CAPÍTULO L: DE ALGUNOS HECHOS, SUCESOS DE ÉCIJA: INCENDIO DEL MIRADOR DE PEÑAFLOR, DE UNA FÁBRICA… por Ramón Freire
Abril 2018
Ramón Freire Gálvez
Voy a comenzar este capítulo con un incendio que afectó al mirador del Palacio de Peñaflor en nuestra Plaza Mayor y que, gracias a una fotografía que posee Juan Méndez Varo, podemos contemplarlo. Ese maravilloso mirador que, durante años, lleva sufriendo la falta de su restauración, a pesar de las iniciativas de Amigos de Écija y que es una joya de nuestro rico patrimonio. La noticia la encuentro en La Vanguardia del sábado 6 de julio de 1935 y decía así:
“Violento incendio en Écija. Sevilla 5. Comunican de Écija que a las cuatro de la madrugada se declaró un incendio en la casa nº 8 y 4 de la Plaza Mayor, propiedad de la viuda de Peñaflor, que tenía en arriendo el industrial espartero Manuel Sánchez Espejo y cuyo edificio se hallaba completamente lleno de material de esparto.
Los primeros en advertir el fuego fueron los choferes que tienen la parada de dicha plaza, que comenzaron a dar gritos y lograron salvar, sacando por los balcones del Casino Ecijano, a una familia que al iniciarse el siniestro se hallaba durmiendo, aunque no se pudo evitar que una niña de corta edad sufriese quemaduras de consideración.
Todo el personal de dicha parada, como el vigilante de servicio del Ayuntamiento y algunos vecinos, coinciden en afirmar haber oído una fuerte explosión instantes antes de ver las llamas.
A la media hora de haberse iniciado el fuego, todo el edificio quedó convertido en una imponente hoguera.
El fuego se propagó también a los bajos de la casa número 8, donde había instalados una barbería y un taller de sastrería, que sufrieron grandes desperfectos.
Al lugar del siniestro fue enviado un auto tanque de la Jefatura de Obras Públicas y con la ayuda del público logró atajar el fuego. También prestó excelentes servicios la Guardia Civil, algunos de cuyos elementos cooperaron heroicamente a la extinción.
Al fin, a las ocho de la mañana, procedente de Sevilla, llegó el servicio de bomberos, que a estas horas continúan actuando”.
Sigo ahora con la añoranza que sentimos cuando estamos fuera de nuestra tierra. Y digo esto, porque hace unos días, con motivo de la Semana Santa, han sido muchos los amigos a los que he saludado en su regreso a nuestra ciudad para celebrar dicha fiesta y nadie, mientras no lo haya vivido en sus propias carnes, puede comprender lo duro que es residir en otro lugar distante del nuestro.
Pero ello no es nuevo de ahora, aunque quizás muchos años atrás, todos aquellos conciudadanos que tuvieron que salir de Écija en busca del trabajo que aquí no había, ya fuere a la propia España o a países europeos, como consecuencia de tener malas comunicaciones y falta de dinero para ello, tardaban años y años en poder volver, aunque fuese de visita, a la tierra que los vio nacer, por lo que la añoranza, melancolía, morriña, llamémosle como queramos, era mucho mayor que actualmente, pues es más fácil volver y viceversa.
En definitiva, sea en aquel o en estos tiempos, esa añoranza del rincón donde uno nació y vivió gran parte de su vida, no acaba nunca de desaparecer y así me lo hacen saber muchos de mis lectores que siguen mis humildes artículos y en ello les cuento cositas de Écija, lo saborean, diría yo, mucho más que los que estamos aquí.
DE ALGUNOS HECHOS: INCENDIO DEL MIRADOR DE PEÑAFLOR, DE UNA FÁBRICA… por Ramón Freire
Lo siento no hay comentarios todavía, pero puedes ser el primero en comentar este artículo.
Escribe un comentario