extiende desde la cabeza del puente sobre dicho río y el triunfo de San Pablo, hasta el arroyo del Matadero, al desembocar en el Genil y consta de 1.920 pies de longitud, 144 de lateral, distribuido y destinado en su primera mitad de 990 pies a paseo general, con tres calles espaciosas plantadas de álamos negros y rosales; la del centro sirve para las personas y las dos laterales para los carruajes y caballerías, dividiéndolas asientos corridos de canapés, que circundan la calle del medio, en la que existen tres fuentes de piedra, que ahora no echan agua, entre las cuales se distingue la llamada de los Delfines, por su capacidad y elegancia con dos leones sosteniendo las armas reales y las de la ciudad.
La otra mitad, de 930 pies, cerrada con balaustradas, está destinado a primorosos y variados jardines distribuidos en 7 calles, con 10 cenadores en la interior y 20 cuadros colaterales de diferentes formas, que se comunican entre sí por direcciones transversales, adornándose con arbustos de flor, rosales de todas clases y colores, y otras plantas de vistas agradables Ocupa la conclusión de este extenso y variado punto de recreo, un jardín dispuesto en forma de laberinto con un gran cenador octógono en su centro y 20 cuadros que lo rodean, comunicándose todo él desahogadamente con las calles anteriores.
Está constantemente cubierto de flores de cada estación, y la mejora considerable que ha sufrido, debida al marqués del Arenal, teniente de alcalde que fue en 1844, ha reanimado la concurrencia a él de un modo sorprendente. Es admirado de cuantos forasteros le visitan y se conoce con el nombre de Alameda. El mencionado triunfo consta de una columna sobre la que está colocada la estatua sobre dorada de San Pablo Apóstol, patrono de la ciudad, de quien dicen algunos escritores difundió por sí mismo la luz del Evangelio en este país.
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★CAPÍTULO LXI (3ª PARTE): DE ALGUNOS HECHOS: ÉCIJA EN AÑO 1847 por Ramón Freire
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