ASTRACANADA por Francisco J. Fernández-Pro Ledesma
Cuando Franco vivía, casi todos los españoles éramos franquistas (entre otras cosas, porque los que no lo eran estaban fuera y la mayoría de los que estábamos dentro, ni siquiera sabíamos lo que era ser franquista). Maduramos con el tiempo y con el conocimiento. Con la Democracia evolucionamos y ya, con la perspectiva, comprendimos que no todo había sido bueno, porque no todo el mundo vivió de la misma forma ni tuvo las mismas oportunidades ante la Ley. Pero, como así sucedió, así hay que reconocerlo.
Sin embargo, existen fotografías por ahí de un montón de gente, con la mirada al frente, firme el ademán y desgañitando el Caralsol que, aunque con Franco vivieron de puta madre, después, se autoproclamaron socialistas y antifranquistas de toda la vida; sin darse cuenta que ese gesto los retrata más que sus fotografías,… porque lo malo que tienen los gestos, no sólo es que carecen de efectos prácticos, sino que retratan el grado de coherencia o incoherencia que poseemos como personas.
Ahora, por ejemplo, con todos los intereses que andan en juego y tantos frentes abiertos, estos gestos repletos de incoherencia, están sucediéndose por todas partes con una frecuencia alucinante; y, lo que es peor, están convirtiendo la Vida Pública española, en un verdadero esperpento. Desde el frente republicano que Podemos y compañía han abierto en el Ayuntamiento de Barcelona, contra una Ley de Régimen Local y una Monarquía Parlamentaria -que son, precisamente, los garantes que permiten que Podemos y sus socios puedan manifestarse, constituirse, votar, ser votados y acceder a cualquier Administración Pública-, a la decisión de algunas agrupaciones del PSOE de apoyar la independencia de algunos territorios del Estado, cuando se declaran Federalistas y, para colmo, presentan la Candidatura de su nuevo líder a la Presidencia del Gobierno, enarbolando todo el fondo del escenario con una inmensa bandera española. Retrátese usted para eso…
Digo yo que, visto lo visto, no es de extrañar que la alcaldesa de Madrid sueñe con quitarle su calle en la Capital del Reino, al gran escritor andaluz Muñoz Seca; a fin de cuentas –aunque la única excusa para su asesinato, fueron sus ideas católicas y monárquicas-, no hay que olvidarse de que Don Pedro, creó este invento de la astracanada; o, lo que es lo mismo: la incoherencia más flagrante, llevada al puro cachondeo.
Lleva usted razón; unos se difuminaron en la vida democrática, pero los mas, se integraron en partidos de derecha mas o menos rancia como AP y actualmente PP aunque los hay que ni lo disimulan. Otros se disfrazan de periodistas. Muchos desde sus puestos de alcaldes, presidentes de diputaciones e incluso de alguna comunidad autónoma, se delatan, por ejemplo criticando la Ley de Memoria Histórica, con tibieza en su cumplimiento al retrasar la obligada retirada de símbolos de tan nefasto régimen, o incluso negándose abiertamente a su cumplimiento. Hasta critican y obstaculizan en sus medios afines, algo tan cristiano, humano y hasta patriótico como supone otorgar una digna sepultura, a miles y miles de españoles que después de setenta años, aún siguen tirados como perros en cunetas y fosas comunes, con argumentos tan vanos o viles, como que eso despierta odios o que es mejor dejar los muertos en paz. Aquí en Granada, hasta emplean hasta el motivo económico cuando se trata de buscar los restos de uno de nuestros poetas mas universales, victima de uno de los crímenes mas deleznables de aquella época. Para mas escarnio nuestro, los arqueólogos y antropologos que llevan el proyecto, están recaudando fondos en organismos y universidades extranjeras.
Amigo JUBILADO:
Antes que nada, le pido disculpa por la demora en esta respuesta, pero la semana pasada anduve varios días fuera de onda y, la verdad, es que acabo de leer este comentario que -como siempre me ocurre con sus comentarios-, me parece idóneo para poder ampliar la visión del artículo.
Le confieso que no coincido con usted en sus primeras apreciaciones, ya que usted afirma: “…unos se difuminaron en la vida democrática, pero los mas, se integraron en partidos de derecha mas o menos rancia como AP y actualmente PP…” Esta aseveración suya, tácitamente excluye al PP como actuante en nuestra “vida democrática” y, aunque durante toda mi vida política, me enfrenté al PP en muchísimas ocasiones (y muchas de ellas, en público y acaloradamente), no por ello dejo de considerarla una formación democrática y, como ya confesé alguna vez, hasta lo voté en las últimas elecciones generales. Pero también le confieso que las personas que se integraron en el arco parlamentario conservador, no me preocupan tanto, porque –como usted bien dice- es lo que podría esperarse: los que me joden sobremanera, son los que tantas veces cantaron el caralsol e incluso fueron a la Plaza de Oriente, brazo en alto, y ahora se autoproclaman antifranquistas de toda la vida.
En cuanto a todo lo demás, coincidimos bastante. Aunque, después de todo lo que tuvieron que olvidar los que vivieron aquellos hechos para que ahora vivamos en paz, no deberíamos desenterrar motivos para la ira, sí creo que está pendiente, desde hace mucho tiempo –por pura justicia, por pura dignidad, por pura humanidad-, enterrar en paz a todos los muertos de aquella contienda incivil (sobre todo, en los casos en los que se sabe perfectamente dónde localizar los restos); al menos para que, cada cual, sepa –exactamente- donde puede honrar a los suyos.
Respecto a su último comentario, le diré que todos los escritores y poetas –de uno y otro bando- que, antes o después, fueron muertos o han sido silenciados por sus ideas, se merecen el mayor de los respetos. Por mi parte, le confieso que mis dos máximos referentes del siglo XX, fueron Juan Ramón y, sobre todo, Federico, del que he tenido la ocasión de dar alguna conferencia y cuya tumba fui a visitar en Junio de 1998, con motivo del aniversario de su nacimiento.
Sirva, para finalizar y para que comprenda el inmenso respeto que le profeso al poeta granadino, el poema que, sentado frente al olivo bajo el que dicen que se encuentran sus restos, escribí el día que estuve en el parquesito levantado entre Viznar y Alfacar.
Entre Víznar y Alfacar callaron los olivos
(la de todos los olivos que bailaban con el aire),
el tambor del llano
y el sonido rasgado de las enaguas.
Tu sangre, Federico, en esta carretera,
fue derramándose por los alberos del Mundo,
con esos gallos que cantan madrugadas
y los peces sorprendidos en noches de capricornio,…
En esta tierra que latía entre Víznar y Alfacar,
se apagaron los reflejos de los cuchillos de polvo
y los de las lunas rosas de las playas,
los de las verdes lunas de las montañas…
En el paredón del miedo, sólo al miedo asesinaron,
que tú, Federico, te quedaste en la luz violeta de tu estrella
y el sonido –puro Verso- de lo que es Eterno.
No lo saben los hombres que nunca tienen sueños:
nadie puede sepultar, aunque lo intente,
el Silencio que sepulta los silencios.
Parque de Víznar-Alfacar, Junio de 1998
Estimado D. Francisco; al leer su respuesta no consigo comprender que le induce a pensar que yo considere al PP como un partido no actuante en nuestra vida democrática. En absoluto. ¿Quien puede afirmar eso? Además, a mi, como a usted esa formación no me preocupa en absoluto. Es más tengo algunos amigos y algún familiar que lo militan y lo hacen con verdadera pasión y desinterés. Aunque fíjese el espectáculo que están dando otros, que incluso confiesan que están en política para “tocarse los huevos”
Aprecio por otro lado, que no comparta el sentir ,me atrevería a decir mayoritario, de esa formación politica, respecto a los fusilados-desaparecidos.
En cuanto a los que cantaron el cara al sol, le diré que me confieso interprete de ese himno que cantaba todas las mañanas, en el colegio en mi tierna infancia. El Director de la escuela y de la interpretación, aun no se me ha olvidado: D. Victor Losada. Tal vez le suene.
Un cordial saludo.
Amigo JUBILADO, disculpe usted el mal entendido, pero en su afirmación, literal: “… unos se difuminaron en la vida democrática, pero los mas, se integraron en partidos de derecha mas o menos rancia como AP y actualmente PP…” (sic) entendí que hacía usted una diferenciación entre “vida democrática” y los partidos de la derecha… Sinceramente, me extrañó muchísimo en usted (al que considero muy ecuánime) y me alegro de haberme equivocado.
En cuanto a Don Víctor Losada, no sólo lo conocí, sino que fue un buen amigo de la familia, por el que sentí mucho afecto.
Reitero que, en aquel tiempo, casi todos cantamos el caralsol o montañasnevadas –no sólo usted-, lo que me jode son los que se desgañitaban entonces y ahora alardean de que nunca lo hicieron.
De todas formas, se me ha ocurrido algo: permítame dedicarle mi próximo artículo que, de paso me servirá para regresar a las demandas de mi venerada Doña María de López. Se trata de un texto que escribí hace algunos años, cuando administraba un Foro en Internet de escritores hispanoamericanos –llamado “Los Tejados”, por eso del Diablo Cojuelo- y en el que propusimos que, cada cual, a modo de presentación, realizara una brevísima autobiografía. Espero que, a través de ella, entienda mejor mi postura.
Un saludo muy cordial.